llename de colores la vida

Ocho

Habían pasado 2 semanas desde que Lauren y camila formalizaron su relación.

Al día siguiente ambas hablaron con los señores cabello, ninguno tenía algo que objetar, por el contrario estaban cómodos y felices de su relación. Camila seguía viniendo a la garanja cada fin de semana. Le había traído el costal de box y Lauren estaba muy feliz.

En la semana se la pasaban hablando por teléfono al inicio de la mañana y por la noche. Camila le había sugerido que le compraria un teléfono celular

"-Yo tengo dinero Camz, no voy A permitir qué pagues por algo

-Pero yo quiero, qué tiene de malo?

-Un teléfono celular no, amor"

Entonces Lauren le dio dinero y camila le traería el móvil.

Alejandro se notaba un poco más cansado y Lauren le insistía en qué hablara con su esposa e hijas. No era justo para ellas recibir la noticia sin más. Pero el señor era necio

El viernes a las 8 de la noche Lauren se sorprendió de ver el auto de camila entrando a la granja. Salió a recibirla aún que un poco molesta

-Por qué conduciste de noche? - reclamo

-Solo son 45 minutos. Y llegue bien

-Es peligroso que andes por ahí de noche. Sola.

-Solo tenía muchas ganas de verte - Con esas palabras terminó por tranquilizar a su novia. Lauren la abrazo dándole un beso. Entraron a la casa y camila se sentó junto a su padre para cenar, entre pláticas y risas - Bebé me puedes pasar la pimienta?

Lauren sintió las orejas calientes, y claro las tenía rojas. Tenía vergüenza. Pero cuando escucho la risa burlona de Alejandro entre cerró los ojos mirándolo.

Tomó la pimienta y se la acercó a camila.

-Bebé... - Susurro Alejandro riéndose - La bebé jáuregui

Lauren medio gruñó. No le gustaba la burla que su suegro le hacía. Pero era su suegro! Tenía qué aguantarlo

-Papá basta - Lauren sonrío engreída al escuchar que camila la defendía - no quiero qué le digas cosas a mi bebita!

Alejandro soltó otra risa. Y Lauren solo exhalo aire. Era imposible hacer que el hombre parara de burlarse de ella así que solo lo ignoro dándole miradas

Después de la cena y cuando todos se iban a dormir, camila entró a escondidas en la habitación de Lauren. Se acurrucaron bajo las sábanas

-No tenías trabajó mañana? - preguntó Lauren acariciando su cintura.

Camila le dio un beso en el pecho y la abrazo más fuerte

-Recuerdas qué te conté que había una nueva instructora

-Norman? - preguntó Lauren

-Normani, amor. Bueno, esta semana llevo algunas clases solas y ya esta lista así que mañana sábado le pedí de favor que me cubriera por que tu y yo vamos a salir

-A donde?

-Iremos de paseo a pensacola, es una ciudad que tiene costa, una playa bonita. - la ojiverde arrugó el rostro y camila la miró - Qué?

-No tengo traje de baño

-No hace falta amor, iras con pijama para que nadie vea tu sexy y delicioso cuerpo - Lauren soltó una risa. - Ahora a dormir que mañana salimos temprano.

A las 6 de la mañana iban rumbo a pensacola, solo eran 3 horas de camino, Lauren conducía el pequeño auto y obviamente se veía un poco Apretada adentro pero iba feliz tomando la mano de camila y poniéndola en su pierna, dándole besos. Compraron algo para desayunar por el camino, camila le daba la comida en la boca.