Pizza con...¿peperoni? | Wandanat

Capítulo 22 II

Parte II
Narra Wanda

—¡Wanda Maximoff por vigésima vez, te quiero en el salón! ¡AHORA!—exclamó Pepper mientras me veía por última vez en el espejo.

Hoy era el baile de graduación y a como estaba hace 11 meses, ahora no tengo ni una pizca de ganas de estar allí. Iba ir con Visión, no me invitó, pero lo supuse gracias a que ayer me dijo: “Ponte bonita mañana, pero no tanto, las cámaras no enfocarán mi lado bueno” “Y asegúrate que tu amiga, Pepper vaya”.

—¡WAN...

—Ya estoy aquí, Pepper.— corté a mi amiga antes de que empezara a gritar como loca.

—Tu cuerpo sí... Tu mente en otra parte.— dijo Gamora terminando de pintar sus uñas.

—Estás hermosa, Wands.— dijo Carol con una sonrisa.

—¿Es normal que no quiera ir?— agaché mi cabeza observando mis tacones.

—No, no es normal.— contestó Pepper.

—No quiero ir con Visión.

—¿Entonces con quién?

—Con.. Con Natasha, ¿Está bien?

—¡¿Por qué la dejaste ir entonces, pedazo de idiota?!— exclamó Pepper nuevamente sin podérselo creer.

—Fue por la imagen de chico perfecto que siempre ha tenido Vision. Pero Nat... Ella me hacía sentir especial, era dulce conmigo, me hacía reír... Era perfecta.— expliqué soltando un suspiro.

—Vamos a hacer algo, Wands.— Carol se levantó y tomó mis manos. —Vamos a ir al baile, vamos a divertirnos y cuando todo termine vas a decirle a Nat que estás enamorada de ella, ¿de acuerdo?—Abrí mis ojos como platos y miré a todas mis amigas.

—¿Estoy enamorada de Natasha?

Las tres se golpearon la frente con la palma de su mano y me miraron después.

—¿No te escuchaste? ¡Estás mega enamorada de Natasha!— exclamó Pepper por tercera vez.

—En serio debes dejar de gritar, Peps.— pedí dándole una pequeña palmada. Las cuatro reímos y entonces el pitido de un auto nos interrumpió.

—Aquí voy...— tomé un gran suspiro y fui hacia la puerta.

Vision estaba con un impecable smoking y se miraba los dientes en su espejo de su Ferrari.

—Así vestida estoy seguro de que las cámaras me enfocarán solo a mí.— sonrió de lado y me abrió la puerta del copiloto.

Nos dirigíamos a los Hamptons, ese lugar me traía muchos recuerdos y lastimosamente el instituto escogió ese lugar para celebrar el baile.

Cómo es costumbre se escogía al rey y a la reina del baile, mi gran sueño siempre fue ser la reina del baile, estar con el chico perfecto. Pero ahora el chico se había convertido en chica y el sueño de ser reina había cambiado por el de quedarme junto a esa chica viendo un hermoso atardecer desde el puente Brooklyn mientras grababa con su cámara.

Los flashes no me dejaban ver, pero Vision decidió quedarse posando para las cámaras mientras yo estaba a su lado.

“¿Qué sucedió con Natasha Romanoff?”

“¿No era ella tu pareja?”

“¿Dónde está Natasha?”

Los paparazzis preguntaban y preguntaban haciéndome querer cada vez más salir de allí e ir con ese repartidora que se robó mi corazón, pero no, debía quedarme aquí esperando a que mi pareja decidiera entrar.

20 minutos después al fin fue posible. Todo estaba perfectamente decorado y elegante, gracias al cielo que Vision fue a presumirle sus billetes al hijo del creador de facebook, porque así pude disfrutar un poco al lado de mis amigas. El gran momento de escoger al rey y a la reina había llegado, la música había parado y todos estábamos esperando a que la presidenta estudiantil diera los nombres.

—Buenas noches, chicos. Normalmente se escoge al rey y a la reina del baile pero peculiarmente tendremos dos reinas. Y las ganadoras son...—Todos nos quedamos callados a la espera de que la presidenta dijera los dos nombres que tendrían que subir por la corona y bailar un vals.—La primera reina es... ¡Wanda Maximoff! —Todos aplaudieron y gritaron mientras yo subía por la corona y esperaba a que dijeran la segunda ganadora. —La segunda reina es... ¡Natasha Romanoff!

Todos empezaron a buscar a Nat pero yo agaché la cabeza esperando el momento indicado para irme. Pero el sonido de un helicóptero descendiendo llamó la atención de todos y salimos del salón para ver de quién se trataba.

Me abrí camino entre todos los estudiantes y al estar al frente me llevé una gran sorpresa.

—¿Alguien solicitó mi presencia?

Natasha Romanoff sonrió de lado sujetando la mano de María mientras salía del helicóptero que Clint pilotaba.