Ella

Capítulo 3.

Brooke Harper.

Primer día de clases, desde mi punto de vista, fue una mierda.

Llegué a la residencia agotada. Aventé mi mochila y caí rendida en la cama.

—¿Mal día? —preguntó Jenna.

—No te imaginas —murmuré volteando para verla.

—Si te sirve de algo, ni a Naya ni a mí nos fue mejor —rió levemente.

—No me sirve, pero gracias por el intento, Jenna —trate de sonreír.

Ella hizo una mueca, pero no dijo nada más.

—¿A qué hora regresaron del piso? —pregunté.

Mire hacia el techo, había colocado unas estrellas que se iluminaban en la noche, realmente me gustaban.

—Al rededor de las 3 de la mañana,¿Y tú?

—Cuando desperté me cambié y fui directo a clases. Sue es casi de mi talla y a veces tengo ropa mía ahí —indiqué.

Jenna asintió entendiendo.

—Creo que saldré —murmuré levantándome.

—Oh, claro —habló viéndome.

Agarre unos shorts de mezclilla y una blusa verde claro de manga larga, seguido de esto entre al baño.

Salí ya vestida y tome un bolso. En éste guarde mi teléfono, algo de dinero y mis llaves.

Estaba lista para salir por la puerta cuando Jenna habló.

—¿Regresarás tarde? —preguntó.

Volteé para verla.

—¿Acaso importa? —fruncí el ceño.

—Oh, no, no —negó repentinas veces.—es solo que... Bueno, ya sabes.

—No, la verdad no sé.

—Es por si Naya o alguno de los chicos llega a preguntar por ti.

Me quedé quieta, ¿realmente a ellos les importaría si salgo? Digo, no es como si la noche de ayer hayan notado mucho mi presencia.

—Solo diles que salí y que no esperó llegar temprano —dije sin mucho interés.

Sin esperar respuesta alguna de ella, salí por la puerta y la cerré detrás de mi.

¿A dónde iría? La verdad ni yo sabía.

Después de pensar a dónde ir, decidí tomar camino a un campo de flores algo alejado de la ciudad.

Mi lugar favorito.

—¿Saldrás de nuevo, Brooke? —dijo una voz que reconocí.

Volteé y ví a Chris viéndome fijamente.

—Si, necesito aire fresco —medio sonreí.

—Entiendo, no regreses tarde, ¿De acuerdo?

—No lo haré, te veo alrato Chrissy.

Él negó sonriendo y yo salí.

Caminé hacia el estacionamiento, ahí había dejado mi coche.

Ahora que lo pienso, no me acuerdo por qué vine a la residencia. Yo tenía un apartamento, pero muy rara vez iba ahí.

¿Acaso no te acuerdas que fuiste porque Naya te arrastró?

Ah, si. Ahora lo recuerdo.

Subí al coche y tomé rumbo al campo.