Capítulo 15.

4.2K 383 100
                                    

«Cuando el corazón está embargado de pasión, están cerrados los oídos al consejo y, en tal tiempo, las palabras sensatas, en lugar de amansar, acrecientan la saña».

LA CELESTINA.

LALISA.

—No hiciste el...

—Sólo responde —me interrumpió—. Quiero saber.

—Soy poco de canciones muy a ritmo, me refiero que prefiero canciones que son como románticas.

—No te lo puedo creer. Lisa romántica, ¿algo más que deba saber de usted, señorita.

Sonreí, —Muchas cosas. Las cuales no le diré, Señorita Kim.

—Diablos.

Ambas reímos.

—La canción sería Car's Outside.

—¿Por?

—Yo no te pregunté el porqué de tu canción.

—Porque no quisiste. Pero si deseas saber —se pasó la punta de la lengua por el labio inferior—. Deseo bailarla algún día con alguien, sería muy lindo.

—Mi canción es porque... no lo sé, desde que la escuché me enamoré de ella y no paro de hacerlo.

—¿Ya pasó una hora? —preguntó.

—Creo que sí.

—Nunca quise que el tiempo avanzara tan lento —comentó.

La miré, conectando nuestras miradas. Y en ese acto, sonreí junto con ella. Como si nuestras almas hablaran, como si nuestras almas supieran más que nosotras, y no sabía como describir la sensación. Pero tenía miedo, mucho miedo.

—¿Qué pasaría si tu madre te llega a faltar?

—Me muero —afirmó—. Sí. Me muero.

Y podían entender lo importante que era su madre, parecía ser una parte de su vida sumamente importante. Jennie se arrastró hasta donde yo estaba, y se sentó a mí lado, estábamos tan cerca, tan juntas, a solo centimetros de distancia, mirando a la misma dirección.

—¿Jennie?

—¿Huh?

—¿Verdad o reto?

—Reto —susurró.

Giré mi cara, mirando su perfil tomé la valentía de decirlo.

—Te reto a besarme —susurré de vuelta.

Esta giró su cara de la misma manera. Y sí, estábamos sólo a centímetros, éramos capaces de sentir nuestras respiraciones. Un montó de mariposas se instalaron en la parte baja de mi estómago, una sensanción de paz, una sensación de libertad y de ganas de llorar. Este momento no hacía más que cautivarme.

La mano de Jennie cae sobre la mía, lentamente, tanto, que no quise que su toque se quitara jamás. Se remojó sus labios y yo imite su acción. Primero miré sus ojos, esos cafés con sus pupilas sumamente dilatadas y sus ojos cristalizados. Después, y muy lentamente, en el transcurso de detallar su rostro, sus pequeños, me detuve en sus labios, y en lo bien que se veian.

—Reto aceptado.

Apretó mi mano. Y muy despacio, nuestras caras se fueron uniendo. Lentamente, se sentía como una tortura, pero sabía que al final del día, valdría totalmente la pena.

JENNIE.

Y aquí estaba, sin idea de lo que realmente estaba haciendo pero deseándolo como una condenada. Porque estaba hecha un lío, la tensión la cual pasó de ser sexual, a ser una totalmente calmaba e incluso poco creíble, subió.

Corazón De Robot. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora