Capítulo 28.

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Los psicópatas no se encuentran desorientados ni presentan delirios o alucinaciones; tampoco experimentan un gran estado de malestar. De hecho, son personas bastante racionales, que son conscientes de lo que hacen y su porqué. Es decir, sus comportamientos son frutos de elecciones libres.

JISOO.

Entré con Rosé a mi departamento. Esta dejó sus cosas en la puerta y yo encendí las luces. Mi departamento era amplio y cómodo, me lo podía permitir. Tenía grandes ventanales y unas bonitas decoraciones, no muy ostentosas. Y era muy mío, muy íntimo.

—¿Sabes? todo esto me tiene tan mal —Rosé me siguió hasta la cocina, donde saqué dos vasos y serví agua para las dos—. Lisa trabajó mucho por esa empresa, para que ahora un malandro venga y se lo arrebaté en menos de... nada.

Dejé el vaso a un lado, —Siento que en parte no todo está involucrado a Yerin y Sehun. Presiento que hay alguien más detrás de todo esto, porqué a decir verdad, Roseanne, ¿cómo ellos van a sacar esos números? ¿no crees que es extraño?

—Ni tanto, Jisoo. Sabemos perfectamente que tiene deudas, no me lo dudaría ni un segundo en creer que fue él. Pero fue un tipo muy astuto. Oye, ¿Jennie te llamó?

—Sí, dijo que Lisa ya estaba con ella, y en pocas palabras me dijo que la niña ya no estaba con nosotros —dije con pesar—. Debe de estar destrozada.

—Por supuesto que sí. Conozco a Lisa y una que otra vez me habló de Eleanor, así se llama. Dijo que era muy linda, y que daría lo que fuera porque se salvara del cancer, se comprometió con ella de una manera muy sana, y no quería nada a cambio. Sólo deseaba que la pequeña se salvara. Y vaya noticia que le dieron de golpe.

—La madre debe de estar destrozada, no me la imagino. Se supone que son los hijos que tienen que enterrarnos, no nosotros a ellos. ¿Y la madre de Jennie? —Rosé se quedó con la boca entreabierta, parecía estar buscando las palabras—. ¿Qué ocurre?

Nerviosa, se pasa la mano por la cabeza. —Es... dificil de decir.

—Pero dime, no me dejes así.

Me preocupé de inmediato, ya suficiente problemas teníamos para que ahora se sumara otro a la gran torre.

—La madre de Jennie es muy probable de que no se salve, sabes lo que tiene...

—Sí, lo sé. Pero presiento que no me estás contando todo, Rosé.

—Eso es todo, no hay más que contar Jisoo.

—¿Me quieres ver la cara de estúpida, Rosé? aquí pasa algo, y te noto extraña, te conozco —dije con recelo.

—Que no, Jichu, no pasa nada. Te lo prometo —dio la vuelta a la isla y se paró a mi lado—. Sé que estás dudando.

—Sí y mucho, tu rostro no me da buena impresión.

—Ya nada te da buena impresión —su mano se posó en la parte baja de mi espalda—. ¿Jisoo?

—¿Huh? —la miré a los ojos. De inmediato supe lo que estaba pasando por su cabeza—. No, Rosé, eso no.

—¿Por qué no? —sus labios formaron un adorable puchero.

—Se supone que íbamos a ir despacio y si hacemos eso, no será ir despacio.

—Sí que lo será, seré lenta —sus labios bajaron a mi cuello y empezó a besar este, eran tierno y delicados, pero en el fondo sabía que ella no quería eso—. Muy —otro beso—. Lenta.

Me aparté casi corriendo de ella, una sonrisa traviesa se formó en sus labios.

—No, te recuerdo que estamos trabajando en esto, no lo joderemos. No Park Chaeyoung —me negué.

Corazón De Robot. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora