Katerine.

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— Narración Omnicente. —

Los lobos estaban por irse cuando llegó el último que había sido revisado por Katerine, avisándoles que ella no se veía con buena cara, preocupando a Wyatt y a varios lobos más, pues aunque los lobos y Katerine no se conocieran de toda la vida y solo hayan estado con ella tan poco tiempo, se sentían agusto con ella, sentían una gran confianza como si fuese parte de su manada, estaban por ir a dónde estaba pero en ese momento olieron algo muy familiar para ellos, algo que solo un hombre lobo podría tener, una fragancia que solo uno de ellos podría emanar, nadie más podría emanar esa fragancia a menos... Los lobos se miraron entre ellos asustados, como impresionados, voltearon a ver de qué parte emanaba esa fragancia, dándose cuenta que era Katerine quién tenía ese olor, ¿Qué era lo que Katerine había hecho? Su alfa, el rugido, Kate con ese olor.. podían pensar cualquier cosa, Willa era la que estaba más alterada, quería respuestas y las quería ahora, Wyatt la detuvo pues la mirada de Willa no era muy amable en ese momento.

– No le hagas nada Willa, primero debemos ver a nuestro alfa.

– Pero si él..

– Eso no lo sabemos, además.. quizá Kate lo obtuviera de otra forma. - digo Wynter, con su mirada de cachorro. - no lo sé, en la cueva se trataban tan bien, puede que haya otra explicación.

Todos los lobos miraron a Kate quién estaba con Zed, él estaba sosteniendo la de los hombros, mientras ella estaba diciéndole algo pero apenas podían escuchar sus susurros, eran demasiado bajos, incluso con sus oídos tan desarrollados, Zed tenía una cara muy preocupada, algo estaba pasando sin duda alguna, de pronto Katerine iba a caer de no ser por Zed quién la sostuvo más firme, él la llamo preocupado aunque no en voz alta si no lo suficientemente para que Kate lo escuchará y ellos con su super oído, Wyatt no espero a los demás y la llamo tratando de acercarse a Zed, pero este la cargo estilo princesa y empezó a irse de ahí, algo estaba pasando, los demás lobos sin esperar a que Willa les diera permiso fueron detrás de Wyatt llamando a Katerine, claro que no paso desapercibido por los que estaban alrededor de los lobos; por suerte no tuvieron que usar su collar para alcanzar a Zed, que había llegado a una casa un poco apartada de las demás de zombies, Wyatt recordaba aquella casa, fue ahí donde vio a Zed y Kate tan risueños después de que Wynter le dijera que debía escoger, incluso había abollado un poco el bote de afuera, negó con la cabeza apartando esas imágenes, en este momento no necesitaba recordar aquello Kate estaba mal y él haría lo que estuviera a su alcance para ayudarla, los lobos le ayudaron a Zed a abrir la puerta, él les agradeció, paso y subió arriba dejando a Kate en su cama, los lobos se limitaron a estar en la sala mirando con preocupación el segundo piso, aquella casa tenía el olor de Katerine por todos lados, había un poco del olor de Zed pero en su mayoría estaba el de Kate, Wyatt sintió el olor de la sangre de Katerine preocupandose aún más, Zed en ese momento bajo mirando a todos los lobos, un poco impresionado, no sabía que todos ellos se preocuparan por Katerine.

– ¿Cómo está? - pregunto de prisa Wynter. -

– La verdad, no tengo idea, - explicó con una mueca en su rostro. - Kate es especial y casi nunca se encuentra mal, - Zed se dio cuenta de las miradas preocupadas de los lobos. - ¡Pero tranquilos! Se que se recuperará. - hizo una pequeña sonrisa. - Kate siempre se recupera.

– ¿Ya curaste su herida que sangra? - pregunto Wyatt preocupado. -

– ¿Herida.. que sangra? - pregunto extrañado, para después abrir los ojos como plato e irse rápidamente con Kate. -

Wyatt subió detrás de Zed, los demás lobos también iban a subir, sin embargo fueron detenidos por Willa que había llegado.

– ¡Quietos! Wynter tu sube por Wyatt, el resto esperaremos aquí abajo, solo estorbaran si suben sin aportar nada.

Hermana de Eliza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora