•Segundo libro de la bilogía "Cristales"
Cinco años pasaron desde que la profecía se llevó a Samira a un nuevo mundo.
Cinco años en los que ella no ha dejado de buscar a quienes la dañaron, para tomar represalias.
Sin embargo, la magia los mantenido...
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Narrador omnisciente
—¿Y si nos casamos? —Brais comenzó a toser como si de verdad se hubiese atragantado con algo en vez de haber escuchado aquello de parte de su hermano.
"¿Qué demonios dice?" pensó. Le había tomado muy desprevenido la pregunta, como si estuvieran hablando del clima y de golpe, la soltara, algo que no estaba muy lejano de la realidad.
—¿Qué? —dijo cuándo apenas pudo articular palabra alguna. Siguió tosiendo, como consecuencia de que su garganta se secara aún más con cada segundo que pasara en ese estado.
—No seas idiota —le reprendió su hermano, agarrando un vaso con agua que estaba sobre el escritorio, se lo entregó y añadió: —¿Y si nos casamos con Samira?
Brais se tomó su tiempo mientras bebía el agua y procesaba las palabras de Agni. Dejó el vaso en el borde de la mesa, otra vez estaban escondidos en el despacho de Agni, aquel se convertiría en el lugar en donde la complicidad entre ellos surgía, en realidad, se escondían de Samira en aquel lugar. Sabían que era muy poco probable que ella estuviera rondando por ahí y por eso, preferían estar allí.
—¿Por qué esa idea tan repentina? —cuestionó Brais intrigado.
Si bien casarse con ella era algo que había deseado desde hace mucho tiempo, incluso se arriesgaba a decir que desde el momento en que ella había cruzado las puertas del castillo. Le sorprendía que Agni fuera a proponerlo de esa manera tan súbita. Algo se tenía entre manos, así que era mejor averiguarlo cuanto antes.
—Solo he pensado que siendo nuestra esposa le sería más complicado escaparse de nosotros —agregó fingiendo ser pensativo. Lo había pensado durante varios días, casi desde que se había enterado de que Priscila sabía de sus oscuros secretos. No estaba dispuesto a soltar a Samira, pero, para ello haría unos sacrificios.
—¿Qué quieres decir con eso? —Brais no entendía con exactitud a donde quería llegar él.
—¿No recuerdas lo que dijo papá? —Agni lo dijo de tal manera que hasta parecía dejar la respuesta en esa misma pregunta.
Brais por su parte, tuvo que regresar en el tiempo en busca de todos aquellos recuerdos en los que su padre estuviese involucrado. Pensó que sería mejor encontrar la respuesta en el comienzo de todo, entonces indagó específicamente en el día en que su padre los reunió a ambos para contarles sobre su proyecto tan anhelado.
Eran jóvenes como para entender lo que su padre buscaba, incluso, eran demasiado jóvenes para aguantarlo.
Encontró la respuesta, a la pregunta de Agni, en la primera conversación con su padre, aquello logró que el semblante de Brais cambiara, su rostro se convirtió en una mezcla de confusión e incredulidad, ¿era eso que pensaba a lo que Agni se refería?
—No —pausó—, no puedes hacer eso —intervino Brais, si era lo que estaba pensando, entonces no era nada bueno, sin embargo, la sonrisa de Agni terminó de confirmar que aquello si era lo que quería.
