Love's Stories | Sasuhina

BUSCANDO NUEVA MAMÁ

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— ¡Equipo escuchen con atención! Hoy ustedes y yo el gran y poderoso Uchiha Kosuke buscará la candidata perfecta para nuestra nueva mamá— habló un niño de aproximadamente 7 años de manera animada desde su habitación, el cual se dirigía a sus muñecos de acción y un peluche con forma de un cuervo —Usted comandante Cuervo me acompañará en está Aventura.... ¡EMPEZAMOS! —

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El pequeño pelinegro salió de su habitación a escondidas y dando unas cuantas vueltas de carro fallidas, mientras cantaba una canción de misión ultra secreta se dirigió a el cuarto de su padre, el cual tenía un gran balcón y desde ahí podía observar a todos los que cuidaban a la mansión Uchiha y a él, pues desde su perspectiva su increíble padre, el gran Uchiha Sasuke es el más ocupado del mundo y necesita todo ese apoyó, más ahora que es su cumpleaños y el jardín esta siendo decorado.

—Vista de alcón, cuervo-san y busquemos una mamá— con sus grandes ojos azabache se dirigió a una mujer de coletas marrones como sus ojos —Tenten-san es bonita, pero no tiene estilo de mamá —  Por un momento recordó como le enseño a casar un oso y en ese "juego" termino destruyendo su oso de peluche en muchos pedazo —Eso... fue extremo— y haciendo un puchero con la boca negó con la cabeza, luego miró a dos chicas de piel blanca, pero una tenía los ojos azules y un cabello rubio claro, mientras que la otra lo tenía color rojo como sus ojos—hmmm, ambas son bonitas también, pero la tía Ino tiene de novio a el "raro" Sai— Por un momento el niño miro a su peluche e hizo una cara de culpable — losé esta mal decirle así pero Papá siempre lo nombra así, así que dejame en paz cuervo-san— continuó con un puchero—hmmm la tía Karin aunque es soltera, es fea cuando le grita a Suigetsu-san, esta loca aveces— un escalofrío recorrió al niño por el miedo de imaginar que ella lo persigue con su característico enojo por vestirse con el traje de Tiburón que le regaló Suigetsu—no, no, no ME NIEGO ella no es una mamá para mí—

El niño siguió observando e identificó un cabello rosado y justo al ver quien era se quedo helado, era la misma mujer de ojos verdes que lo abraza por mucho tiempo y eso le agobia — ojo a Sakura-chan cuervo-san, nos puede atacar con su superior abrazo en cualquier momento— entrecerro su mirada mientras hacía un puchero, sin embargo en ese momento rió al ver como era abrazada de la misma manera que  ella lo hace por el baka de Naruto — ¡Ja! Sufreeeee con tu ataque superior Haruno-chan—

El pequeño prosiguió en su búsqueda en ese gran balcón, miraba a todos lados pero no encontró a nadie más que fuera la candidata perfecta para ser su mamá y rendido se fue arrastrando su muñeco se adentró al cuarto de su papá, logrando ver una foto de sus padres en el buró que estaba a un costado de la cama y sin previo aviso sus ojitos se llenaron de lágrimas, tomó  el cuadro con sus manitas y subió—Papá Itachi, mamá Izumi... Cuervo-san los extraña mucho, lo cuido muy bien, no tan bien como papá Sasuke lo hace conmigo, pero él esta muy solo y nadie lo cuida como Mamá lo hacía contigo y conmigo Papá, por eso yo quiero una nueva mamá para que seamos como cuando ustedes estában aquí y....— No logró terminar pues el llanto interrumpió sus palabras.

Fue en ese momento que escucho como una figura femenina entraba a la habitación —¿Kousuke-kun?... estas aquí, todos te están buscando...— su llanto se tranquilizó al escuchar esa delicada voz que conocía muy bien, la joven hizo una pausaal verlo y al ver al niño así, lo levantó de la cama para cargarlo y arrullarlo —Tranquilo... ya estoy aquí— siempre hacía eso, era su niñera de tiempo completo, lo vestía, limpiaba y cuidaba, en sus ojos era la mejor.

El niño la dejo de abrazar —Y-yo no lloro Hina-san, yo soy un hombre — se seco sus lágrimas con la manga de su pequeña camisa azul.

Ella solo rió — Claro que sí, pero es normal llorar para todos—  lo sentó en la cama y dijo sonriente —Te haré unos tomates asados ¿sí?—

El pequeño solo se le quedo observando atentamente, hasta ver como la mujer se marchó de la habitación —... Ella es... ¡ELLA ES!— El joven Uchiha corrió con sus pequeños pasitos hasta llegar a las escaleras principales, donde la ojiluna ya estaba terminando de bajar y justamente la puerta principal se estaba abriendo, pero eso no le importo al menor de los Uchihas tenía que decirle... —¡Hina-san!— grito  el pequeño, captando la atención de la peliazul y de la persona que estaba llegando — ¡QUIERO QUE SEAS MI MAMÁ!— con cinco palabras el pequeño dejo atónitos a los dos adultos, fue en ese momento  cuando Kousuke logró ver a su padre, que sostenía las llaves de su casa y lo miraba en shook.
—¡Otto-san! —queriendo correr por las escaleras para saludarlo, el pequeño dió un mal paso haciéndolo tropezar y casi volar.

—¡Kousuke!— grito el Uchiha mayor y corrió hacía él pero la Hyuga ganó su cometido por estar más cerca y corrió sin pensarlo a sostenerlo, lo cual logró, pero la fuerza de la gravedad con el peso de el ojinegro con pequeñas ojeras la hizo ladearse hacía atrás, sin embargo un cuerpo masculina los sostendría a ambos.

La hyuga giró un poco su cabeza y logró ver quien era —¡U-uchiha-san!— se quito velozmente con un rostro sonrojado y le dió a cargar a su pequeño. El hombre solo la miraba atentamente y en silencio.

—Hina-san te miras como un tomate lindo—  habló el pequeño mientras apuntaba a las mejillas de la chica, lo cual el mayor de los Uchihas tambien notó y sonrió de medio lado.

La joven ojiluna se sonrojó aun más y solo optó por decir—L-los invitados los esperan afuera y-y Kousuke-kun te haré los tomates después ¿s-si?— dió una reverencia y se fue con torpeza a la cocina.

El pequeño miraba con una gran sonrisa como huía la peliazul, pero sintió la mirada oscura de su padre a un costado. Lo bajo para hablarle de frente —hmp...¿Qué te he dicho de correr en las escaleras?— ocasionando que el menor solo agachará la cabeza y dijera en un pequeño susurro "perdón" y se fuera al jardín donde todos lo esperaban  — aún no termino...— El pequeño regresó con la cabeza baja y se detuvo enfrente de su tutor —hmp... ¿Así que una mamá?—

El ojinegro levantó la mirada emocionado — ¡Esque Hina-san es perfecta, cuervo-san y yo lo confirmamos!—  sonrió emocionado, pero la mirada oscura de su padre calmo su emoción e hizo un puchero —Aunque Hina-san necesita un esposo menos amargado— y diciendo eso salió corriendo al jardín sabiendo que el mayor se irritaría con su comentario.

El oji negro lo miró irse y sonrió — Lo sé — y caminó en dirección a la cocina, ahí se encontró con una tímida joven de su edad que hace tiempo había observado, todo con la excusa y la aclaración de saber como cuidaba a su sobrino que ahora era su hijo, pero sabía que físicamente  le gustaba la joven, lo supo desde que la contrató, pero el cariño con el que trataba a Kousuke le hizo atraerlo aun más, pero no sabía como hablarle, tal vez esta es su oportunidad.—hmp— garraspeó y la Hyuga logró escucharle, mientras asaba los tomates del niño en la estufa.

—¡Oh! Uchiha-san— se inclinó al verle, estaba nerviosa y más por lo sucedido hace unos momentos, tenía que disculparse —Sobre lo de hace unos momentos, K-kousuke eh ...—

—Gracias por salvarlo de la caída, te debo una— se recargo en el marco de la puerta y la observo.

Apenada se sonrojó, ese hombre la ponía nerviosa y no entendía porqué —Para nada, es mi trabajo, ya sabe c-como son los niños y Kousuke-kun es travieso — sonrió.

—Sí, se parece a su padre...— Ella lo miró atónita y el entendió — No... yo no soy travieso, mi hermano cuando era pequeño lo era y... — la ojiluna solo rió y respondió  con un "entiendo" para luego solo mirarse unos segundos que para ellos fueron eternos, pero realmente tranquilos.

Lo que no contaban esque en la ventana un pequeño los observaba emocionado, era su momento de interrumpir — A papá le gustan los tomates como tú Hina-san—

Los dos adultos se giraron a ver al niño sonrojados —¡Kousuke!— gritaron al unísono y el pequeño pelinegro salió corriendo nuevamente, tal vez no sea tan difícil que la Hyuga sea su nueva mamá.

—La búsqueda de mamá está concluida Cuervo-san— hizo una señal de militar y sonrió al cielo.
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