Capítulo 30.

3.3K 293 7
                                    

En la actualidad se han realizado muchas encuestas acerca de datos curiosos del amor y el 60% de los hombres casados han confesado haber cometido infidelidad. A diferencia de las mujeres que solo un 40% lo ha admitido.

ROSÉ.

Justo cuando estaba despidiendo a Jisoo en la entrada, el timbre volvió a sonar. Corrí a la puerta creyendo que se le había olvidado algo, pero no fue a ella precisamente a quien encontré.

Apreté la mandibula, —¿Qué haces aquí, Yerin?

Esta sonriendo, y tenía una mirada retraída, como si tuviera miedo de mi reacción. Y aunque no era la persona más buena del mundo, no pude cerrarle la puerta en la cara; aunque ganas no me faltaban.

—Terminé de subir porque vi a Jisoo salir. Así que me dije a mi misma que tenía que hablar contigo. ¿Me dejas pasar? —lo pensé. No quería provocar un problema, no quería que las cosas empeoraran y todo se fuera por la borda, ese no era mi plan, pero era mejor tener al enemigo cerca. Me hice a un lado y la dejé entrar—. Gracias.

—No me agradezcas —cerré la puerta—. Lo hice por pura cortesía. No porque te quisiera en mi casa —solté en un tono frío.

—Quisiera que dejaras de actuar así conmigo, Amor —repudiaba el tono en el que me lo decía.

—No, no empieces Yerin, porque no me va a importar echarte de una patada. No soy tu amor.

—¿Dormiste con ella?

—Eso a ti no te importa. Es mi vida —dije en un tono indiferente—. ¿Algo más que quieras saber?

Dejó su cartera a un lado, -l—No lo entiendo. Me dejaste por irte detrás de esa...

—Esa como tú la llamas, es mi novia. Es Kim Jisoo y es la mujer que yo deseo y la cual me vuelve loca. Y por cierto, esta también es su casa, así que la respetas —espeté.

—Eres tan patética, esa niñata te volvió una imbécil, Rosé.

—Puede ser —sonreí—. Pero me gusta.

Su rostro cambió, se tornó más oscuro. Mucho más frívolo, ahí estaba saliendo la verdadera Yerin, la que por tanto tiempo me manipuló.

—¡Yo soy tu mujer, yo soy la que debe estar contigo, no ella!

—Mi mujer es Jisoo, la que yo amo, no tú. ¿Me entiendes?, bájate de esa nube, no eres nadie y nunca lo serás. En su momento me hiciste bien, claro, en su momento, ya después nuestra relación se tornó tóxica, perjudiciosa, date cuenta, Yerin. No dábamos más.

—¿Por qué la elegiste a ella? estoy yo, Rosé. Nos podemos ir, visitar muchas partes del mundo —estaba histérica.

—No puedo irme, Yerin, no puedo.

—Pero si lo habíamos planeado. Tú y yo, en nuestra cama, Rosé.

Momentos que no quería recordar. Tomé una fuerte respiración.

—Ya lo sé —acepté poco dispuesta—. Pero todo cambió, Yerin —caminé por la sala del departamento—. Y te lo estoy tratando de decir hacer mucho rato, ya no hallo forma...

—No, déjame demostrarte que nada a cambiado —se acercó a mí, buscando mis labios e intentando tocarme. La tomé de los brazos y busqué separarla.

—Yerin... espera... ¡Yerin, por Dios! —la aleje, casi Empujándola, aunque no era lo que quería. Fruncí el ceño con fastidio—. Las cosas están igual. Esto se acabó —dio un paso atrás—. Yerin, busca a otra persona.

—Yo no quiero a otra persona. Te quiero a ti, Rosé, a ti —mi mirada se desvió con algo de pena, que no debería, porque Yerin es una mala persona.

—Yo ya no estoy disponible y piénsalo así es mejor. Vivimos algo muy bonito, pero ya pasó. Es un capítulo que nadie nos va a borrar.

Asintió muy lentamente, —¿Estás segura? ¿que no hay más nosotras y que todo se acabó?

—Sí, Yerin, muy segura.

Sonrió, —Pues te deseo la mejor suerte del mundo.

Tomó su cartera y salió de mi departamento. Para mis adentros me decía que lo había entendido o así lo quería creer.

JENNIE.

—Jennie, hey, Jennie —Jin chasqueó los dedos frente a mi cara. La agité y volteé a mirarlo—. ¿Escuchas lo que te dicen los policías?

—¿Que dicen? —pregunté muy bajito.

Rosé y Jisoo no se veían tan convencidas, y es que mi cabeza no estaba aquí, yo y con suerte pude llegar.

Pero no quería hacerlo.

Mis ánimos no estaban para eso, quería saber a donde había ido Lisa, o si estaba tomando otra vez. No le pregunté con quién se peleó, o porqué tenía el labio así.

—¿Y Lisa? —quiso saber Jisoo.

—No vendrá...

—¿Quién dice que no? —en la puerta apareció Lisa, la cual tenía un cambio de ropa, estaba más fresca, y no parecía haber tomado—. Siento la tardanza, buenas tardes —nos saludó a todos con cordialidad.

Pero a mí ni siquiera me miró, y no la juzgo, luego de lo que pasó esta mañana, no puedo juzgarla. Pero ella debe saber que yo tampoco estoy bien con esto.

Se colocó aparte, no estaba cerca de mí, y yo no podía quitarla la mirada de encima. Se veía normal, como si lo de la mañana no hubiese pasado. Relajada.

—¿Cómo lo haríamos? —inquirió.

Fruncí los labios, y comencé a prestarle atención a los policías.

—Ya todo está explicado, como lo dijemos antes. Aquí hay una calle en la cual nos quedáremos nosotros. Jennie primero irá al bar donde siempre toma Oh Sehun, después de ahí lo llevará a su casa y conversaran, él debe de creer que Jennie tiene otras intenciones con él —miré a Lisa, no tenía expresión alguna, no hizo ningún gesto de molestia. ¿Será que ya no le importo?

—Perfecto. Pongamos en marcha, me imagino que estaremos en el lugar —expresó.

—Así es —respondió Jin—. Pero en otro carro y detrás de la policía. Nos quedaremos con un radio escuchando todo, ya todos los micrófonos están colocados en la casa de Jennie. Ahora, a rogar de que el imbécil suelte la lengua.

—Lo hará —aseguré—. Estoy segura de que lo hará. Y si para eso tengo que... hacer algo más, lo haré.

—¿Estás segura, Jendeukie? —Jisoo se posó detrás de mí y puso sus manos en mis hombros—. Puedes renunciar si quieres.

—Todo saldrá bien —aseguré—. Si hacemos el plan como debe de ser.

—Perfecto. Pues manos a la obra.

Me paré de mi silla, y busqué acercarme a Lisa, pero esta inmeditamente tomó a Rosé del brazo y se puso a conversar con ella. Me estaba ignorando, y no sabía si era por incomodidad, o porque todo el amor que decía que me tenía, en horas se había esfumado.

—Jennie —me giré a donde Jin—. ¿Todo bien?

—Sí —torcí los labios—. Todo bien.

—¿Sabes que puedes contar conmigo? nunca te fallaré.

—Gracias. Si me permites, tengo que hablar con Jisoo... —tomé a Jisoo de la mano—. Estoy muy nerviosa —susurré para ella.

—Si estoy nerviosa yo, no me quiero ni imaginar como estás tú. ¿Qué pasó con Lisa? las noto distante. Creí que las cosas entre ustedes estaría mejor.

—Es un tema muy largo, cuando salgamos de todo esto, te lo contaré todo. Las cosas no pueden ir peor, Jisoo.

—No digas eso, porqué se pueden poner peor —me hizo sonreír—. Lo vas a lograr —dejó un beso en mi frente—. Eres valiente, Jendeukie.

Sus palabras me habían hecho bien y me propuse lograrlo, lo necesitaba, por ellos y por mí. Para limpiar mi nombre de la boca de todos. Más que por ellos, por mí, para mantener mi mente tranquila.

Corazón De Robot. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora