Parte de elecciones.

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Narracion Omnicente.

Después de que se fueron el alfa reunió a todos los lobos jóvenes ordenando a los viejos que cuidarán de los cachorros, Willa estaba nerviosa pensaba que aquello era un regaño hacia todos por haber dejado que entrarán dos humanas y tres zombies, además de que uno de ellos le hizo daño a uno de la manda, Nicolás los miro seriamente, ninguno se atrevía a decir nada.

– Mi sucesora sabe ya donde está la piedra lunar, - todos abrieron mucho los ojos. - necesita de su ayuda, trato de traerla ella misma, pero es imposible dado a la ubicación, - alguien iba a hablar pero él negó. - se que muchos están pensando en que ustedes podrían pero ya lo estudie yo mismo y no quiero que ninguno se arriesgue, la manada debe mantenerse unida y fuerte, todos ustedes aquí presentes se reunirán con ella, tendrán que llevarse los collares que menos carga tengan.

– ¿Nosotros nos lo llevaremos? - pregunto Wynter extrañada. - ¿Llevaremos dos collares?

– No solo uno, cambiarán collares por un rato con los de menos carga, ellos son los que la necesitan, los suyos están a mitad, se que se descargarán pero podrán resistirlo, son fuertes.

Los miro orgulloso, haciendo que más de un lobo se sintiera bien con el mismo.

– Es por eso que los llame aquí, los cachorros se descontrolaran y los viejos no son muchos por lo que alguno de ustedes podrán cargar su collar, por lo que deberán valorarlo, saben lo sagrado que es, ¿Entendieron?

– Si alfa.

– Bien, ustedes decidirán quién le dará su collar a un viejo, estén listos en veinte minutos, iré a llamarle.

Todos asintieron, en cuanto el alfa salió los demás empezaron a ir con los viejos, aprovecharon para también ver los de los cachorros, la mayoría de ellos eran bastante maduros para ceder la oportunidad de una piedra con carga completa, el alfa regreso y todos ya estaban listos, con las piedras lunares de los demás, estaban bien guardadas, Nicolás les digo donde la verían, todos se fueron al lugar que él les había dicho y ahí ya estaba Katerine esperándolos, pero al no darles la piedra como ella quería se puso un cubre bocas, además de pintar su cabello blanco de negro con el mismo tinte que antes usaba, traía un pantalón pegado negro, además de una blusa negra pero está, estaba diseñada para que mostrará sus tatuajes representando que era ella la sucesora del alfa, su cabello estaba recogido de forma que pudieran ver el tatuaje que la hacía la siguiente alfa, cuando los vio les dijo que la siguieran y que estuvieran en silencio; llegaron a la puerta para la piedra lunar.

– La puerta es pesada, necesito a dos de ustedes.

Willa se acercó junto con Wyatt, entre los tres tiraron abriendo la puerta, y ahí todos los lobos observaron con gran asombro la piedra lunar.

– Carguen las piedras y nos vamos, no quiero que toquen esa estructura, ni que traten de mover la piedra, es peligroso.

Siguieron las órdenes de la chica, cargaron las piedras lunares, Willa estaba un poco inconforme con ello pero debía obedecerla, era lo que el alfa le había pedido, no quería que nadie se arriesgará de más, aunque ella sentía que podía sacar la piedra lunar de allí con facilidad, al terminar, los mismos tres cerraron de nuevo la puerta y salieron con mucho cuidado y sigilo de ahí, regresaron a la entrada del bosque en compañía de ella.

– Gracias.

– Lamento no darles la piedra, pero pronto se las entregaré.

Ellos asintieron yéndose de ahí, Kate regreso a su casa, estaba muy cansada, antes de acostarse recordó la chaqueta de Zed que aún tenía una pequeña mancha de ella, la lavo y luego la seco dejándola a un lado de su ventana para que se secara más rápido, se acostó cerrando los ojos pasaron unos minutos cuando alguien ya estaba tratando de despertarla para ir a la escuela. Katerine se levantó con bastante pereza.

Hermana de Eliza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora