Capitulo 15

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—Auch...—se quejó la rubia al ser curada por el albino que se encontraba enfocado en sanar a la joven.

—Fácilmente podría haber utilizado mi Kido para curarte, pero alguien no quiso.

—Sólo son heridas menores. No es para tanto.

—Pero si dejaste que Shinji curara tus heridas.—comentó con recelo.—Y si no es para tanto, mejor no te quejes.—le regañó haciendo más presión en la herida del pómulo causando que esta se levantara de un salto y amenazara con tirarlo.

—¡Pero ten más cuidado!

El peliblanco le pasó el algodón con antiséptico de mala manera y se alejó de la más alta.

—¡Entonces hazlo tu misma! No se ni por qué estoy perdiendo el tiempo contigo.—suspiró frustrado comenzando a dirigirse a la ventana dispuesto a irse, sin embargo un golpe en seco lo detuvo y al darse la vuelta, se encontró con el cuerpo de la rubia en el suelo y a Hinatsuru haciendo el amago de sostenerlo, sin embargo había resultado un fraude. Toshiro suspiró, implorando que la paciencia no lo abandonara.

—Rayos... Se golpeó mi cabeza.—se quejó la rubia tras sentir un golpe en la coronilla, donde pronto, un chichón comenzó a formarse.

—Mantén la calma Toshiro...—murmuró el albino mientras pasaba su mano en rostro completamente frustrado. Se acercó al cuerpo de la joven dejándola en la cama despacio, a pesar de que tenía ganas de estamparle en esta para que terminara rebotando y cayendo por la ventana.

Bueno, tampoco un final tan trágico.

—Ya quiero recuperar mi vida normal.—dijo Hinatsuru sentándose en la cama, siendo espectadora de los cuidados que el albino estaba teniendo con su cuerpo.—¿Habrá alguna solución?

Toshiro cubrió con las mantas a la rubia y tras dedicarle una última mirada, finalmente decidió prestarle atención a la joven alma.

—¿Aún no has investigado?

—Urahara dice que posiblemente, las presiones espirituales fuertes hacen que mi alma se salga, aunque también cabía la posibilidad de que mi alma se haya entrelazado con otra...—hizo una pequeña pausa tratando de pensar.—Aunque dudo que sea eso. Estuve cerca de la muerte también y...

—¿Desde cuándo te ocurre todo esto?

—Desde... Desde que choqué contigo.—el silencio se hizo presente en ambos individuos y una extraña tensión comenzó a formarse.—¡Aunque estuve bien por años... ! Sin embargo cuando me crucé con Hirako, comenzó a pasarme a menudo.— rápidamente trató de excusarse.

Toshiro se mantuvo pensativo un momento, dándole la oportunidad a Hinatsuru de escudriñarlo mejor. Aún no se acostumbraba a verlo vestido de una manera "normal" por así decirlo, sin embargo, no le quedaba mal, pues este parecía tener buen gusto con la ropa.

Su ceño estaba fruncido mientras una de sus manos sostenía su barbilla, algo que le pareció tierno a la más alta, sacándole inconscientemente una sonrisa.

—Debe haber algo más detrás de esto, no creo que sea así como así. Puedo jurar que nunca vi un caso tan extraño.

Hinatsuru suspiró rendida. Ojalá supiese lo que le estaba pasando. Decaída se dejó caer en la cama liberado un supiro.

—Sólo el tiempo lo dirá...—musitó en respuesta mientras preparaba ropa para darse un merecido baño. Ese día había sido horrible y lo que más quería, era sacarse las energías negativas.

El albino se quedó en silencio, sin ganas de agregar algo más, pues se había sumido en el extraño caso de la rubia quien ya había salido de la habitación para dirigirse al baño. Resignado, se sentó en la cama de la humana, sin embargo algo acaparó su atención.

Debajo de la pata del escritorio sobresalía una hoja en blanco algo rota, por lo que se acercó creyendo que Hinatsuru era desordenada, sin embargo, al tocar el papel entre sus manos, supo que este era papel fotográfico y al darlo vuelta, quedó totalmente impactado de lo que veía.

—No puede ser...—susurró con sorpresa mientras una extraña sensación lo había invadido nuevamente causando que su corazón se acelere.
Pasó sus dedos en la maltratada foto, quitando el polvo, viendo a una mujer castaña cargando una bebé quien parecía estar llorando, mientras una figura masculina masculina tenía un helado en manos, donde sólo quedaba el cono ya que al parecer, el helado había caído haciendo que la bebé llorara. Lo extraño era que el rostro del hombre había sido arrancado de la foto, quedando este en anonimato.—Así que eras tú...

La foto cayó de sus manos cuando la puerta de la habitación fue abierta de forma brusca, revelando una cabellera castaña y una mirada de confusión.

—¿To...shiro?

—Susan...




Ahhhh... Parece que la mamá de Hinatsuru esconde muchos secretos y la gente que la rodea parece que también 😫😫😫

En fin. Corto pero con mucho amor. Ando desmotivada para escribir... Aunque a nadie le interesa, así que bueno, nos leemos en otro capítulo uwu

Totsuka | Toshiro HitsugayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora