Psycho -민에 (MinSung)

-XVII-

–Bien... ahora... quisiera saber algo más...– Dijo.

–Claro doctora...– Sonrió.

La mujer se acomodó en su lugar, sin despegar sus ojos miel de los marrones de Minho frente a él.

–Quisiera saber... ¿Con quién estoy hablando ahora?– Preguntó entonces.

Y la sonrisa de Minho se fue desvaneciendo poco a poco.

Hubo un largo momento en el que el silencio reinó el consultorio, un largo momento en el que solamente se miraban fijamente, la psiquiatra en espera de una respuesta, y Minho con su cerebro dividido en millones de pedazos.

Era como si tuviera una batalla dentro de él, como si todos sus sentidos se hubiesen desordenado y estuvieran tratando de buscar algo con lo cual justificarse.

No había, estaba jodido.

–Señora Hwang, no entiendo...–

–Conozco a Minho desde hace tiempo, y este que veo frente a mi no es él, ¿quién eres?...– Interrumpió la doctora, sumamente seria.

Minho se quedó callado, casi inmóvil.

Veía hacia todos lados, su interior estaba a punto de tener un colapso, la doctora Hwang lo analizaba con cautela, el chico estaba tratando de esconderse.

–¿Cuántos son? ¿Minho sabe sobre ustedes?...– Continuó preguntando.

Lee cubrió sus orejas con sus manos, sintiendo un terrible dolor en sus oídos y en su cabeza, se estaba volviendo loco.

Apretaba sus ojos con mucha fuerza mientras intentaba hacerse bolita en el sillón, como si tratara de esconderse de la mujer frente a él, como si ella fuera un peligro, como si lo fuera reprender de algo.

–¿Son ustedes los que le hacen daño a Han Jisung?– Preguntó la doctora.

Y entonces Minho se detuvo.

Pasaron aproximadamente diez segundos cuando de pronto comenzó a enderezarse poco a poco, se descubrió las orejas, y lentamente fue subiendo su mirada hasta conectar con la de la doctora.

Minho ladeó su cabeza, emitiendo también una sonrisa que no mostraba nada de alegría, sino más bien maldad, un enojo que se estaba forzando por retener.

Rió de la nada mientras peinaba su cabellera, para entonces chasquear la lengua mostrando una expresión de decepción, y volver a mirar a la doctora.

–Debí esconderme bien, pero nunca pensé que este idiota se iba a internar solo en este lugar, y que usted era muy buena...– Volvió a reír, y entonces la señaló, mostrando su rostro serio.–Y yo nunca le he hecho daño a Hanji, lo único que hago es protegerlo...– Explicó.

La doctora se acomodó en su asiento, sintiendo para nada tranquila ante la mirada amenazante que el joven le daba.

–¿Podrías presentarte por favor?– Pidió amablemente.

–Lee Know, tengo quince años, Minho sí sabe sobre nosotros, pero nunca me había permitido salir a la luz, hasta ese día del festival de artes, fue la primera vez que me permitió tener el control...– Respondió indiferente.

–¿Hay más aparte de ti?– Volvió a preguntar mientras anotaba en su libreta.

Lee volvió a sonreír, sabiendo perfectamente que no puede mentirle a la mujer frente a él.

–Pues yo soy el que mas importa aquí en realidad, pero si tiene mucha curiosidad, somos tres en total, contando a Minho...– Explicó entonces.

La doctora estaba demasiado sorprendida, nunca había visto un caso de una persona con TID, en sus largos años como psiquiatra era la primera vez que trataba con algo así.