Disclaimer: Los Vengadores no me pertencen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.
NOTA: Negritas en ruso.
Para Nathie.
Natasha recordaba la primera vez que había sentido lo que era un hogar, en Ohio; pero nada se comparaba a la sensación que se expandía en su pecho cada vez que Alya extendía los brazos a ella.
—¡Mami! ¡ELAO!—anunció la niña, sonriendo—¿Quieyes?
La Viuda Negra chasqueó la lengua, viendo a los tres hombres también. Ni Steve, Bucky o Sam se habían resistido y ahora Alya tenía el rostro cubierto de chocolate.
—Pensé que buscaban algo para mi ojo, ¿no es así, shvíbzik?
Alya solamente se encogió de hombros, tirando de nuevo del pantalón de combate de su madre para que la alzara.
—¿Te duele musho?—cuestionó la niña, verdaderamente preocupada.
Natasha negó, no quería que Alya se enterara de la extensión de sus heridas. Había luchado mucho por proteger a su hija y no sería ella quien rompiera su inocencia.
—No es nada, mi bebé—Natasha depositó un beso en su frente—¿Por qué no vamos a buscar a tu tía Lena?
Yelena entró a la casa en ese momento, seguida por una Wanda que no podía ocultar su preocupación. Natasha frunció el ceño, levantándose de la silla con su hija en brazos.
—¿Conseguiste el hielo para tu mamá, Alya?—preguntó la joven Viuda.
La niña negó, aún aferrada al cuello de su madre. No estaba dispuesta a dejarla ir.
—Solo consiguió comerte todo tu helado de chocolate, bonita—dijo Bucky, abrazando a Yelena por la cintura—Pero escondí un tarro, no te preocupes.
Natasha se sorprendió cuando vio como su compañera se alejaba del soldado del Invierno, pero lo que la impactó más fue la reacción del hombre. Le recordaba mucho a Steve cada vez que ella lo había rechazado.
—¿Mami?—de nuevo, Alya requería toda su atención—¿Vamosh pod totolate?
Suspiró, anotando mentalmente que hablaría con su hermana a la primera oportunidad.
—Ya comiste demasiado, mi bebé—respondió la espía—¡Y debemos dejarle más a tu tía Lena! Es nuestro pago por los días que te ha cuidado.
—¡Hey! ¡Pero yo lo compré!—se quejó Yelena.
Wanda podía ver la tensión de Yelena, no necesitaba leer sus pensamientos para darse cuenta. También Bucky liberaba sus emociones, causándole un enorme dolor de cabeza.
—Voy a ir a mi habitación—indicó Wanda—Avísenme si necesitan ayuda en la cena.
—¿Tiene una habitación?—se quejó Sam—¿Por qué tiene una habitación?
—Necesitaba un lugar para poder encontrar la paz después de lo que ocurrió en el RAFT—respondió Steve—Ella nunca se sintió del todo bien en Wakanda, así que Natasha decidió traerla hacia acá.
—Se ha vuelto todo un santuario para ustedes, ¿no?
Steve giró para ver a Natasha y Alya, la niña hablaba moviendo las manos mientras su madre la observaba embelesada.
—Alya es nuestro hogar y haremos lo que sea para protegerla.
—Jamás pensé que la tuvieran tan bien escondida, ¿alguien más lo sabe?
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ASSEMBLE || Avengers
Short StoryEllos solo eran un grupo de seres dispuestos a darlo todo por aquellas cosas en las que creían. || Historias aleatorias del presente, pasado y futuro de los Vengadores.