Capítulo 19.

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El anillo de compromiso se lleva en el dedo anular de la mano izquierda porque se dice que la 'vena amoris' que conecta directamente al corazón pasa por este dedo.

LALISA.

—¿Qué es esto? —mi padre lanzó una carpeta sobre la mesa de la sala.

—¿De qué hablas?

—Las cuentas de la empresa han bajado demasiado Lalisa. Y estoy comenzando a sospechar, eso no es normal —espetó. Sus ojos se desorbitaron—. Si sigue así, por más grande que sea el patrimonio, en menos de dos meses no tendremos nada.

—Eso es absurdo, la empresa va muy bien —tomé la carpeta y la abrí, leyendo los números.

—¡No va bien! nada va bien. Y menos van bien las cosas de las que me he enterado, ¿cómo es eso de que te estás ligando con tu secretraria? —levanté la mirada.

—¿Quién te dijo eso?

—No me lo niegas. Eres una descarada.

—Espera. No sé ni siquiera de que estás hablando. Yo no tengo nada con mi secretaria y si lo tuviera, no entiendo en que te afecta —me paré de la silla.

—En todo, porque el dinero y la empresa son míos.

—¿Ahora? no me vengas a joder, quien está luchando por eso soy yo, no tú. No haces más que viajar y gastarte el dinero, así que no te la des de buen samaritano. Y no sé como han bajado los números, no tiene lógica —dejé la carpeta a un lado.

—¡La tiene y es tu secretaria! claro, te ha estado gastando el dinero, te ha estado robando. Y tú no te das cuenta, en tus propias narices, te ha estado utilizando.

Que estuviera hablando de esa forma de Jennie, me enojaba. Me hacía ver rojo, y es que Jennie no era ninguna ladrona.

—No hables así de ella, y es una advertencia. Jennie no es ninguna ladrona.

—Sí que lo es. Desde que entró los números no han hecho sino bajar, ¿de que ha servido cerrar ese trato con los italianos? dejas tus reuniones de lado, dejas todo de lado. Me han dicho que hubo una loca reclamándote por la secretaria esa...

—¿Yerin? ella no tiene nada que ver conmigo y ese problema lo solucioné. ¿Quién te dijo que Jennie y yo estábamos juntas?

—¿Importa? por lo menos esa persona no me miente. ¿Pero tú? se supone que eres mi hija —abrió los brazos.

—Cuando te conviene. Estás diciendo puras sandeces, Jennie no...

—¡Tú no sabes nada. Te estás dejando engañar! —me gritó—. Estás loca de amor por esa chica. Ella tenía acceso a mucha de tus cosas, pudo perfectamente irse y dejarte ahí.

—Yo la despedí, pero no porque creí que me estaba robando. Jennie no haría eso.

—¿Estás segura de que no haría eso? ¿hace cuánto la conoces? —me puso en duda—. Es una desconocida, una cualquiera, sólo quería tu dinero. ¿no te parece sospechoso todo esto? ella llega y todo comienza a bajar, y segun he escuchado la tratabas horrible, quiere venganza. Tenemos que llevarla a la cárcel.

Mi alarma se enciende.

—No, eso no.

—¿Entonces? está robándose el dinero de la familia.

—Tiene que haber alguna explicación. Jennie no es de esas.

—¿Qué no? —mi padre fue en busca de algo y cuando regresó, me entregó otra carpeta la cual abrí de inmediato—. Me di el tiempo de investigarla. Jennie Ruby Jane Kim. Hija única de padres de campo, agricultores para ser más exactos. A la edad de once años se vio en abandono por su padre; claro, este sintió demasiada responsabilidad. No sé mucho, también se dice que está muerto. Ha trabajo en bares, cafeterías y ha estudiado en cinco escuelas distintas eso si, todas sus calificaciones son de diez. Tiene buen merito. Pero es de clase baja, lo que la hace una perfecta sospechosa, tiene a su madre enferma y necesita muchos medicamentos, ¿de dónde los ha sacado? ¿de dónde saca el dinero?

Corazón De Robot. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora