⁴Alicia y el Cáliz de Fuego [LRYEA: ✔︎]

7¬ BACK TO HOGWARTS

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↻ De vuelta a Hogwarts 

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━━━━━━━EL VIAJE DIRECCIÓN AL ANDÉN 9 Y 3/4 RESULTÓ MUY INCÓMODO para los demás, pero interesante para Alicia. Como iban tan apretujado con los baúles, no entraban más de tres personas atrás, así que tuvieron que recurrir a que Alicia se sentara en el regazo de Harry. Ninguno se quejó ante ello.

Para cuando entraron a Londres, Harry, Alicia, Hermione y Ron estaban llenos de arañazos de Crookshanks, que parecía muy alterado. —Crookshanks, no me caes mal, pero como no pares, pienso tirarte por la ventana del coche —dijo Alicia, mirando mal al gato. El gato soltó un resoplido y Hermione riñó a Alicia, diciendo que iba a asustar a Crookshanks.

Alicia se acomodó sobre su novio, manteniéndose lo más alejada posible del gato, no le gustaban los arañazos.—Estoy aplastando al pobre Harry, ¿cuánto falta? —preguntó la rubia, suspirando e inclinado la cabeza hacia atrás, apoyándola en el hombro de su novio. 

Escuchó la risa de Harry proyectada en su oído, tan agradable como el rompeolas del mar.

—Estoy perfectamente, no pesas mucho, la verdad—aseguró Harry, sujetando la cintura de Alicia con sus brazos, como si él fuese el cinturón de seguridad. 

Fue un alivio llegar a King's Cross, aunque la lluvia caía aún con más fuerza y se empaparon completamente al cruzar la transitada calle llevando los baúles. Alicia ya estaba acostumbrada a entrar en el andén nueve y tres cuartos. La única dificultad radicaba en hacerlo con disimulo, para no atraer la atención de los muggles. Aquel día lo hicieron por grupos. Harry, Alicia, Ron y Hermione (los más llamativos, porque llevaban con ellos a Atenea, Pigwidgeon y a Crookshanks) pasaron primero.

El expreso de Hogwarts, una reluciente máquina de vapor de color escarlata, ya estaba allí. Harry, Alicia, Ron y Hermione entraron a coger sitio, y no tardaron en colocar su equipaje en un compartimiento de uno de los vagones centrales del tren. Luego bajaron de un salto otra vez al andén para despedirse de la señora Weasley, de Bill y de Charlie.

—Quizá nos veamos antes de lo que piensas —le dijo Charlie a Ginny, sonriendo, al abrazarla.

—¿Por qué? —le preguntó Fred muy interesado.

—Ya lo verás —respondió Charlie—. Pero no le digas a Percy que he dicho nada, porque, al fin y al cabo, es «información reservada, hasta que el ministro juzgue conveniente levantar el secreto».

—Sí, ya me gustaría volver a Hogwarts este año —dijo Bill con las manos en los bolsillos, mirando el tren con nostalgia.

—¿Por qué? —quiso saber George, intrigado.

—Porque vais a tener un curso muy interesante —explicó Bill, parpadeando—. Quizá podría hacer algo de tiempo para ir y echar un vistazo a...

—¿A qué?

Pero en aquel momento sonó el silbato, y la señora Weasley los empujó hacia las puertas de los vagones.—Gracias por la estancia, señora Weasley —dijo Hermione después de que subieron al tren, cerraron la puerta y se asomaron por la ventanilla para hablar con ella.