Capitulo 13

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Hinatsuru se despidió de sus amigos, comenzando a caminar rumbo hacía su casa. Ese día estaba libre ya que no tendría practicas con Urahara, de modo que se dedicaría a pensar en el concurso de ciencias.
Aún sin tener nada en cuenta, se encargaría de ir a un ciber café para investigar un poco, sin embargo aquella idea dejó de ser importante al ver a Renji solo en un parque y decidió acercarsele.

Estaba muy agradecida con él por haberla salvado del ataque de los Vittos, donde aquella noche comenzó todo.

-¿Qué haces por aquí solo?-interrogó asustando al pelirrojo quien saltó del columpio donde yacía sentado, cayendo de espaldas.

-¡Hinatsuru!-nervioso exclamó el nombrado levantándose de inmediato al ver a la rubia.-No te ví llegar.

-Parecías sumergido en tus pensamientos. Lo siento si te interrumpí.-se disculpó.

-Para nada, sólo apareciste de la nada, es todo.-debido a la adrenalina del momento, el corazón del mayor se aceleró. Había sido muy descuidado bajar la guardia. Si hubiese sido el enemigo quien apareciera en vez de Hinatsuru, claramente la situación pudo haber resultado muy desfavorable para él. Apenado, llevó la mano a la nuca volviendo a sentarse nuevamente en el columpio.-Sólo ando... Pensando.

La rubia se sentó a su lado dispuesta a hacerle compañía. Al observarlo lo notó algo atormentado, pero no se conocían, así que no podia meterse en asuntos que no le eran de su asunto.

Ambos quedaron en un silencio profundo, donde simplemente se oía el cantar de las cigarras, el viento mover las hojas de los arboles y algún que otro automóvil pasar.

-Gracias...-dispuesta a cortar el silencio dijo Hinatsuru -Aquella noche que me salvaste yo...

-No tienes que agradecer...-le interrumpió el pelirrojo...-No merezco tu gratitud. Gracias a mi debilidad casi mueres.

La rubia se quedó en silencio un momento, contemplando los rasgos masculinos del Abarai mientras este le hablaba, escuchando todo con atención, prestándole atención a cada detalle acerca de lo que vivió esa noche, sintiendo pena por este debido a que se presionaba demasiado. Hinatsuru lo creía bastante fuerte y nada le haría cambiar ese pensamiento. Acepte o no, él le había salvado la vida y Hinatsuru estaba más que satisfecha con eso.

Le sonrió con sinceridad demostrando no estar decepcionada del pelirrojo, mientras este con el rostro desencajado, calló de repente.

-Hoy vivo gracias a tí. Eso es más que suficiente.-con simpleza contestó la menor quien se levantaba del columpio. El sol le dio de lleno a esta logrando que su aspecto se viera más angelical, causándole un sonrojo disimulado al contrario que desvió la mirada.

-Idiota, no digas eso.

-¡Renji, no debes amargarte. Para eso está Toshiro!-exclamó la rubia ofreciéndole su mano invitándolo a levantarse.-¿Vamos por un helado? Yo invito.

El Abarai se permitió sonreirle mientras se levantaba. Aquella humana era interesante.

-Bien.-se limitó a decir aceptando la invitación de la rubia.

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Totsuka | Toshiro HitsugayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora