Capítulo 15

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*—Aydee:

Levanner volvía a dormir en el sofá.

La noche que había aceptado su propuesta, Levanner le había dicho que hablarían al amanecer, pero desde ese entonces, habían pasado varios días y aún no habían hablado. Hablaban de cualquier cosa y menos de la propuesta. Es como si el mismo estuviera tratando de evitar no hablar de ello. Y fue el otro día que Levanner había dicho que comenzaría a dormir en el sofá, o sea, ¿qué mierda había pasado como para que tomara esa decisión?

Aydee no comprendía que era lo que pasaba por su mente y que era lo que estaba sucediendo. Recordaba bien lo mucho que Levanner había insistido al principio y ahora ni siquiera sacaba el tema. No tan solo eso, su actitud de estos últimos días estaba muy cambiada. Era muy incómodo tratar de hablar con este y que el mismo se mantuviera respondiéndole.

Estaba cansada.

Soltó un suspiro y salió a la sala para encontrarse con Levanner tendido en el sofá, sin caber en este. Era un estúpido y no entendía porque actuaba de esa forma. Había aceptado su propuesta, pero este no parecía feliz luego de ello.

¿Qué debería hacer?

Se aclaró la garganta y vio como Levanner abría los ojos, girando la cabeza hacia ella y mirándola. Parecía que la había sentido antes y se había estado haciendo el dormido.

—Ven a dormir conmigo —pidió Aydee abrazándose a sí misma, ya que se sentía un poco de frio en la sala. Parecía que había alguna ventana abierta y no podía identificar cual era por el momento—. Te ves incomodo en ese sofá —señaló Aydee.

—No, estoy bien aquí —respondió Levanner desviando el rostro.

Claro que no estaba durmiendo bien allí. A penas cabía en el maldito sofá que nunca habían cambiado porque al final, Levanner estuvo durmiendo con ella después de la primera noche.

Aydee soltó una exhalación, sintiéndose cansada.

—Sabes que no es así —señaló—. No estás bien ahí, así que ven a dormir conmigo —insistió.

Levanner no respondió y continuó haciéndose el dormido.

Aydee apretó las manos.

No comprendía nada. Había aceptado su propuesta de casarse con él, porque sintió en ese momento mágico que tuvieron, que era el momento de dar el paso final. Se había sentido triste por la forma en la que la madre de Levanner pensó de ella e incluso pensó que el tener a la señora Rivers en su contra lograría que se separaran, pero al ver como Levanner actuó tan protector con ella y que el mismo admitiera sentimientos que Aydee nunca pensó que este sintiera por ella, fue la que le empujo a dar el sí.

Se imaginó que todo estaría bien, pero que fuera el mismo Levanner que estuviera levantando los obstáculos, era difícil de creer. ¿Por qué? ¿Por qué actuaba de esa manera? ¿Por qué le daba la espalda? ¿Por qué no quería hablar con ella?

¿Acaso sería el final de ellos?

Esto la tenía ansiosa y sintiéndose como una mierda. Si hubiera sabido que todo se tornaría de esta manera. Quizás... quizás ella... Se llevó las manos al vientre, acariciándoselo. No, no podía arrepentirse de sus decisiones, porque de ser así, estaría arrepintiéndose del regalo que el todopoderoso le dio.

Soltó un suspiro.

Levanner no podía seguir siempre así, mañana trataría de hablar con él para buscar una solución, porque si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, y no iba a dejar que, por mal entendidos, lo que habían estado construyendo, se fuera a la mierda.

👼🏻 Compartiendo Un Regalo 🎁 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora