Primeros días de Agosto
El castaño oscuro entró a la cafetería demasiado sonriente, Nadie le había dejado otra carta... bueno, más bien, otro poema sobre la rejilla de su mesa. El poema, tan precioso, hizo que Jungkook estuviera mucho más arriba de las nubes, fascinado y con el corazón latiéndole demasiado rápido ante tan bellas palabras que le fueron dedicadas. Ni que le hayan asignado un trabajo de 20 hojas, de un libro más antiguo que la misma escuela, teniendo que citar en el maldito formato APA experto en generar dolores de cabeza había hecho que toda su felicidad ni siquiera disminuyera. Estaba muy contento, muy feliz, muy fascinado, muy encantado con su precioso Nadie que nada podía bajarlo de la nube en la que él estaba acostado mientras disfrutaba la euforia que su escritor y poeta favorito le daba.
El joven se sentó en su mesa de siempre, con una sonrisa delicada aún en sus labios, demasiado feliz mientras recordaba aun los versos. Jimin a su lado bufó, dejando su mesa y tomando algo de dinero, fue a comprar el almuerzo. Sabía que Jungkook no le iba a mostrar la nueva carta de Nadie, lo cual le molestaba un poquito, porque quería saber si eran tan bonitas como su mejor amigo decía, pero tampoco iba a ser tan insistente. Mientras paseaba por la cafetería, vio los pocos panfletos que hizo cuando se enteró, aún pegados en las paredes. Más que se esforzó diseñándolos por Paint como para que ni los miraran. Quitando sus lloriqueos mentales ante el poco apoyo ante sus dotes artísticos y diseñadores, era increíble que aún no estuvieran ni cerca de la identidad secreta, todas las reuniones que había intentado hacer para poder hablar acerca del susodicho con los integrantes del comité "Se busca a Nadie" resultaban en nada. Siempre uno de los tres estaba demasiado ocupado y muy dentro de si mismo, pensaba si realmente era necesario hacer la búsqueda o solamente esperar a que el joven oculto de un seudónimo se acercara a Jungkook y le dijera quien era en realidad. ¡Pero es que podría ser cualquiera!
Si Jimin supiera que la respuesta siempre estuvo frente a él... literal.
El rubio le sonrió y saludó con su pequeña manito a la mesa en donde estaba su vecino de enfrente y sus dos mejores amigos. Los tres chicos le saludaron de vuelta, y siguieron conversando entre si mientras Jimin se iba acercando a la vendedora para poder comprar su almuerzo y el de su mejor amigo.
***
Jungkook suspiró, con su cabeza apoyada en su mano y el codo sobre la mesa. Estaba mirando a los tres amigos y algo le pesó en el estómago cuando vio que el pelirrojo le tomó de los cachetitos al menor. Realmente no sabía porque miraba tanto a Taehyung, solamente lo encontraba muy bonito. Desde esa salida del comité y en donde ambos fueron abandonados por Jimin, no podía dejar de pensar en él. No sabía muy bien por qué, pero había algo tan atrayente en el pelinegro que lo dejaba marcando ocupado, sumiéndose en su mente en donde lo único que había era TaehyungTaehyungTaehyung.
Por un momento deseó tener la relación que los dos mayores amigos tenían con el muchacho, se notaba que el menor les tenía mucha confianza y por eso podía conversarles de lo más bien. Cuando él le miraba, pensó, Taehyung se escondía un poco de su mirada y aunque le respondía super bien, costaba que le mirara a los ojos, demasiado ocupado en intentar evitar su notable sonrojo y de manera tierna y adorable, prefería esconderse.
Frunció el ceño al recordar algo, y en su mochila buscó la hoja que necesitaba. Quedó algo pasmado cuando leyó el pequeño poema que correspondía a la nueva carta de Nadie y por un momento no supo ni que pensar, ni que sentir. Bueno, si supo que sentir: su corazón latió fuertemente mientras miraba al pelinegro sonriendo suavemente a Hobi (maldito Hobi), con los ojitos brillantes, deseando que él le sonriera de esa manera, deseando que Taehyung, su precioso Nadie, le sonriera de esa manera.
Tus ojos son bonitos
Cuando me miran a mí
En serio no pares de hacerlo
Aunque me esconda de ti
tu Nadie
Jungkook jadeó, demasiado sorprendido y luego suspiró, dándose cuenta de porque siempre le había llamado la atención el menor. ¡Era su Nadie! Aún sorprendido se pasó las manos por el cabello, mientras miraba aún al pelinegro con los ojos brillantes. No podía más de la sorpresa, nervioso y fascinado, lo único que quería era levantarse y estrechar el cuerpo del menor entre sus brazos, tenerlo bien cerquita y sentir su aroma y calor. Pero se detuvo, si el menor estaba utilizando un seudónimo, era por algo. El muchachito era muy tímido, más con él a su alrededor, así que le daría tiempo.
Jungkook estaba dispuesto a esperarlo toda su vida, si eso significaba que Taehyung ya estaba lo suficientemente seguro y cómodo con decirle que era Nadie.
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Se busca a "Nadie"
FanficTaehyung al ver que a su crush de toda la vida ya le quedaba solamente un año para irse del colegio, decide mandarle cartas diciéndole lo que siempre quiso decir, firmándolas con un seudónimo misterioso pero preciso. Hasta ahí, todo bien, todos con...