LIGHTS DOWN LOW || Toji Fushiguro X Lectora || JJK (+18)

Capítulo VIII

Desperté temprano debido a la costumbre, somnolienta recordé lo que paso ayer, me fijé al lado mío, pero como lo esperaba Toji no está a mi lado; y no es como si no me esperara que él no estuviera ahí, es solo que, aun así, me sentí algo desanimada por esa razón.

Me levanté e hice mi rutina de la mañana, y un poco más animada recordé que era sábado por lo que no tenía que ir a trabajar, revise el refrigerador para desayunar, pero después me di cuenta de que anoche le había dado a Toji de cenar mi desayuno, suspire y fui a terminarme de cambiar para ir por algo de comer, estaba tomando mis cosas para salir cuando escuche unos toques en la puerta, fui a abrir y Toji estaba del otro lado.

Lo vi un tanto confundida y pregunte – ¿Qué estás haciendo aquí? – El me miro levantando una ceja y contesto – solo vine porque quise, ¿algún problema? – me miro con detenimiento y agrego – ¿A dónde vas? – Sonreí por su pregunta – voy a comprar algo para desayunar – y saliendo, cerrando la puerta detrás de mí lo mire y pregunte – ¿quieres acompañarme? – el me miro analizando, miro la puerta y suspiro – si, como sea, te acompaño – le sonreí de nuevo y me dirigí al ascensor apretando el botón.

Entramos y aprete el botón para ir hacia abajo, lo voltee a ver y pregunte – ¿ya desayunaste? – el solo me miro para decir un corto y seco – no – solo asentí y sonriendo le mencione que en ese caso yo lo invitaba a desayunar, lo vi a los ojos y tenía una ceja levantada para responderme – como quieras, será tu dinero no el mío – suspire sin quitar la sonrisa de mi rostro, no puedo creer que lo haya extrañado cuando desperté.

Salimos del ascensor, se dirigió a su moto y me dio su casco – dime a donde vamos – yo solo lo miré y puse su casco sobre el asiento de la motocicleta, – ¿por qué no vamos caminando? No está muy lejos a donde quiero ir y tengo que pasar al supermercado, no creo que pueda llevar todas las cosas en tu moto – sonreí gentilmente para persuadirlo y al ver que no cedía abrace su brazo y recargue mi cabeza debajo de su hombro, pues no alcanzaba a ponerlo arriba de él, pronunciando un – por favor, ¿sí? – el me miro con un toque de asombro en su expresión, lentamente alejo su brazo de mí, metió las manos a las bolsas de su pantalón y se empezó a dirigir hacia afuera diciéndome un – como quieras, apúrate – sonreí satisfecha y corrí un poco para ir frente a él para guiarlo.

Íbamos caminando tranquilamente sin hablarnos, el silencio no era incomodo, pero sentía una pequeña necesidad de hablar con él, aunque no sabía de qué, hasta que escuche su pregunta – ¿Por qué quieres ir a ese lugar? ¿y donde es? – lo miré y sonreí – es un lugar que me gusta mucho, pero tiene mucho tiempo que no voy, no me gusta estar en restaurantes o cualquier otro lugar sola, me da mucha pena – me reí tímidamente, avergonzada por lo que le había dicho – eres rara, ¿por qué te da pena ir a lugares sola? – yo me quedé pensando en que responder, pero la verdad no había un trasfondo, así que, con simpleza respondí – pues supongo que así soy, no tienes idea de cuantas cosas no eh hecho porque me da pena, pero estoy muy feliz ahora, gracias a ti puedo ir a ese lugar ora vez, te va a gustar, la comida sabe muy bien y el lugar es muy bonito, vente, ya casi llegamos – le dije animada y lo jale de la muñeca para apresurar su paso, cuando vi el lugar a unos pasos de nosotros solté a Toji, me detuve unos segundos y retome mi paso algo más rápido.

Llegue a la recepción y amablemente pedí una mesa para dos, voltee para verificar que Toji estuviera allí conmigo, vi que estaba recargado en el marco de la puerta, así que sonreí, para seguidamente voltear para saber cuál sería nuestra mesa, la mujer que me recibió volvió a mí y me pidió que la siguiera, yo asentí y llame a Toji, él se reincorporo para seguirnos, nos sentamos en nuestra mesa, nos dieron cartas del menú y las empezamos a leer, minutos después un mesero se acercó para presentarse, decirnos que él se ocuparía de nosotros y nos preguntó que íbamos a querer, yo pedí lo mío, acción que Toji copio y el mesero asintió para llevarse las cartas.