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46 ⁞ Magia

El intento de Changbin había producido el efecto contrario. Ahora Felix estaba llorando con mucha más fuerza que antes de la conversación. Parecía que no iba a detenerse, parecía que su dolor solo crecía con cada lágrima que caía de sus ojos, parecía que Binnie nunca lograría calmarlo...

Pero quizás un poco de magia sí.

Changbin comenzó a cantar Silent Night. Él mismo pensaba que su voz era horrible y que no sabía afinar, pero eso era último que le importaba en aquel momento. Solo cantaba para Lixie, para traerle toda la calma y tranquilidad del mundo, para darle una pequeña gota de esa esperanza que había olvidado.

Felix quería protestar, quería enojarse y quería decir que lo último que necesitaba era un estúpido villancico navideño... pero no pudo hacerlo. Tan solo se dejó llevar por la melodía, dejando que su llanto se evapora por la calidez del canto de Binnie. Los sollozos de Felix se fueron apagando poco a poco, hasta desvanecerse por completo, pero Changbin seguía cantando.

Lix había escuchado esa canción navideña un millón de veces pero esto era diferente. Binnie no solo estaba cantando, lo estaba sintiendo. No era una simple melodía, era un ritual mágico de paz. La voz de Changbin irradiaba calma, como si al cantar estuviera en una conexión espiritual con la canción.

Felix permaneció ahí, en el lugar más seguro del mundo. Entre los brazos de su novio, recargado en su pecho, dejándose arrullar por su dulce melodía. Al carajo si era una melodía navideña, lo único que importaba es la voz que la estaba cantando. La voz de Changbinnie. La voz de un ángel. Su ángel.

La canción finalmente terminó pero la magia del momento seguía flotando alrededor.

—Es cierto, la esperanza no salvará a Jisung —dijo Binnie, acariciando el cabello del chico que tenía entre sus brazos—. Pero quizás la magia de la navidad sí.

—Eso sonó demasiado cliché, al mejor estilo de los comerciales de galletas —se burló Felix—. Suponiendo que es cierto, ¿cómo pretendes invocar la magia de la navidad?

—Solo se necesita un ingrediente para invocar un milagro navideño —afirmó como si de repente fuera un experto en temas navideños.

—¿Velas?

—No. Lo único que se necesita es esperanza —explicó Changbin en un tono cursi.

—Y volvemos a lo mismo —dijo rodando los ojos, aunque seguían abrazados así que Binnie no pudo verlo.

—Dale una oportunidad a la Navidad, Lixie. Si yo lo hice por ti tienes que hacerlo por mí también —pidió revolviendo su cabello de nuevo—. Cree un poco. Ten fe. Juntos tendremos tanta esperanza que podríamos invocar un millón de milagros navideños si así lo quisiéramos.

—Solo quiero un milagro. Solo quiero que Jisung hyung viva —dijo Felix con un suspiro.

—Entonces pongamos toda nuestra esperanza en eso —Changbin separó el abrazo para hablarle a los ojos—. Simplemente juntemos toda la esperanza que podamos. La magia de la Navidad hará el resto.

—¿En serio crees que lograremos tener un milagro navideño? —preguntó todavía incrédulo. Changbin miró la hora en su celular y sonrió.

—Claro que sí. Ya es Navidad —explicó con alegría—. ¿Cuándo ocurren los milagros navideños si no es en Navidad?

—Bueno... Tienes razón —Felix sonrió ligeramente—. Hagamos que un milagro ocurra.

—Ya está. Esa linda sonrisa es mi regalo de Navidad —dijo Changbin sintiéndose realizado por fin.

—Ah, ¿en serio? Pensaba darte un beso. Es una lástima que no lo quieras —bromeó.

—P-pero si lo quiero —pidió haciendo un puchero.

—Pues tendrás que esperar hasta la próxima Navidad —dijo Lix sonriendo con burla.

—Está bien... Pero yo aún no te he dado mi regalo de Navidad —Changbin dejó un pequeño beso rápido en los labios de su novio.

—Copietas —se quejó fingiendo enojo—. Si tú también ibas a regalarme un beso entonces al menos hazlo bien —Felix se acercó a Binnie y besó sus labios lentamente, con esmero, de la forma más dulce, sin ningún apuro, notando cada pequeño detalle de su boca en un intento casi artístico por plasmar sus propios labios sobre los de él.

—Feliz Navidad, Binnie —dijo sonriendo al finalizar su obra de arte.

—Feliz Navidad, Lixie —respondió Changbin con una sonrisa igual de sincera.

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