6. Vacaciones

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(T/a):tu apodo.
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(T/N)

El año escolar había llegado a su fin, eso significaba que volveríamos a nuestras casas. Al igual que el primer día, tomé el tren junto con los Pevensie. De repente empecé a hablar con las  chicas. Noté que Edmund me veía de reojo, pero quería estar segura;nuestras miradas se encontraron y justo en ese momento sonrió y el suceso pasó dos veces más durante el resto del camino. Bajamos del tren y caminamos para llegar a nuestras casas.

–¿Qué vas a hacer en vacaciones? –le pregunté a Edmund.

–Iré a Cambridge con mis tíos al igual que Lucy. Le ofrecieron trabajo a papá en los Estados Unidos, pero el viaje es muy caro para llevarse a todos.

–No te emociona la idea, ¿verdad?

–Digamos que no son el tipo de persona que se alegra de verte y te hace sentir bienvenido, en especial mi primo. ¿Tú qué harás?

–También iré a Cambrigde a la escuela de verano.

–Qué pesadilla.

–No será por todo el periodo vacacional, aunque sí será cansado. Mis padres quieren que tenga buena educación y eso.

–¿Y tú qué quieres?

Me quedé pensando en la respuesta por unos segundos.

–No lo sé... que acabe la guerra.

Nos quedamos en silencio por un momento. En realidad, sí quería que acabara la guerra, pues no se había obtenido nada además que destrucción y caos. Mis padres hacen lo que pueden porque me quieren... ¿pero qué me asegurá que habrá un mañana?

–Al menos no estarás solo en la ciudad. –le dije a Edmund cambiando de tema.

–Es un alivio. Te prestaré algunos de mis libros para que no te estreses con la escuela de verano ni me extrañes.

***

Durante nuestra estancia en Cambridge mamá y yo nos quedaremos en casa de su hermana, la tía Amy. He ido a esa escuela todos los años excepto el pasado. Ahí no tengo muchos amigos, a quien fácilmente podría llamar así sería a Jill Pole, una chica linda, noble, callada y honesta;ella, a su vez, es amiga de un chico llamado Eustace Scrubb, aunque no es tan agradable como Jill. Eustace no va a la escuela de verano con nosotras, pero solíamos ir a su casa por las tardes.

***

Mamá y yo llegamos unos días antes a casa de tía Amy para instalarnos y dar una vuelta a la ciudad que no habíamos visitado desde hace un año.

Una semana después fui a la escuela. Tenía que tomar un tren para llegar, así que durante el trayecto empecé a leer uno de los libros que Edmund me había prestado. Todo transcurrió normal.

Poco después, al terminar las clases del día, me pareció ver a Edmund salir de uno de esos lugares en donde se reclutan soldados. Me despedí de Jill y fui tras quien supuse era Edmund. Al estar a una distancia considerable lo llamé por su nombre, volteó y pude afirmar que era Edmund. Sonreímos al vernos y nos saludamos.

–Me alegra encontrarte. –dijo Edmund.

–A mí igual. ¿Ibas a enlistarte? –me atreví a preguntar.

–No, yo solo... iba al mercado.

–¿Seguro? Que yo sepa el mercado es al lado contrario.

–S-sí, bueno, yo... –lo noté algo raro y nervioso.

–Edmund...

–Sí trato de enlistarme –dijo de golpe y luego añadió–. ¿No vas a enojarte conmigo?

–No, aunque sí me sorprende. ¿Aún te falta para llegar a la mayoría de edad, no?

–Sí, pero un amigo logró hacerlo y tiene mi edad.

Aquello me sorprendió. Ya era horrible que tuvieran que irse los padres y los esposos para pelear una guerra que no era suya y ahora los jóvenes quieren irse. Además, ya me preocupaba por papá ahora me preocuparía por mi amigo.

–¿En qué piensas, (T/a)?–me preguntó Edmund.

–En lo que acabas de decir. No quisiera que te pase algo.

–Estaré bien. Sé cuidarme y puedo protegerme.

–Pero no tienes experiencia.

Iba a decirme algo, pero no lo hizo. Bajó la mirada y soltó aire.

–Tienes razón.

El silencio que se instaló fue incómodo, pero no se me ocurrió algo grandioso para romperlo.

–¿Te acompaño a casa? –preguntó después de un rato.

–No quisiera que te desviaras.

–Descuida, por mí no hay problema.

Le dije que me acompañará hasta la estación, pues no quería que se alejara de donde se estaba quedando. Durante el camino le platiqué de su libro que estaba leyendo y quedamos de vernos al día siguiente.

My angel (Edmund Pevensie x Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora