Mismos intereses (Aizen × OC)

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Hace unas semanas en Hueco Mundo.

Sosuke se había ido a hablar con varios de sus subordinados mientras a mi me dejó en la sala de pantallas que mostraban varios puntos de la Sociedad de Almas y del distrito donde vivía Ichigo para que brindaba la posibilidad de espiar a quien quisiera uno. Curiosa fui viendo las diferentes imágenes que se estaban reproduciendo hasta que vi algo que me sorprendió.

En una de las pantallas, estaba mi ciudad, mi casa. En la imagen se veían reflejados mis amigos haciendo vida normal, tomando un ramen mientras conversaban sobre cualquier tontería. Me acerqué al monitor intentando comunicarme con ellos pero era más que absurdo, haciéndome llorar al echarles tanto de menos, entonces caí en cuenta. ¿Cómo es que podía ver lo que ellos hacían?

La imagen pasó a un escenario completamente distinto en el que se veía como un hombre de pelo largo color azabache se postraba ante un altarcito que tenía en el centro una foto mía junto a un incienso recién encendido. Junto a él se postraron dos personas más, las cuales no se llevaban bien entre ellas debido a un error del pasado que nos marcó a todos. Sin darme cuenta, pulsé un botón en el mando de mi costado haciendo que pudiera escuchar lo que decían.

Gintoki: La echo de menos- pronunció mirando al suelo- Ella era todo para mí y ahora está desaparecida.-se quejó mirando a su rival pero este prefirió mantenerse en silencio-

Katsura: Aún podemos buscarla. Por algún lado debe de estar- se levantó poniendo su voz autoritaria- No descansaré hasta encontrarla- sentenció saliendo de la habitación para mandarle a todos sus seguidores a hacer un grupo de investigación.

Escuché unos pasos que interrumpieron mi concentración de la pantalla, por lo que cambié de canal enfocando al distrito que visitaría tiempo después. Por el umbral de la puerta apareció el líder y creador del plan quien me miró con extrañeza.

Aizen: ¿Has visto algo que te interese?- preguntó acercándose-

Kaori: No- caminé hasta la salida sin evitar voltear mi cabeza para ver por última vez el televisor.

Narrador omnisciente

Hace un año y medio en el mismo lugar

Estaba un joven shinigami viendo las televisiones de vigilancia con un montón de imágenes con aburrimiento. Procediendo a cambiar de canal detuvo su acción al divisar algo fuera de lo normal ya que no mostraba lo habitual.

En la imagen que se reproducía en aquel aparato podía verse como una chica de pelo castaño casi rojizo con un kimono de color azul cielo estaba quejándose sobre, lo que parecía, un personaje del manga que estaba sujetando, el cual tenía el mismo nombre que su superior y enemigo, alegando que lo habían subestimado hasta el punto de creerse que no tenía un as bajo su manga y animaba al aire que este fuera el triunfador de la batalla que seguramente habría sido ilustrada en el libro. Junto a eso, mencionó su nombre, lo que le sorprendió aún más al descubrir que el mundo donde vivía era solo un producto de la imaginación de un hombre.

La chica, de nombre Kaori, puso el manga en una estantería de lo que parecía su habitación, provocando que el espectador ampliara la imagen, descubriendo que tenía más tomos de la historia y, a partir de eso, se le ocurrió un plan infalible para poder desmantelar la farsa en la que vivía la Sociedad de Almas provocada por cierto shinigami que le había causado tanto daño pero tras ver esas imágenes, tomaría su venganza más en serio.

Narra Kaori.

No volví a saber de él en días tras nuestra discusión pero no pensé mucho en ello ya que tenía en mente el objetivo de conseguir poco a poco la confianza de los que me rodeaban diariamente, manteniendo el perfil bajo con mis acciones para no vérmelas con los shinigamis que me habían dado hospedaje, haciéndome olvidar el problema que habíamos tenido. Con respecto a mi rivalidad continua con Ichigo había desaparecido después de que me pidiese los apuntes de matemáticas y, al dárselos me aduló y me invitó a merendar a su casa en forma de agradecimiento. Sin embargo, el quincy seguía reacio a relacionarse conmigo debido a su desconfianza poco fundada. Sabía que podía estar dolido pero no podía tratarme mal solo por ser diferente, ¿no?