Capítulo 31.

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Un gran porcentaje de hombres y mujeres han confesado que sufren de una anomalía llamada hipopotuitaridismo, este es un padecimiento que no deja que una persona sienta el extasis del amor. Por lo cual nunca han sentido un amor romantico.

NARRADOR OMNISCIENTE.

Jennie entró al bar medio tambaleándose, dudaba de si su fuerza mental daría para tanto. Era enfrentar a un vil ladrón que no le importaba hacer daño. Pero se planteó que tenía que hacerlo, no solo por la empresa, sino también por ella.

Quería limpiar totalmente su nombre. Y después de todo, irse muy lejos de la empresa Manoban, finalizando un capítulo en su vida; pero para eso, tenía que cumplir con lo que dijo.

Por su cabeza pasaban las multiples cosas que podían suceder en aquel suceso. Pero no se permitía pensar en cosas malas, dado que ya de por sí, sus manos sudaban bastante y le costaba seguir su propio ritmo.

Su cuerpo iba por un lado pero su mente por otra. Era iguales pero con distintos pensamientos y reacciones. Se concentró en respirar profundo y abrir por fin la puerta del Bar. Con disimulo, buscó a Sehun, el cual -gracias a que el bar no era tan grande- no tardó en encontrar. Pero no podía ser tan obvia, así que caminó hasta la barra y pidió un trago, rogando ser captada por el coreano.

Nada en aquella misión podía salir mal. Tanto los policías como Lisa y los demás, esperaban en una esquina, como habían acordado siempre. Estarían en todo momento en una esquina esperando cualquier aviso por parte de Jennie. Y aunque la castaña lo dudara, Lisa estaba muy concentrada en cualquier palabra o cualquier aviso.

Porque por su mente no dejó de rondar las cosas malas que podían pasar, y a pesar de que las cosas entre ella y Jennie no iban de lo mejor, no podía permitir que nada malo le pasara, sentía que era la unica persona en su vida que no la juzgaba. No tenía que fingir con ella, y eso más que gustarle, le llenaba de orgullo.

Estaba nerviosa, y se podía decir que más que la coreana. Sus manos no paraban de moverse o sudar, y se sentía intranquila.

—Cálmate, Manoban —susurró Jin.

—No me hables de calmarme. No ahora, Seokjin —masculló.

—Él tiene razón, estás muy nerviosa, y eso no resulta ahora mismo. Nos vas a poner mal a todos —gesticuló Rosé.

—Jennie puede estar corriendo peligro, ¿quieren que me tranquilice? no me pidan eso.

Aunque quisiera, y se lo repitiera una y otra vez, Lisa no podía ver a Jennie como una hermana, le resultaba muy difícil pensar que después de besarla y sentir todas esas cosas; ahora no podrá ni mirarla dos veces.

Por otro lado, la castaña, estaba tentada a caminar hacia Sehun, pero no fue necesario. Porque en cuanto el chico se dio cuenta quien estaba ahí, sonrió con maliciosidad y se paró con un trago en sus manos.

Tenía rato tomando, así que Jennie presintió que sería más fácil de lo que ella pensaba. O eso creía ella.

Su mente iba a una velocidad muy rapida, calculando cada paso que ella misma daba. Tenía miedo, eso jamás lo negaría, pero eso se iba con la seguridad que le transmitían los policías, los cuales le hablaban por el micrófono que tenía. Tomó un largo suspiro, preparándose mentalmente para todo lo que ocurriría a continuación.

—Muy sola, Kim —esta giró su rostro hacia el chico, el cual le sonreír con coquetería.

<<Quiero vomitar>>. Se dijo a sí misma la castaña.

No le agradaba para nada el como la mirada Sehun. Era una mirada sucia y maléfica, llena de malas intenciones.

—Algo así —hizo una mueca con sus labios—. ¿Por qué? ¿quieres sentarte?

Corazón De Robot. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora