Capítulo 4

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—¡¿Qué yo qué?! —gritó Yel levantándose de la silla.

—¿Volverás al instituto? —respondí algo temerosa.

—¡¿Quieres llevarme nuevamente al infierno, Romanoff?!... ¡¿Eso quieres?! -Mierda. Ayuda vigilante de todo el multiverso. Yel estaba a centímetros de ahorcarme.

—Solo es un año, después de eso tendremos 100 mil dólares a nuestra disposición.

Como a mí, la mandíbula de Yel casi toca el suelo.

—¿100 mil dólares?... Joder, Nat. Con esa suma solo tendremos que trabajar medio tiempo hasta graduarnos. —dijo emocionada.

—Solo ven conmigo, Yel. No podría sobrevivir sin ti. —rogué haciendo un puchero.

—Solo si dices: "Yel tu fuiste quien me hizo dudar sobre mi heterosexualidad".

Le mostré mi dedo del medio mientras rodaba los ojos. Yel sabe perfectamente porque me gustan las chicas, pero a mi querida amiga le encanta recordarse a sí misma que muchas chicas están dudando en estos momentos gracias a ella. Modestia aparte.

—"Yel tu fuiste quien me hizo dudar sobre mi heterosexualidad". —repetí como quien no quiere la cosa y ella aplaudió mientras daba pequeños saltitos.

—Bien, iré contigo. Pero solo porque sin mi no te divertirías igual. —Yel me abrazó por los hombros mientras yo le daba un pequeño golpe.

—Nunca voy a admitir que tienes razón.

Ambas reímos, pero lastimosamente nuestro momento fue interrumpido por el timbre de la puerta, Yel se levantó con una sonrisa y fue a abrir.

—¡Natasha Romanoff! ¿De nuevo apostaste en Las Vegas sin mi? —gritó una muy indignada ojiverde desde la puerta.

—¿Qué? —pregunté para mi misma caminando hasta la puerta.

Al llegar me encontré con el rostro serio de Nick pero gracias al cielo ya no me veía como si hubiera asesinado a un cura. Yel me veía indignada ¡nunca iría a Las Vegas sin ella, es el mejor contadora de cartas del mundo!

—Nick, ¿Qué haces aquí? —pregunté mirándolo fijamente.

—El señor Maximoff me envía. Debemos irnos, ¿Ella es tu amiga? —contestó con voz rasposa y seria mirando a Yel.

—Oh sí, Yel él es Nick Fury. Nick ella es Yel. Ahora sí, ¿Iremos a dónde?

—Nos vamos de compras.

—¿Y te enviaron a ti? —dijo Yel en un intento de contener la risa.

—Tengo un gran sentido de la moda.

(...)

Me siento como una niña pequeña en un parque de diversiones. —susurró Yel mordiéndose el labio.

Yel está a punto de hacerse la pis. —dije apareciendo frente a la cámara y en ese momento ella me golpeó.

Grabé con mi cámara todo mi alrededor que estaba abarrotado de las mejores marcas de diseñador del mundo, creo que ya estaba empezando a comprender a Yel. Nick andaba a nuestro lado sin quitar su cara de orto, así que decidí molestarlo.

Oye grandulón, saluda a la cámara. —apunté la cámara a su rostro y él me fulminó con la mirada.—¡Oh vamos, Nick! Sonríe un poco al menos, vamos, inténtalo.

No fui diseñado para sonreír. —contestó mientras una pequeña sonrisa se abría paso por su rostro.

¿Quién te crees? ¿Terminator?. —cuestionó Yel con burla.

Pizza con...¿peperoni? | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora