My angel (Edmund Pevensie x Reader)

10. Las Islas Solitarias

Edmund

Estuve con mis hermanos en las Islas Solitarias durante nuestro reinado,estos territorios estaban bajo la corona narniana,algo así como una colonia. Ahora se veía deshabitada y ni siquiera había alguna bandera narniana a la vista.

–Hay que enviar un grupo de tierra a explorar.–dije.

–Perdóneme,majestad,pero la cadena de mando inicia con el rey Caspian en este navío.–explicó Drinian.

–Ah,claro.

De nuevo estoy a la sombra de alguien más. Caspian el navegante. Claro que es el rey regente,pero aún no he renunciado a mi cargo,aún sigo aquí,eso me da algo de autoridad,¿no?
En fin,Caspian terminó ordenando lo que yo había dicho,pero con otras palabras y nos preparamos para zarpar.

Llegamos a tierra y todo estaba callado. Era sospechoso. De la nada,oímos el replicar de una campana. Todos estuvimos atentos,pero no pasó nada más.

–Reep–dijo Caspian–,tú y los hombres de Drinian aseguren el área. Vamos a explorar. Si no hemos vuelto al atardecer envíen ayuda.

–¿Segura que quieres venir?–le pregunté a (T/N) con temor a lo que pudiera pasar.

–Sí.

–Está bien,solo no te apartes.

Caminamos hasta llegar a un templo. En el camino no nos encontramos con nadie,era como un pueblo fantasma.

–E‐el lugar está vacío,regresemos al barco.–dijo Eustace asustado.

Pensé en que debía tratar de ser mejor con él;además de ser mi primo,es amigo de (T/N).

–¿No quieres venir a cuidar lo puedas?–le pregunté.

–¡Ah,sí! Buena idea,primo. Muy...lógica.

Caspian le dio una daga y nosotros entramos al templo. El lugar estaba oscuro y la poca luz que había era por los huecos del techo y por mi linterna. Hasta enfrente encontramos un libro con nombres y números tachados;supusimos que se trataba de un pago,pero Caspian aseguró que se trataba de venta de esclavos.

La campana volvió a replicar y unos hombres descendieron por medio de unas cuerdas y peleamos contra ello. Puse a (T/N) atrás de mí para evitar que le hicieran algo. El grito de Eustace nos hizo detenernos. Un hombre lo tenía amenazado con una daga en su garganta.

–Si no quieren que otra vez lo haga gritar como una niña,será mejor que suelten sus armas.–dijo el hombre.

–¡No soy niña!–se quejó mi primo.

Pusimos nuestras armas en el piso. Por inercia,(T/N) y yo nos acercamos el uno al otro. Empezaron a ponernos cadenas.

–Esos dos irán al mercado–dijo el hombre señalando a Eustace y Lucy para luego señalarnos a Caspian,(T/N) y a mí–y esos tres a los calabozos.

Hacíamos nuestros esfuerzos por escapar,pero era inútil. Uno de nuestros captores me golpeó.

–¡Eso lo vas a pagar!–grité.

–En realidad–habló quien parecía ser el jefe–,alguien más va a pagar por todos ustedes.

***

Pasamos toda la noche en ese calabozo. Desperté por el estruendo que provocó Caspian al patear la reja y sintiendo un dolor de cabeza.

–¿Estás bien?–me preguntó.

–Sí.

Al otro lado de donde yo estaba se encontraba (T/N) sentada y abrazando sus piernas;en cuanto vio que estaba despierto se acercó para abrazarme y yo la recibí con gusto. Deseé que se hubiera quedado en el barco,así no tendría que compartir lo que sea que nos toque.