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Cuando Jimin abrió la puerta de su departamento y vió a Taehyung totalmente destruido lo tiró a sus brazos con tanta preocupación. El castaño tenía los ojos hinchados, con grandes bolsas debajo de ellos, su cabello de rulos estaba revuelto y esponjado, no había rastro del Taehyung bien vestido de todos los días, pero lo que más preocupaba a la pareja es que no había brillo en sus ojos, estaba totalmente apagado, dejándose hacer en los brazos de Park, sin fuerzas para devolver el abrazo. Cuando Jimin se separó lo guió al sofá donde prácticamente lo sentó, igual de manejable que un títere.

—¿Qué pasó, TaeTae? ¿Algún familiar tuyo...? —Jimin se detuvo porque no quería ser imprudente pero podía notar que Hoseok estaba igual de preocupado que él.

Kim no habló, bajo su mirada a las manos en su regazo, incapaz de soltar palabras que sabía lo iban a terminar de romper, no quería decirle en voz alta, aún no estaba dispuesto a caer en la realidad. La pareja constantemente se miraban pues el silencio se extendió a minutos, donde no hubo palabra alguna, solo había un Kim Taehyung tembloroso, con la mirada baja y maltratando sus labios entre sus dientes.

—Prepararé algo de comer. —Hoseok dijo rompiendo la quietud.

No se dijo más y la preocupación sólo creció cuando el castaño tampoco quiso comer, pero no quería obligarlo a hablar. Así que respetaron su silencio, no podían ofrecerle mucho, apenas y se habían conseguido un departamento rentable para ellos y era pequeño, así que le prestaron el sofá. Pero Jimin no aguanto y al segundo día de su estadía no se pudo contener más.

—¡Tienes que decirme qué pasó! —Le sacudió de los hombros. —¿Cómo voy a saber cómo ayudarte si no sé qué tienes? Por favor, necesito de tu parte. —Rogó tomándolo de las mejillas para mirar aquellos ojos rojos y repletos de lágrimas.

—Me quede solo. —Su voz estaba tan grave por la falta de uso del par de días, grave y rota. —Me quedé solo.

Volvió a repetir y buscó los brazos de su amigo con desesperación, aferrándose a él con tanta fuerza que el corazón de Jimin dolió. Dolía y no quería forzarlo a hablar por eso después de ayudarle a calmarse buscó el número Jungkook, creía prudente decirle donde estaba Taehyung y preguntarle a él si sabía lo que había pasado. A Jeon no le bastaron los mensajes, en cuanto supo que Taehyung estaba ahí, le marcó a Jimin preguntando tantas cosas que para Park fue imposible no abrumarse. Hasta que calmó al AuPar pudo colgar y por la noche habló con Hoseok de la situación, no sabían que quería Taehyung, pero estaban dispuestos a estar a su lado y ayudarle lo mejor que pudieran, pero cuando pasó una semana Kim salió de casa dispuesto a buscar donde vivir porque incluso si sus amigos se portaban excelente con él, podía notar que la casa estaba tensa.

No sabía en qué momento su búsqueda cambió de objetivo, no lo supo hasta que estuvo en el barrio donde vivía su madre. Su familia. El lugar era tan decadente, igual a como lo recordaba. Sus toques fueron delicados en la puerta de madera, nervioso porque hacía tanto tiempo que no estaba ahí, ni bien la puerta se abrió una menor como de cuatro años salió huyendo de él, con un poco de pena entró a la casa con pasos cortos y torpes.

—¿Mamá? —Preguntó mirando a todos lados, pero solo estaban sus hermanos, mirándolo asustados. No lo reconocían, peor aún, ni siquiera les era familiar y eso dolía tanto.

—¿Qué haces aquí? —Taehyung se giró de inmediato al escuchar la voz de su madre entrando a casa con amargura. —¿Te acordaste que tienes familia y vienes con dinero?

—Mamá...

—Deja de llamarme así, la última vez que te vi creo haberte dejado bien en claro que yo no quiero hijos como tú, tan enfermo y asqueroso.

—No digas eso en frente de los niños, ellos...

—Vete.

—Te extraño. —Confesó, recordando su infancia y los mimos que recibió alguna vez de la mujer que en ese momento se veía impaciente, recelosa y con mucha amargura. —Mami, te extraño mucho.

Se encorvó tapando su boca, odiando ser tan debió y sensible, llorando como aquel niño pequeño que fue perdiendo a su madre mientras crecía.

—No quiero volver a verte. —Lo empujó fuera de la casa sin tanta dificultad porque Taehyung ya ni siquiera recordaba lo que era tener fuerza. —Que sea la última vez que pisas este lugar. ¡Largo!

Lo empujó más fuerte y Taehyung apenas pudo mantener el equilibrio, tropezando un poco con sus pies pero sin caerse. Él no tenía una familia. Estaba solo. Estaba harto, también. De llorar, de sufrir. Se había jactado por mucho tiempo de ser una persona plenamente feliz, creyendo en ese entonces que podía con todo, que su nivel de resiliencia era increíble, pero ahora, se sentía patético y tenía tantas ganas de reírse por ser tan estupido. Sería otro día en el que buscara departamento, con mucho pesar regresaría a casa de sus amigos para pasar otra noche ahí, tirado en el sofá y sin ganas de hacer nada. Preguntándose cada maldito segundo si sus niños estarían bien, si comían bien, si dormían bien, si se duchaban bien, si YongMin estaba llevando bien traer el yeso, si YangMe llevaba un buen desayuno al colegio y no nuggets congelados. Y se preguntaba también, si Kim Seokjin estaba sufriendo lo mismo que él, deseando que fuera así y al mismo tiempo llorando por no estar a su lado. Necesitaba abrazos cálidos y fuertes, necesitaba su aroma, necesitaba sus palabras. Y entonces recordaba las dichas la última vez, los gritos, y se rompía la imagen del hombre perfecto que había tenido y con esa imagen en mente se volvía a romper él mismo.


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Esperando que no encuentre faltas de ortografía, les dejo el cap ^^
Y si encuentran señálenlas, pls!!!

Por cierto, INFINITAS gracias por dejarme sus comentarios en caps anteriores, espero leerles en este también, no saben la motivación que me dan para seguir escribiendo 🤧❤️

AuPair || JinTae • Namkook [Part. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora