ᴇᴘɪʟᴏɢᴏ

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Un día Taehyung estaba inscribiéndose a una agencia para cumplir su sueño de ser AuPair y al otro era dueño de un PentHouse, sí, aquel departamento lujoso en la punta de un edificio en Nueva York. Le hubiese gustado comprarlo con su propio dinero, decir que era el fruto de su esfuerzo, pero la realidad es que había sido su regalo de graduación por parte de Min Yoongi. El empresario lo había puesto a su nombre sabiendo que dónde estuviera Taehyung, sus sobrinos serían felices y estarían seguros.

Eran las siete de la mañana y Taehyung ya se estaba alistando para un día más de trabajo, cinco años no se pasaron rápido, al final se había decidido por estudiar gastronomía, específicamente repostería y ahora podía decir que su sueño de ser dueño de una cafetería se había cumplido, esta apenas llevaba un año de su apertura, pues después de terminar sus estudios se había dedicado a trabajar y juntar sus ganancias para abrirla. De esta si podía sentirse orgulloso y decir que lucho todos los días por lograrlo. Fueron cinco años de desvelos, de agotamiento, de mucha lucha, después de todo sobrevivir una ruptura y el ser padre no fue nada fácil, podía tener exámenes al día siguiente con un bebé alto en fiebre, eran noches de estudio con un niño en brazos y no es que Seokjin no lo ayudara, es que él siempre se empeñaba en estar con sus hijos en momentos así. El señor Kim y él no se veían mucho, tampoco se hablaban más que para recibir y entregar a los niños, con el tiempo habían formado una rutina de cuidados compartida por el bien de sus hijos. A él le había tocado sentarse y hablar con YangMe seriamente de la situación, explicar que sus padres no estarían juntos pero que traerían lo mejor para ellos. Al principio no lo tomó bien, se habían encaprichado a quererlos juntos y eso dolía tanto, pero Taehyung no cambiaría la decisión que había tomado y las charlas con ella eran todos los días, hasta que fue aceptando y viendo que ambos estaban con ella, con ellos.

Tres años le había llevado terminar su carrera, hizo sacrificios, repartiendo tiempo en trabajo, estudios y crianza pero lo había logrado y se había sentido tan jodidamente bien. Construía cosas propias que sabía que nadie se las iba a quitar, se llenaba de confianza con el tiempo y se volvía muy responsable. La terapia era algo que él también comenzó, sanando con su pasado, dejando ir los lazos que compartía con su familia en Corea, reconciliándose con su parte lastimada y sabiendo que es lo que quería para su vida.

Un último arreglo a su cabello en el espejo y salió de la habitación, ni siquiera recordaba que antes hubiera estado tan guapo, tan elegante y tan cómodo, quizás era por la confianza que había ganado, seguro era por la autoestima con la que ahora se veía. Eso lo hacía sonreír siempre, porque no podía mentir, su ego se alimentaba de la mejor manera. Pero dejando de lado su inmenso amor propio tocó la puerta de su hija tres veces y después entró, encontrándola estirando su cuerpo para sacar el sueño.

—Buenos días, preciosa. —Se sentó a su lado y se estiró a abrazarla dejando un beso cariñoso en su frente. —¿Quieres algo en específico de desayuno? —Ella negó aún medio dormida pero con una sonrisa. —Bueno, anda a alistarte que iré a la cocina. —Se levantó de la cama para ir a la otra recámara pero antes de cerrar la puerta habló de nuevo. —Ya he reservado mañana para tu cumpleaños, así que échale ganas hoy a clases que ya es último día de la semana.

—Appa. —Su voz estaba ronquita por la falta de uso. —¿Has invitado a papá?

—Solo saldremos a cenar nosotros tres. Tu tío Jungkook al día siguiente te tiene preparada una fiesta y ahí estaremos todos. —Escuchó el sonido de decepción pero no dijo nada.

—¿Vendrán mis tíos de Japón? —Preguntó ilusionándose por eso y más despierta.

—¿Cuando tú tío Yoongi se ha perdido uno de tus cumpleaños? —Ambos rieron y YangMe fue directo a su baño para alistarse para la escuela.

AuPair || JinTae • Namkook [Part. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora