Prólogo

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Logrando dar unos cuantos pasos, sintió como una gélida ventisca le golpeaba el rostro dificultándole avanzar haciéndolo caer

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Logrando dar unos cuantos pasos, sintió como una gélida ventisca le golpeaba el rostro dificultándole avanzar haciéndolo caer. BaekHyun cubrió su boca que no dejaba de escupir sangre queriendo ocultarlo, pero le siguió mucho más haciendo imposible cubrirlo.

El príncipe BaekHyun de Joseon, que alguna vez fue adorado por su inmensa belleza y personalidad atrapante, estaba muriendo en una oscura habitación.

Hace unos meses fue vendido a un hombre tiránico y desde entonces su vida se volvió un infierno. Creyó que su esposo, al ser uno de tantos que alguna vez alabó su belleza, lo trataría como a un tesoro. En su lugar, le arrebató uno a uno, todo lo valioso que poseía.

Esta vez fue diferente, BaekHyun podía sentirlo porque en su interior sentía como la vida se le escapaba de las manos. Con mucho esfuerzo se arrastró dentro de la habitación, queriendo llamar a quien fuese, en vano. Con cada segundo se volvía mas cansado, sus extremidades pesaban imposibilitándole moverse. Le dolía respirar y al siguiente segundo ya no sentía el aire en sus pulmones. En medio de su agonía, se preguntó:

¿Es así como debo morir?

—¡SeHun! ¿cómo pudiste...? —BaekHyun irrumpió en la sala del rey sin importarle las miradas de los asistentes seguramente criticando su descaro. Poco le importó haber llamado al ahora rey de una forma tan irrespetuosa. Dos guardias ingresaron tomándolo de los brazos a lo que BaekHyun se retorcía luchando por zafarse. Un movimiento de mano de SeHun los hizo retroceder. BaekHyun se liberó corriendo inmediatamente hasta quedar frente al trono dejándose caer de rodillas.

—SeHun, mi hermano, ¿qué significa la orden que acabas de dar? Es todo un malentendido, ¿verdad? —cuestionó entre lágrimas al rey que lo miraba indiferente.

Su fría mirada fue como una bofetada para él. BaekHyun no podía entenderlo, cumplió al pie de la letra las indicaciones de su hermano. Gracias a su incomparable belleza, SeHun logró poner a los principales aristócratas de su lado. Utilizando la personalidad atrapante de BaekHyun mantuvo a raya al resto de los nobles haciendo que lo apoyaran. Cuando el difunto rey murió, eventualmente todos se pusieron de su lado. Ahora que SeHun fue coronado rey, BaekHyun se convirtió en una molestia.

Un títere que tenía que desechar.

—Sabía que eras estúpido, pero no creí que no tuvieras remedio. ¿Qué parte no ha quedado clara?

El pecho de BaekHyun se oprimió haciendo que su instinto le gritara que todo estaba mal, horriblemente mal. Aún de rodillas, gateó un paso atrás.

—No pudiste asegurar tu posición de príncipe con este rostro tuyo. ¿Vienes corriendo a tu rey con el rabo entre las patas? Que estúpido.

—SeHun...

—¿Sigues sin darte cuenta? Tu poder, tu título, todo es prestado por mí. Si no te han echado a patadas es porque no lo he ordenado. No eres nadie, BaekHyun.

El color se esfumó del rostro de BaekHyun. Su mundo, su perfecto mundo en donde todos lo adoraban y besaban su camino, se derrumbaba a pedazos. Sentía que nada de eso existió alguna vez. BaekHyun estaba por volverse loco.

—¡¿Cómo te atreves?! Gracias a mí te volviste rey. ¡Esto es una ofensa!

En un ágil movimiento, SeHun descendió del trono quedando justo frente a él. Mirándole desde arriba como a un insecto a punto de ser aplastado.

—Fuiste utilizado BaekHyun. Eres un muñeco que solo sirve para adornar una habitación. Ni siquiera puedo considerarte mi hermano. Que pobre criatura.

—¿Por qué me haces esto? —cuestionó con lágrimas en los ojos. —¿Hice algo mal? ¿Estas resentido conmigo? No hay motivo para actuar así. ¿Es por el trono? Yo no puedo ser rey... —BaekHyun se trabaja el orgullo y la ira, buscando persuadirlo como una víctima. Sus lagrimas siempre lo hicieron conseguir lo que quería.

—Entonces debiste morir desde hace mucho.

—¿Qué?

—Mírate, has perdido totalmente tu imagen. Luces tan lamentable —su afirmación fue un duro golpe para su ego. Su belleza era lo único a lo que podía aferrarse. Colocándose de cuclillas, SeHun se acercó lo suficiente para hablarle. —Ya que soy benevolente, me encargaré de ti. Estoy seguro de que todos esos nobles que engañaste con tus malvados encantos lucharan por tenerte. Quiero ver que hombre me dará mas beneficios por ti.

Horrorizado, BaekHyun cayó de espaldas.

—Encierren en sus habitaciones a este doncel irrespetuoso.

Los mismos guardias lo tomaron de los brazos alzándolo duramente sacándole un gemido de dolor, BaekHyun nunca fue maltratado así.

—¡Sueltenme! ¡SeHun, SeHun! ¡No puedes hacerme esto, prefiero morir! Soy tu hermano menor. Un príncipe. ¡SeHun, SeHun!

Su hermano le dio una ultima mirada esbozando una sádica sonrisa que helo sus huesos antes de darle la espalda.

Sus parpados se volvían pesados amenazando con cerrarse e inesperadamente el dolor iba convirtiéndose en un cosquilleo lejano. BaekHyun escuchó en algún lugar que no puede recordar que cuando morías toda tu vida pasaba frente a tus ojos como una obra teatral, pero él no podía verlo. Quizás era un castigo más de los dioses por la vida despreocupada que llevó. No es algo en lo que se detendría a pensar dadas las circunstancias.

No entendía como podía seguir consciente si estaba muriendo, era como estar recostado sobre la más fina de las sedas y al mismo tiempo no sentir nada debajo. El ruido de las calles se detuvo, el alboroto en la casa desapareció e incluso los gritos de su esposo cesaron. Solo existía el silencio o tal vez eran sus sentidos apagándose. No lo sabía.

BaekHyun concluyó que todas las personas malas merecían un horrible final, incluyéndole. A ese pensamiento le siguió su ultimo aliento.

Finalmente. 

La segunda vida de BaekHyun || [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora