Broken.

03.

Abre sus ojos y la luz del sol pega directamente en su rostro. Siente un fuerte dolor en su cuello y suspira, masajeándolo. Mira a su alrededor y nota que aún se encuentra sentado en el sofá. Quiere mover su brazo izquierdo, pero la cabeza de Taehyung sobre éste se lo impide.

Se levanta con mucho cuidado, dejando que el contrario se acueste por completo en el sofá. Toma las copas y los platos y comienza a lavar todo, para que Taehyung no tenga que hacerlo.

Su corazón deja de latir por un segundo que aparece un chico con el cabello naranja. Lo mira con confusión y el desconocido sonríe enormemente.

—Debes ser Jungkook, yo soy Hoseok, el compañero de piso.

—Un gusto, Hoseok. Espero no molestar ¿Puedo tomar una ducha aquí?

—¡Por supuesto! Adelante, yo me encargo de despertar al bello durmiente.

Jungkook asiente y se adentra al baño, junto con su mochila. Se mete en la tina y comienza a ducharse, intentando no tardar demasiado. Cierra sus ojos y deja que las gotas pesadas caigan sobre su doloroso cuello.

La situación se le hace irreal, para ser honesto. Nunca en su vida había conocido a alguien con tanta confianza y libertad a la hora de hablar como Taehyung. Le sorprendió mucho cuando aquel lo invitó a su casa como si fuesen amigos. No son desconocidos, claro, pero Jungkook jamás invitaría a algún compañero de trabajo a dormir a no ser que sea algo sumamente importante.

Tampoco creyó que estaría duchándose en casa del mismo chico, pero no quiere hacerlo en su propia casa sabiendo que su esposa está ahí. Siempre que toma un ducha, ella entra al baño como si él no estuviese desnudo y a su merced.

Jungkook no quiere decir nada, después de todo están casados, pero no se siente bien con que cualquiera vea su cuerpo desnudo. Sin remera es una cosa, pero completamente... le desagrada la idea.

¡Mierda! Su esposa no es cualquiera. Jungkook piensa que él debería estar bien con la idea de ella viéndolo sin ropa, pero no lo consigue. Se siente terrible consigo mismo por siquiera atreverse a pensar de esa manera.

Y hablando de desnudez, Jungkook quiere desaparecer cuando Taehyung entra al baño mientras su invitado apenas sale de la ducha.

—¡Oh, por dios! —Taehyung exclama y cubre su boca, en vez de sus ojos, y eso hace que mire por completo el cuerpo al descubierto de su compañero.

—¡No mires!

—¡Perdón! —se disculpa y finalmente se cubre los ojos, saliendo del baño.

—Espera.

—¿Sí?

—¿Me das una toalla?

—En el cajón, ahí —el dueño de la casa señala un lugar y Jungkook envuelve su cintura con una toalla.

—Ya está —Jungkook se acerca y toma las muñecas de Taehyung, sacándolas de su rostro.— ¿No te diste cuenta de que había alguien en el baño?

—Acabo de despertar, no recordé que estabas en casa hasta recién. Lo siento —susurra el rubio y muerde su labio inferior, avergonzado.— No mencionaste que ibas al gimnasio, wao.

—¿Puedo vestirme, por favor?

—¡Sí, perdón! Ya me voy, ya me voy.

Taehyung sale del baño y Jungkook se cubre el rostro, frustrado.

Termina de colocarse la ropa y sale del lugar, más relajado. Estuvo más tiempo del esperado, debido a que tuvo que sentarse a respirar profundo por un largo tiempo para no tener una crisis y saltar del balcón.

Se dirige a la cocina donde ambos jóvenes desayunan y hace lo mismo.

Taehyung siente cosquillas en todo el cuerpo y como cada parte de él se revolvió. La imagen del cuerpo de Jungkook es algo que no puede quitarse de la mente y siente culpa por eso.

Digamos que su compañero de trabajo tiene un muy buen cuerpo y Taehyung cree que su esposa es bastante suertuda.

—Visitaré a mi novia luego —menciona el menor y Jungkook asiente, sin atreverse a mirarlo. — Hablaré con ella, haré lo que me dijiste.

—Oh, buena suerte, puedes contarme como te fue luego —murmura, sin hacer contacto visual.

—Está bien.

[...]

Jungkook cierra la puerta de su casa y se aproxima a su habitación, para guardar toda la ropa que llevó a casa de su compañero. Mientras, se encarga de barrer y limpiar el piso, debido a que es muy cuidadoso con el orden y no le gusta estar en un lugar sucio. A Yieun nunca le gustó limpiar, por lo que él siempre se encarga de eso. 

Siente unos brazos envolver su cintura y su esposa apoya su cara en su espalda. Él sonríe y se da vuelta, para devolverle el abrazo. Ella se derrite bajo sus brazos y está segura de que quiere permanecer en ellos para siempre. Lo ama de verdad, por más de que muchos opinen lo contrario, ella cree que Jungkook es el amor de su vida y no piensa dejarlo ir jamás. 

—Te extrañé, fue raro no dormir contigo —murmura Yieun y se separa, tomando el rostro de su esposo entre sus manos. 

—¿Me extrañaste? —sonríe y ella rompe la distancia con un beso lento. 

Jungkook corresponde, permaneciendo estático en su lugar. Es algo de lo que está acostumbrado. Ella siempre lo besa y él le sigue el beso, de manera vaga y poniendo un gran esfuerzo en no separarse. Yieun toma los brazos de su marido y los coloca alrededor de su cintura, ansiosa por contacto y por poder sentir el cuerpo de Jungkook contra el suyo. Este, sin embargo, hace esto porque cree que se lo debe. 

La mayor en edad empuja al otro sobre la cama y se acomoda a horcajadas sobre él. Jungkook se siente incómodo, pero no hace nada al respecto. Yieun coloca sus manos sobre los abdominales de su esposo y las escabulle por debajo de su remera, lo que es suficiente para que él se separe y la mueva a un lado, levantándose. 

—¿Qué pasa, Jungkook? —ella cuestiona, haciendo lo posible para no sonar furiosa como en verdad estaba. 

—Tengo que limpiar el baño. 

—Lo limpiaste hace dos días. 

—Está sucio. 

—Jungkook, dime la verdad. Por favor. 

—Estoy bien, tengo que limpiar —balbucea. 

—Bueno... —Yieun no quiere decir nada, pero se siente disgustada y quiere llorar—. V-voy a salir con Sooyoung un rato. 

—Por supuesto. Adiós. 

—Adiós... Te amo. 

Jungkook sonríe de boca cerrada y continúa limpiando.