Capítulo 6

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Había llegado temprano a clases gracias a los gritos de su madre quien le había despertado diciendo que llegaba tarde, por eso yacía esperando el comienzo de las clases, sentada mientras su cabeza descansaba en su mano apoyada en la mesa.
Su estómago rugió y su cara de pocos amigos hizo su aparición.

—¡Al menos me hubiese dejado desayunar!—chilló llevando sus manos a su abdomen con la esperanza de que la molestia terminara.—Se nota que amaneció de malas. Hoy sus ojos irradiaban furia.

Apoyó la cabeza en la mesa y cerró los ojos con la esperanza de poder descansar al menos un poco, la noche anterior no había podido dormir debido a los avistamientos de huecos, donde Urahara, Shinji y Tessai debieron defender a la fémina al no estar al tanto del nuevo mundo al que se había incursionado.

Era mucho que procesar; su pobre mente ya no dió más por lo que cerrando los ojos, se dispuso a dormir un poco. Finalmente había olvidado todo lo que había pasado y gracias a ello estuvo a punto de quedarse dormida, de no ser por sus compañeros que ya estaban en el aula gritando, por lo que levantó la cabeza viendo que ya todos estaban reunidos.

La mirada de Ichigo se dirigió a la rubia por lo que saludándola, se acercó hasta donde yacía la fémina y golpeó con su morral la cabeza de esta.

—Ayer no viniste a clases. Fui a tu casa pero tu madre me dijo que habías salido. ¿Dónde fuiste?—le preguntó clavando sus ojos ocre en los grises de la mayor.

—Ah. Estuve haciendo algunas cosas. Extrañamente mi madre no me dijo nada por haber faltado.

—Que Lauren no te esté regañando ya es mucho, ¿Pero que te sucedió?

—Oh, luego te explico.

—Tu cara te delata. Pareces perro regañado.

La rubia no dijo nada. Simplemente dedicándose a inflar sus cachetes mientras desviaba la mirada.

Ante ellos se acercó Tatsuki quien empezó a intercambiar algunas palabras con el pelinaranja, preguntándole acerca de los amuletos que tenía este, sin embargo, pronto la maestra llegó interrumpiendo la charla entre estos.

—¡Hola chicos, me alegra que estén todos acá!—saludó alegre la mayor comenzando a tomar lista. —No veo a Ooshima y Sorimachi, pero mejor así ya que son unos delincuentes. ¡No importa porque seguro les va bien!

«Nunca había oído a un profesor expresarse de esa manera.» pensó Hinatsuru quien tapaba su boca para que la sonrisa que había bifurcado sus labios no se viera.
Observó al pelinaranja quien se veía ensimismado con un amuleto que tenía en la mano para que segundos después, este brillara y produjera cierto sonido causando que su dueño se removiera en su lugar algo asustado.

—¿Sucede algo Ichigo?—le preguntó Hinatsuru. Toda la atención se veía puesta en el pelinaranja quien nervioso contestó;

—Sólo me duele el estómago.—después de haber formulado aquella respuesta, rápidamente el joven se levantó de su asiento para ir corriendo diciendo que necesitaba ir al baño a lo que le siguieron Chad junto a Orihime con la misma excusa.

La rubia suspiró. Nuevamente se quedaba atrás y cada vez se sentía más excluida del grupo, motivo por el cual nacían inseguridades en la fémina.
Giró su cabeza, sabiendo qué venía a continuación, Ichigo vestido de negro con una gran espada escapando de clases.

—Se acabó. Debo ir a confrontarlo.—se levantó de su asiento golpeando fuertemente la mesa mientras la atención se veía puesta en ella a lo que su rostro enrojeció de vergüenza y se sentó nuevamente.

«Mejor en el receso.»

Las clases sin su amigo pelinaranja se le hicieron eternas y dado a ello, no pudo evitar aburrirse, aunque agradecía que Tatsuki estuviera con ella.

Totsuka | Toshiro HitsugayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora