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Los dos shinigamis nos miraban como si hubiésemos cometido el mayor de los crímenes pero solo habíamos cumplido con nuestro deber al estar el distrito en constante amenaza y porque no podíamos volver por la condición en la que se encontraba Rukia, la que parecía no tener una solución. El silencio que había se hacía eterno pero este fue roto gracias al pelirrojo que habló con tono serio.

Renji: Ha sido difícil encontraros.- se llevó la mano a la nuca- Venimos a...- prosiguió pero se vió interrumpido por su superior-

Byakuya: Para llevar a Rukia a su ejecución- terminó la frase llamando la atención, sorprendiendo a los otros dos y haciendo que rodara los ojos por la situación tan absurda- y a ella- me señaló provocando que me sintiera incómoda al recibir la mirada de ellos como si hubiera hecho algo malo-

Kaori: ¿A mí también me vais a ejecutar?-dije con falsa inocencia recibiendo una negación por parte de ambos como respuesta-

Byakuya: Rukia no ha dado reporte de la misión, sin olvidar que deberiais haber vuelto hace dos meses a la Sociedad de Almas pero no has cometido nada fraudulento que conlleve un castigo mayor a una sanción -dijo acusatoriamente-

Rukia: Lo hubiese hecho si no hubiese perdido los poderes.-dijo intentando defenderse pero, al recibir la mirada fría de su hermano, se encogió de miedo-

Byakuya: No lo quieras empeorar, Rukia. Sabeis perfectamente que se podríais haber evitado esta situación, si hubieseis vuelto nada más terminar la misión y no traspasar tus poderes a un humano-habló severamente tomándola del brazo con brusquedad.

Ichigo, al ver esto, se abalanzó sobre ellos, los cuales nos iban medio arrastrando hasta el Senkaimon que habían abierto para volver al Seireitei, provocando que se enfrascaran en una pelea que difícilmente podría ganar y que lo perjudicaría mucho en el intento de salvarnos. Tras haber sido derrotado por el noble, quien lo hirió de gravedad y rompió su zanpakuto como si hubiera roto un ramita, cayó al suelo medio inconsciente.

Rukia: Ichigo, no vengas a buscarme-sabiendo que su amigo sería capaz de lo que sea por recuperarla.

Kaori: Ya nos veremos- vi a la lejanía a cierto rubio con sombrero y amplié mi sonrisa haciéndole una señal que indicaba que cuidara al adolescente.

Cuando llegamos a la Sociedad de Almas, me despedí de los tres shinigamis que se encaminaron hasta la zona de celdas junto unos hombres vestidos con túnicas, las cuales tenían unas capuchas que les permitían dejar ocultos sus rostros. Mientras me alejaba podía percibir una pequeña discusión entre capitán y teniente de la sexta división sobre si estaban haciendo bien o no en encarcelar a la shinigami ,sabiendo que iba a ser en vano apelar a la poca sensibilidad del noble, ya que era bastante con respecto a las normas que no me sorprendió ver como se comportaba.

Caminé hasta la entrada del cuartel y me lo encontré en silencio total, invitándome a adentrarme más, llegando a la sección de los dormitorios, escogiendo un rumbo en concreto. Al llegar a mi objetivo, vi como dentro de este se encontraban dos personas bastante juntitas sacando esos sentimientos que no tenía desde hace dos meses. Los dos estaban abrazados mientras el mayor acariciaba su pelo con cariño por lo que parecía que estaban tan cómodos que no repararon en mi presencia, obligándome a respirar hondo y tocar la puerta, interrumpiendo su gran momento.

Hinamori: Sakata-san, ¿qué es lo que haces aquí?- expresó sorprendida por mi llegada, recibiendo una mueca de desagrado por mi parte ya que me dió a pensar que no había anotado mi ausencia- ¿Cuando es que llegaste?- se removió incómoda de los brazos de su capitán, quien me miraba con una sonrisa.

Aizen: En la reunión de esta mañana nos informaron que traerían a Kuchiki-san para juzgarla y ejecutarla por haber infringido las normas en la misión que le habían encomendado-dijo con falsa tristeza- Hinamori-kun, ella fue con Kaori-san al mundo de los vivos para que la ayudase.

Mismos intereses (Aizen × OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora