Capitulo 3

406 52 4
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El pelirrojo seguía corriendo con Hinatsuru en brazos, esta última seguía sin entender los sucesos que estaban ocurriendo y el temor la había cubierto con su manto, sin embargo, también estaba la preocupación que había comenzado a florecer en su interior, pues el pelirrojo estaba teniendo una acalorada batalla y Hinatsuru se sentía un completo estorbo en ese momento.

—Bajame.—ordenó dispuesta a irse. No podía luchar contra algo que desconocía aunque quisiese. Tal vez si huía o se escondía se le podían facilitar más las cosas a ese desconocido.

—¿De qué esta hablando? No puedo dejarte ir.

—¡Si no me bajas tu vida correrá peligro!—gritó preocupada la joven sintiéndose impotente.—¡Bajame!

—No lo haré.—rotundamente se negó el joven.

La más baja supo que en definitiva, ese pelirrojo con cabeza de piña no iba a dejarle ir fácilmente, por lo que comenzó a removerse con la clara intención de soltarse.
Cuando una de las avispas estuvo a punto de picarla, el pelirrojo de un solo movimiento de su espada acabó con ella, gracias a eso, el agarre en la rubia se había visto debilitado y ese preciso momento aprovechó Hinatsuru para separarse del pelirrojo, cayendo esta de costado.

—¿¡Pero que diablos haces!?—le reprendió el joven a la fémina atacando las avispas que cada vez aparecían más y más. Dándose la vuelta buscó encarar a la rubia.—¿¡Acaso estás loca!?

—¡No puedo permitir que arriesgues tu vida para protegerme!

—¡Es mi deber y tú lo estás interrumpiendo, deberías...!

—¡Cuidado!—gritó la fémina al ver que varias de esas avispas estaban a punto de picar al pelirrojo. Sin pensarlo se abalanzó al pelirrojo recibiendo las picaduras ella.

«Mi alergia...»

Se quejó internamente. Hacía dos años atrás le habían picado avispas por jugar con Ichigo, el idiota había lanzado una piedra al panal de avispas y les terminaron persiguiendo hasta picarles. En el momento en que Hinatsuru recibió la primera picadura, se habían dado cuenta que era alérgica; ahora estaba recibiendo varias picaduras que no se compararon con aquellas.

Su cuerpo entero tembló mientras un intenso dolor la agobió a tal punto en que la obligó a gritar.
Sus músculos yacían rígidos.

—¿Por qué hiciste eso?—le preguntó el pelirrojo cortando a las avispas que la fémina tenía incrustadas en la espalda. A ese punto ya era complicado acabar con esos insectos.

—No lo sé... Fue un impulso...— fue lo ultimo que dijo para que terminara por desmayarse.

El pelirrojo se preocupó. No podría hacer mucho, así que optó por escapar, más sin embargo al darse la vuelta, decenas de esos insectos lo atacaron. A pesar de todo siguió corriendo. La joven necesitaba ayuda urgentemente ya que sentía que cada vez se iba debilitando con extrema rapidez, pero él también se estaba debilitando hasta que finalmente ya no pudo más y cayó encima del cuerpo femenino.

Totsuka | Toshiro HitsugayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora