Capítulo siete

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El frentudo

— Buenos días.

Lo primero que vieron sus ojos fue a una chica de ojos oscuros y de una voz muy gentil. Trató se sentarse con la ayuda de esta y comenzó a inspeccionar el entorno. Estaba en una especie de hospital rodeada de muchas camas.

— Disculpe — Todavía seguía débil pero habló — ¿Qué es exactamente esto?.

— Estás en un lugar seguro,aquí te recuperarás rápidamente.

Entonces lo recordó. Recordó que había ingresado a la prueba y casi muere de no ser por...

— ¿Ah? Veo que estás mejor.

Un chico que parecía tener su edad entró al salón y se acercó a ambas.

— ¿Quién eres? — Habla neutralmente.

— ___-san él es Tanjiro. Ha estado velando por ti en el tiempo que has estado dormida.

— ¿Tú eres médico? — Pregunta directamente al pelirojo.

— No,para nada — Sonríe nervioso — Oh, por cierto. Felicidades.

La señorita también la felicitó y no entendía por qué.

— Pareces desconcertada. Ahora perteneces al cuerpo de cazademonios,aunque empezarás desde el puesto más bajo.

¿Lo logré?

— ¡Sí! — Saltó de su cama — ¡Pasé!.

— ___–san tus heridas.

Algo en su cuerpo hizo /crack/ y cayó de nuevo acostada. Había olvidado cuánto se hirió. Esta vez se levanto más calmada y agradeció a sus dos acompañantes por todos sus cuidados. Tenía intenciones de marcharse pero la señorita,que resultó ser la pilar insecto,no tenía pensando dejarla ir hasta que se recuperara completamente.

Pasó tres días ingiriendo líquidos de mal gusto y en compañía de tres simpáticas niñas. Pero seguía estando recaída. ¿Por qué Rengoku no la ha ido a ver? ¿Estará enfadado?.

— ¿Será que no quiere verme más? — Volvió a lloriquear por endécima vez en el día — ¡ME DETESTA! ¡WAAAAA!

— ¡___-chan! ¿¡Por qué lloras? — Tanjiro salió a la terraza preocupado cuando vio a la chica tirada en el suelo — ¿Te hiciste daño?.

— ¡Sí! — Gritó — ¡RENGOKU ME ODIA! — Empezó a mover sus manos y pies hacia arriba y abajo como una niña pequeña — ¡Y ESA IDIOTA DE SHINOBU NO ME DEJA IR!

— ¡___! — Le replica el chico asombrado de su comportamiento. Cuando entraba en su faceta berrinchuda olvidaba su buen vocabulario.

La llevó a sentarse en el suelo de madera mientras miraba el pequeño lago que había frente a ellos. Tanjiro sabía que eso resultaba aburrido para ella, pero al menos la tranquilizaba.

— ¿Tanjiro cuánto tiempo te quedarás aquí? — Dice sin ganas mirando al suelo.

— Creo que mis amigos y yo nos quedaremos un poco más,para fortalecer nuestra fuerza — Miró a ___ y vio un aura negra alrededor de ella.

— Una vez que salga,esa mujer mariposa va a arrepentirse de lo que me está haciendo — Apretó la flor que tenía en sus manos.

El chico relajó su semblante y le arrebató la florecilla dañada entre sus manos.

— Aunque no lo parezca se preocupa mucho por la salud de sus compañeros. Así que no la maldigas.

Ella se estiró en el suelo tratando de alcanzar el rose de las flores otra vez.

Rastro de lágrimas. /𝑹𝒆𝒏𝒈𝒐𝒌𝒖 𝒚 𝑻𝑵/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora