Hellfire Club

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Disclaimer: Ni los Vengadores, ni Stranger Things me pertenecen. Son de Marvel y de los hermanos Duffer, respectivamente; solo la historia es producto de mi imaginación. 

NOTA: Tiene spoilers de la 4Temporada de Stranger Things

—Tiene Viudas en todo el mundo, Melina deberá copiar la fórmula.

Natasha le entregó a Yelena el único vial que había conseguido rescatar después de la caída de la Sala Roja; sabía que las Viudas Negras dentro de aquel lugar habían conseguido escapar, pero no eran las únicas.

—¿Qué dices?—preguntó Yelena, confundida—¿No vendrás con nosotros?

—Ross está por venir, alguien tiene que limpiar este desastre—comentó—Además, los Vengadores necesitan ayuda...ha sido demasiado con esta rabieta.

Los otros tres rusos la miraron con tristeza, pero terminaron por aceptar. Conocían muy bien a Natasha como para pensar que se quedaría de brazos cruzados al saber que otra persona que le importaba se encontraba en peligro, así que no podrían convencerla de volver con ellos.

—Si te vas, deberías tomar esto...—dijo Yelena, entregándole su chaleco—¡Sé cuánto te ha gustado!

Natasha le dedicó una sonrisa, recordándoles qué se cuidarán y prometiéndoles que estarían en contacto, antes de verlos partir en el helicóptero. Respiró profundamente, contando los minutos antes de que apareciera el General Ross con todo su ejército de hombres dispuestos a acabar con ella.

—¿Todo esto por una mujer indefensa?—alzó una ceja—Sus compañeros se burlaran de ustedes.

Estaba rodeada, las armas apuntando con fuerza hacia su cuerpo; parecía que no habría posibilidad alguna de escapar. Bajó lentamente las manos, metiéndolas a los bolsillos del chaleco de Yelena, esbozando una enorme sonrisa cuando se dio cuenta de lo que había dentro.

—Maldita sea, Yelena...¡Eres una genia!—exclamó—¡Por eso querías un chaleco con tantos bolsillos!

Conocía muy bien los aparatos que había creado Melina durante la época que vivieron en Ohio, así como los auriculares que ella misma le había enviado a Alexei en el gulag. Se lo puso discretamente, cuando Ross le gritó que se tirara al suelo.

—¡No me jodas, Natasha!—se escuchó la voz de Yelena—¿Tanto tiempo tardaste en encontrarlo?

—¡Estoy en medio de algo importante!

—¡Vamos a ayudarte, hermana!

La pelirroja comenzó a seguir las instrucciones de su hermana. Ella era más que capaz de enfrentarse a Ross, pero se sentía bien tener ayuda.

—¡Levántate, Romanoff!—Ross la apuntaba directamente con un rifle—¿Acaso me tienes miedo? ¡Y muéstrame que tienes en esos bolsillos!

Natasha se puse en pie, enseñándole las manos.

—No hay nada, Ross—se quejó—¿Podemos terminar con esto?

—Estás arrestada por haber violado los Acuerdos de Sokovia—el general comenzó a enumerar todos sus crímenes—el ataque del rey T'Challa, el robo de varios millones en material perteneciente al gobierno de los Estados Unidos de América.

Natasha rodó los ojos, parecía que ese hombre no iba a dejar de hablar nunca.

—Eso es muy aburrido, Ross—se acercó a él, viendo como cargaban el arma—¿No te han dicho que deberías tomar vacaciones? Realmente estás muy desmejorado.

—Déjate de juegos, Romanoff—vio a su alrededor—¿Qué es todo esto? ¿A quién has matado ahora?

—Dreykov, supongo que ese nombre te suena, ¿no?—Disfruto ver como el hombre palidecía—Si te hace sentir mejor, yo tampoco sabia que seguía vivo, pero me encargué de eso—extendió una memoria USB que puso en su mano—Aquí tienes toda la información que conseguí, puedes ver que varios gobiernos están metidos en esa mierda, incluso algunos de tus queridos amigos...

ASSEMBLE || AvengersWhere stories live. Discover now