My angel (Edmund Pevensie x Reader)

5. Asuntos escolares

(T/a):tu apodo.
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(T/N)

Mientras más lo conocía, más me agradaba. Edmund parecía tener varios muros, pero era agradable ver que yo podía acceder a ciertas áreas de su vida. Poco a poco yo también me abrí a él. Le conté sobre mi gusto por los bracos–llegué a subir a algunos cuando iba de vacaciones con mis padres –algunos recuerdos de cuando era niña y mi gusto por las canciones de Adéle Castillon.*

Me tomó un tiempo entender el sarcasmo de Edmund;antes lo hubiera considerado descortés, pero resulta que a veces lo necesitas con cierta gente, además es brillante.

Gracias a su mejora con el francés, hemos creado chistes locales. A veces se nos salía alguno frente a nuestros amigos y se nos quedaban mirando raro o se reían ligeramente.

Nicole molestaba constantemente con lo de las "clases particulares" y empezaba a molestarme de manera diferente.

***

Edmund

La época de exámenes estaba a la vuelta de la esquina, eso significaba que debía estudiar el doble con mis tutores:Peter y (T/N). Fue estresante para los tres agregando el hecho de que, además de lidiar con sus deberes, mi hermano y mi amiga tenían que lidiar conmigo.

El examen de álgebra fue primero. Saqué un nueve, nada mal. Peter estaba feliz por mí. Me causaba emoción mostrarle mi diez en francés a (T/N), tal vez porque le demostraría que no había perdido su tiempo;además me hacía ilusión verla sonreír, ser yo el motivo por el cual... ok, eso es extraño.

La encontré en el patio cuando salía de su clase de Literatura en la cual obtuvo un nueve.

–¿Y a ti cómo te fue? –me preguntó.

–No muy bien–dije fingiendo tristeza provocando que su rostro decayera–. De hecho me fue mejor.

Le mostré el diez en mi examen y sonrió emocionada. Aquello fue satisfactorio para mí.

***

Ahora se acercaba el baile de invierno porque siempre tiene que haber un baile de algo. No soy un aguafiestas ni asocial, pero tampoco soy el alma de la fiesta. Si están mis amigos y mi hermano entonces estaré bien.

Pensé en invitar a (T/N). Además de mis hermanas, ella es la única chica que me agrada y con la que he formado una amistad; es agradable, servicial, inteligente y muy linda.

Pero no sucedería.

Reece Wayne era un rostro bonito y, según rumores, uno de los mejores estudiantes de su clase. El hecho de que le hablara a una chica era un evento que causaba sorpresa o envidia, según la chica en cuestión. Reece empezó a hablar con (T/N) y empezaron a llevarse bien. Todo apuntaba que la invitaría al baile.

–Es genial–comentó (T/N) –. Creo que le gusto y conectamos de muchas maneras.

–Espero que no sea de todas las maneras.

–Descuida, estaré bien.

Poco antes del baile mamá nos mandó a Peter y a mí nuestros trajes y sus vestidos a mis hermanas. Yo estaría con mis amigos, muchos hacen lo mismo;Peter estaría con la chica que invitó, Susan y Lucy estarían con sus respectivas parejas.

El día del baile, cuando me dirigía con mis amigos al salón donde se llevaría a cabo, a pocos metros de nosotros vi a (T/N) sentada al pie de una escalera. Decidí acercarme y vi que estaba llorando.

–(T/a), ¿qué pasa? –pregunté mientras me sentaba a su lado.

–Reece es un idiota. Empezó siendo amable, luego coqueto y terminó invitando a Amy Tatcher.

Independientemente de lo que empezé a sentir hacia el chico–que por cierto no era nada lindo–, me sentí mal por ella. En Narnia, había visto a mis hermanas llorar por chicos que no valían la pena, a Peter llorar por chicas que no lo querían por él y a mí me llegó a pasar también. Es cuando te aferras a algo–en este caso, a alguien– que no es para ti. De todas formas, resulta estresante.

–No llores, (T/a). Él no se merece tus lágrimas y tú mereces a alguien mejor.

–Por eso lloro. No vi lo idiota que es.

–Al menos te diste cuenta antes de tiempo.

Sonrió ligeramente, puse mi brazo alrededor de ella y recargó su cabeza en mi hombro. Al no pensar en algo grandioso para decir, me mantuve callado. Después de un rato, (T/N) se incorporó y limpió el rastro de lágrimas en su rostro.

–¿Quieres ir al baile? –le pregunté.

–No tengo ganas. Creo que iré a mi habitación.

–Iré contigo, solo para que no estés sola.

–¿En serio? –preguntó dudosa y yo asentí en respuesta–. Pero te perderás del baile.

–¿Qué hay de emocionante en un baile escolar?

(T/N) rio ligeramente y puso un mechón de su cabello detrás de su oreja.

–Mamá me dio un libro junto con el vestido–dijo ella–, podemos leerlo si quieres.

–Suena genial. ¿Tienes galletas de la cafetería?

–Sí.
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*ya sé que Adele Castillon es cantante de la actualidad, pero es un fanfic, todo puede pasar.