Yel y yo descubrimos mientras el día avanzaba que todas las clases las compartíamos con las amigas de mi "novia" y ella. Victoria's Secret debería ser actriz, en la clase antes del almuerzo llegó al salón y después de dejar sus cosas se acercó a esta alma pura e inocente que jugaba con su cámara y me dejó un gran beso en los labios. Yel no paró de molestarme.
A la hora del almuerzo seguía tan sorprendida que casi dejo caer la pizza que me dieron ese día. Eso me recordó que tengo que trabajar después de salir de la cárcel mejor conocida como instituto.
La rubia amiga de Wanda que tanto me agrada nos llamó a mi hermana y a mi para que nos sentemos junto a ellas, nosotros lo hicimos bajo la atenta mirada de muchos.
-¿Qué tal su primer día?- preguntó una chica rubia apoyando su cabeza en su brazo con interés.
-Nunca me había sentido tan observada en toda mi vida.- respondió Yel y yo asentí.
-Me miraron más que cuando Yel gritó que quitaba muchas heterosexualidades.- comenté haciéndolas reír.
-Por cierto chicas, ¿Ustedes quienes son?- Yel preguntó ladeando la cabeza con curiosidad.
-Oh vaya, lo sentimos. Soy Gamora.- dijo la chica morena.-Ella es Carol.-señaló a la chica rubia, la otra.-Y ella es Pepper.- señaló a la chica que me agrada.-A Wanda creo que ya la conocen.
Asentí mirando a mi "novia" que también me miró.
-¿Nos van a dar otro intercambio de saliva?.- se burló Carol mordiéndose la lengua con picardía.
-Ammm... No lo creo, eso lo hice sin pensar... Yo... Lo siento.- me disculpé algo nerviosa por recordar el momento alejándome un poco de Wanda.
-¿Qué haces?- preguntó Carol alarmada.
-¿Comer mi pizza?- levanté una ceja mientras masticaba mi pizza.
-Se supone que son "novias" chicas, no dos personas que acaban de conocerse.- recordó Carol en un susurro.
-Técnicamente... Acaban de conocerse.- dijo mi mejor amiga chocando manos con Pepper.
-Acércate.- ordenó con voz tan dura, que de un salto estuve cerca de Wanda nuevamente.- Abrázala. Wanda recuéstate en su hombro. No quiero que se suelten hasta llegar al salón de clases y quiero que sonrían como si fueran los seres más felices de la tierra.
Wanda y yo hicimos todo eso con miedo ya que Carol parecía ser ruda cuando se lo proponía. Las miradas de muchos aún estaban sobre nosotras y eso me hacía sentir muy incómoda, unos minutos después, una chica se acercó a nosotros y saludó a todas las chicas.
-¿Ella verdaderamente es tu novia, Wanda?- preguntó posando su mirada en mi.
La chica era tan guapa que no podía dejar de mirarla, Yel estaba en mi misma situación.
-Así es Sharon. Natasha es mi novia desde el verano, ¿cierto, cariño? -preguntó Wanda dirigiéndose a mi, pero estaba tan ocupada mirando a la otra chica que apenas y pude asentir.
Noté que Wanda rodó los ojos en cuanto Sharom empezó a reír y lo siguiente que sucedió me dejó fuera de órbita. Wanda tomó mi rostro y volvió a juntar nuestros labios en el segundo beso que nos daríamos en nuestras vidas.
No fue un beso de 5 segundos como el que le di yo, no, fue un beso largo y muy duradero que lastimosamente el timbre para entrar a clases interrumpió. Nos separamos con la respiración agitada y cuando giré a ver Sharon ya se había ido.
-Nos vemos en clases, mi amor.- dijo Wanda con las mejillas coloradas haciendo énfasis en las últimas dos palabras.
Las cuatro chicas se fuero dejándonos a mi mejor amiga y a mi sentadas.
-Joder, que beso. ¿Pepe grillo no se levantó?- preguntó Yel bajando la mirada a mi entrepierna.
-¡Yelena!- exclamé dándole una palmada en la nuca.
-No te enojes conmigo porque tienes que encargarte de eso tú solita.- me guiñó un ojo y se levantó riéndose.
-Ni siquiera se nota tanto.- susurré levantándome también.
(...)
-¿Entendiste algo, Nat?- me susurró Yelena.
-No. Me gradúe hace 2 años y aún no he usado la regla de 2x2 en mi vida.- contesté intentando encontrarle sentido a lo que el maestro había colocado en el pizarrón.
-Cómo vas a entender si te las has pasado viendo a Wanda, imbécil.
-Eso no es verdad, no estoy viendo a nadie.
-Ya sé que te dejó con ganas, Nat. Pero no es para que la acoses.
-¡Yelena!- dije bastante fuerte ganándome la mirada de todos.
-Señorita Romanoff. ¿Podrían decirnos el motivo de tal escándalo?-preguntó el viejo calvo que creo que le caíamos mal desde el primer momento.
Yel y yo nos quedamos mirándolo y el hombre en verdad quería una respuesta.
-¿Y bien? Digan algo.
-Algo.- contesté haciendo reír a toda la clase.
El maestro, al que ahora le diré "Señor Pelón", tomó dos papeles y nos lo entregó a Yel y a mi.
-A la dirección.
Que coincidencia, cuando estudiaba mantenía más en dirección que en clase y ahora debo volver al infierno también estaré ahí. Yel y yo fuimos a la oficina del director y solo nos puso como castigo ayudar al conserje a limpiar los pasillos. Le lanzaría un globo de pintura a ese pelón por ser llorón, pero como Clint es increíble, pasaremos una tarde increíble.
Nos despedimos de las chicas y tuve que darle un pequeño abrazo a Wanda como despedida porque el show aún continuaba y debo admitir que fue algo incómodo. Después de que Yel me molestara un rato fuimos con Clint
-Mis nuevas discípulas... Sí antes me cayeron bien, ahora después de burlarse de ese calvo de mierda, los adoro.- dijo Clint pasándonos un par de alambres y unas esponjas.
-Gracias por tu confesión, Clint. ¿ Qué hacemos con esto?- preguntó Yel mirando extrañado al conserje.
-Si algo he aprendido en este instituto además de como tirarme al secretario, es divertirme limpiando pisos. ¿Listas para la diversión?
Sonreí alegremente al igual que mi mejor amiga mientras que Clint nos explicaba como atar las esponjas a nuestros pies descalzos. El conserje lanzó una cubeta de jabón y agua por todo el piso y se lanzó patinando con las esponjas, después vino el turno de Yel y mío y fue lo mejor de mi vida.
Después de una hora limpiando pisos de la manera más divertida, llegó la hora de irnos a casa y nos dimos cuenta que el señor Pelón aún seguía allí gracias a su costoso auto estacionado.
-¿Porque odias tanto al señor Hurt, Clint?- preguntó Yel.
Me gustaba más señor Pelón.
-Ese cabeza de huevo le dijo al director que me había tirado a su hermano, antes me lo agradeció, pero entonces ya sé que es un soplón.-Clint hizo un puño con su mano y sus ojos brillaron en cuanto vio el auto del señor Pelón.
-¡Wou! Clint, ¿que vas a hacer?- pregunté algo sorprendida de ver como aquel loco hombre sacaba unas llaves e iba directo hasta el auto.
¡Clint rayó la jodida puerta! Ahora sí estamos jodidos.
-¡Enciende el motor si no quieres ir a la cárcel!- gritó Clint corriendo hasta nuestro auto.
Yel y yo corrimos hasta el Audi y arrancamos por la carretera dejando atrás el crimen del que éramos cómplices.
-¡Así se siente estar vivo!- gritó Clint levantando sus brazos eufóricamente. -Ya hice el trabajo pesado, llévenme por comida.
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Pizza con...¿peperoni? | Wandanat
FanfictionNatasha Romanoff ama su trabajo. Pero...¿Qué clase de chica con 20 años dice eso? La respuesta es sencilla. Natasha Romanoff es repartidora de pizza, y lo mejor de ese empleo, aparte de sus grandiosas prestaciones, es que muchas veces hay mujeres jo...