La sargento de policía Kara Zor-El, una heroica veterana de guerra del ejército británico que padece de trastorno de estrés postraumático, trabaja ahora como oficial de protección especializado para el Servicio de Policía Metropolitana de Londres.
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Obs.: Aquí les traigo la tercera parte de esta pequeña maratón, espero leernos pronto de nuevo.
PARTE 3/3
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Pov. Kara
Cada vez más gente se aparecía en el piso, al parecer esto sería una reunión importante, ya que los principales lideres de las organizaciones de inteligencia y seguridad se encontraban en la sala de reuniones en espera de Lena, quien fiel a su cargo era seguida por pelotón de asesores encabezado por Day y otra nueva, quien al parecer era el reemplazo de Eve, todo iba con normalidad hasta que antes de ingresar a la sala de reuniones tuvimos un cruce de miradas y fue con ese simple gesto que pude notar cuan tensa se encontraba, nerviosa, algo no andaba bien, tal vez era por la reunión importante que tendría, era una mujer de muchas responsabilidades y eso conllevaba una gran carga.
Seguía con mi guardia y cada tanto observaba la sala, donde se podía ver absolutamente todo lo que hacían ya que un gran vidrio templado separaba la salda de todos y eso era bueno para mi trabajo, veía su interacción, todos se veían soberbios, enfrascados en su mundo, pero de algún modo todos respetaban y escuchaban lo que Lena decía, era testigo de primera mano de lo que Lena causaba en los demás, ella en verdad imponía.
La reunión duro casi dos horas, al culminar todos se encontraban serios, especialmente Lena, quien solo se limitó a ir al baño, para después volver a su oficina y terminar el resto de la jornada encerrada en su despacho, entre leyendo documentos y hablando por teléfono. El momento de salida llego y como era de costumbre Lena era escoltada por su asesora para darle la agenda del día siguiente, ambas en su mundo y yo en el mío, dejamos el edificio y di la actualización de nuestra posición.
-: Sierra – sulu 7-9, lavander saliendo.
-: Sierra – sulu 7-9 enterado. – tanto la escolta como el principal se hicieron presente, como parte de mi rutina me aseguré que todo estuviera en orden y luego abrí la puerta trasera para que Lena ingresara, aun la sentía extraña, pero se veía más relajada, eso me gusto, pero persistía ese nerviosismo en ella y más al no dirigirme la palabra, eso me desconcertó un poco, ¿había hecho algo malo?
El viaje fue tranquilo, sin ningún percance, pero aun persistía esa duda, temía de haber hecho algo para incomodarla y retroceder nuestro avance de las últimas semanas, tenía que saber si hice algo para incomodarla y si era así, disculparme por ello. Llegamos a su departamento e ingresamos sin problemas, como siempre Frank nos saludó y dio las buenas noches a Lena, hice mi revisación rutinaria mientras Lena permanecía en la entrada, una vez finiquitado mi labor regresé con ella, quien se hallaba sumergía en su celular, en verdad es adicta él.
-: Despejado señora. – decidí ser precavida para no disgustarla más, si es que lo estaba, pero con tan solo mencionar el termino profesional, ella elevo su mentón y me observo detenidamente, pude ver su entrecejo fruncido, parecía sorprendida –.
-: Señora? Creo que acordamos otra cosa en privado Kara... ¿hice algo que la incómodo para que volviéramos a las formalidades? – cambiando su semblante de confusión a uno preocupado –.
-: No! ...no, es que...yo.... – ¿Qué me sucedía? Yo jamás vacilaba o ponía nerviosa –.
-: Tranquila puedes hablar con confianza, estamos a solas. – acercándose para dejar su maletín rojo y su abrigo sobre el sofá para luego darme la cara nuevamente –.
-: Es que yo le iba a preguntar lo mismo. – sintiéndome más confiada, era extraño, pero era lo que sentía –.
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