17. Primer intento

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Taehyung corrió sin siquiera pensar en detenerse en nada, ni en los choques que tuvo con personas caminando por el establecimiento, ni miradas molestas y curiosas que los estudiantes le estaba dirigiendo, ni que ya le comenzaba a faltar el aire en sus pulmones. Tenía las mejillas rojizas debido al enojo y al esfuerzo, incluso ya estaba comenzando a sudar, el cabello de su nuca comenzando a pegársele a la piel.

Aún no caía en cuenta en lo que había dicho, simplemente se había sentido tan traicionado porque lo habían dejado de lado con el tema de stand, entendiendo ahora los cambios de conversación tan abrupto, que le estaba comenzando a doler el corazón. La verdad no entendía el por qué no le habían dicho nada acerca, se supone que era parte del comité, ¿entonces por qué no decirle?

Sí, está bien. Él es Nadie y la búsqueda es para encontrarlo a él, cosa bastante contraproducente, pero, ¿era necesario no informarle...?

Oh.

Taehyung se detuvo de manera abrupta, su mente comenzando a recordar de una manera furiosa lo que había dicho ante la inseguridad, pena y rabia que había sentido al momento en que le explicaron el motivo del stand y que Jungkook había estado conforme.

Como yo soy Nadie... ¡soy n(N)adie para detenerte!

Tontotontotontotonto, como era tan tonto.

¡Le había dicho la verdad! Ni tan verdad, pero se entendía el doble sentido a sus palabras y ahora una desesperación comenzó a subirse a sus hombros. Era tan tonto.

El pelinegro comenzó a caminar en círculos como un maniático, creando esta burbuja en donde comenzó a murmurar maldiciones contra sí mismo. Había abierto de más la boca y ahora estaba completamente arrepentido. Todos tuvieron que haber entendido el sentido que le había dado sin querer a sus palabras, y la verdad no le interesaban los demás, pero... Jungkook. Jungkook tuvo que haberlo escuchado y haberlo entendido.

¿Qué hará ahora?

No estaba preparado, y él sabe que viene diciendo eso desde un comienzo, desde que comenzó a mandar las cartas bajo un cómodo y seguro seudónimo. Pero seguía sin estar preparado, en ningún momento se había sentido con la suficiente valentía de ir hacia Jungkook y decirle la verdad. Aunque, si hubo uno, pero justo llegó Yugyeom a entrometerse y eso lo asustó aún más. No era fácil, más cuando nunca había tenido una estrecha relación con su crush quién ya no era tan crush, debido a que los sentimientos que tenía por el castaño oscuro se intensificaron.

Taehyung sabía que no estaba siendo a lo mejor justo consigo mismo, como tampoco con Jungkook. Yoongi le había dicho en varias ocasiones cuando ambos estaban ensayando para la audición que tenía que decirle la verdad, porque el año se estaba acabando, Jungkook se iba a ir a la universidad, no sabía si existía una mínima posibilidad de verlo fuera del establecimiento una vez que Jungkook se licenciara entonces, debía de apurarse. Tantear el camino diciendo cosas que Nadie ya le había dicho anteriormente en cartas, pero tenía que decidirse, sincerarse.

Pero asustaba. Demonios que sí se asustaba.

Taehyung suspiró, mientras sus manos desesperadas desordenaban su cabellera ante su mente sobrecargada. Tenía que decirle la verdad, tenía que ser valiente y cumplir con su parte, y aún más, tenía que ser sincero y pensar tanto como en Jungkook, que como en él. Ambos se merecían esa conversación, sincerarse, y ya lo que pasaba después era otra cosa.

Con eso repitiéndose en su mente una y otra vez, se dio media vuelta para volver hacia la banca y así poder hablar con Jungkook. Pero el castaño oscuro se estaba deteniendo frente a él, jadeando por aire, cabello desordenado y unas mejillas rojas por la corrida tan repentina.

Lo había seguido. ¡Lo había seguido! Y con el corazón tibiecito ante esa revelación, Taehyung se acercó al mayor.

—Jungkook —Musitó, sus ojos mirando a los ojos contrarios, siendo éstos lo que le otorgaban la seguridad suficiente de ser sincero.

—Tae —Murmuró Jungkook, sonriéndole levemente y de una manera suave.

Ambos estaban demasiado cerca, sus pies acortando de manera inconsciente la distancia que había entre ellos. Sus manos hormigueaban por tocar al otro, los latidos de sus corazones podían escucharlos claramente. Las mejillas rojas, los ojos brillantes, sonrisas bonitas.

—Jungkook, te he tenido que haber dicho esto desde un comienzo, pero tenía miedo —Dijo nervioso el menor, Jungkook solamente le miró con los ojos llenos de amor—, Pero Jungkook, yo...

Y el timbre sonó. Me tienes que estar jodiendo.

Se busca a "Nadie"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora