Capítulo diez

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Intenciones

—  ¿___?

— Lo siento. ¿Te desperté?

A pesar de la tranquila noche para ___ era imposible concebir el sueño. Estaba segura de que algo malo estaba a punto a pasar. Trató de entretenerse escribiendo un par de cartas para enviarle a su hermana pero probablemente la luz de la vela despertó a su compañera.

— Aiko. ¿Estás segura de que aquel hombre...? No parecía reconocerte.

— Tal vez fue mi imaginación. Disculpa,estoy muy asustada.

Ella intentó calmar a su amiga hasta que pudo volver domir. Apagó la vela con la intención de poder descansar también. Aunque algo lo evitó. Su ventana de pronto se abrió dejando entrar el frío aire de la noche y con él una figura que reconoció al instante.

— ¿A quién le escribes? — Tomó las cartas en sus manos — Vaya,tienes una bonita caligrafía a pesar de ser una chica mediocre.

— ¿A quién le dices eso? — Le arrebató las cartas — ¿Cómo me encontraste? Akaza.

Este se sentó sobre la mesa donde anteriormente escribía ___. Comenzó a inspeccionar la habitación y al final la miró a ella.

— Eres fácil de rastrear — Observó a la persona que estaba durmiendo en la cama — ¿Una mujer? ¿___ te gustan las mujeres?

— No te confundas. Estoy en una misión y debo llevarla sana y salva a la capital — En ese momento una chispa se prendió en su cabeza,tenerlo ahí podía beneficiarla — Dime Akaza. ¿Sientes la presencia de otro demonio?

— Sí y se encuentra justo en este lugar.

¿Qué? No puede ser.

— ¿E-estás seguro? — Su comportamiento se alteró.

— Creo que era ese tonto gerente, pero no parecía tan fuerte — La vio decidida y carcajeó.

— ¡Idiota! Vas a despertar a Aiko — Le dio en la nuca.

— ¿Planeas matarlo,verdad? — Atrapó su brazo antes que se alejara y la pegó a su pecho — Te lo diré con tiempo. Es imposible que lo derrotes,no estás a su nivel.

— Gracias por la preocupación,pero...— Lo empujó — Puedo cuidarme sola.

— ¿Y a esa mujer,qué? ¿También podrás protegerla? Por favor,ni siquiera creo que puedas salir con vida — Quedó sorprendida al ver lo cruel que podía llegar a ser el pelirojo — ¿Qué pasa? ¿Herí tus sentimientos?

Por supuesto que lo hizo. Estaba ansiosa ya que era su primera misión y una nueva experiencia para ella. De alguna forma su ánimo decayó con unas simples palabras.

— Rengoku-san jamás me habría dicho algo así — Akaza abrió rápidamente sus ojos y sus pupilas doradas casi no se podían ver.

— ¿Rengoku? Aquella noche también escuché ese nombre. ¿Quién es? — Cuando volvió a fijarse en el rostro del chico, se asustó. No parecía ser el de siempre.

— Olvídalo. Si no piensas alentarme solo vete.

___ no supo en qué segundo Akaza la había empujado contra la cama y se había colocado encima de ella. Sus ojos eran diferentes,parecía estar enojado o tal vez frustrado,pero ___ percibía algo más. Sus fuertes brazos estaban sosteniendo sus frágiles muñecas.

Tiene una fuerza monstruosa.

— ¡Aka-

— Shh — Cubrió su boca — Vas a despertar a tu compañera.

Rastro de lágrimas. /𝑹𝒆𝒏𝒈𝒐𝒌𝒖 𝒚 𝑻𝑵/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora