Capítulo » 31

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Zayn's POV.


Luego de varios segundos, interminables segundos, de que mi boca hubiese expulsado esa frase, por fin tomé conciencia del peso que tenía y confirmé mis sospechas cuando los ojos de Melissa se tornaron aguados. ¿Qué había hecho?, ¿No le había gustado mi repentina confesión? Bueno, ni siquiera yo me la había esperado. De hecho, se suponía que me iría a la tumba con lo que sentía... Pero ya había dos personas que conocían el secreto. Liam y la mismísima protagonista de éste. Intenté, juro que intenté por todos los medios posibles desviar el tema hacia un punto totalmente diferente, pero mi mente estaba en blanco.

Seguía observándome. Seguía conectada a mis ojos como ninguna otra mujer lo había logrado. Seguía examinando mi rostro para que quizás me retractara de mi declaración, riera como un imbécil y le dijese que le estaba tomando el pelo. Pero no iba a hacerlo. ¿Por qué debería si era la pura verdad?

Un minuto después por fin suspiró, se secó con fuerza la única lágrima que había logrado correr a través de su rostro y sonrió.


-No sé lo que intentas hacer, pero si es parte de un juego, para ahora mismo -entrecerró sus ojos, cogió el brassier del suelo y se lo colocó frente a mí-. ¿Está claro?


Otra pequeña cantidad de lágrimas cayeron desde sus ojos y luego se levantó del suelo, dejándome solo. Ahí estaba... No creyó ni una pizca de lo que había hecho, ¿Y cómo culparla si en un principio fui de todo menos lindo con ella? Me lo merecía. Me merecía que estuviese poniéndome una barrera, sancionándome a una prueba; aunque en el fondo de mi ser sabía que saldría victorioso.

Fui hasta mi habitación, lugar en que hace tan solo un minuto había entrado Melissa y caminé directo hacia mi armario. Saqué una de mis más preciadas camisetas de manga corta y se la tendí; en un principio me miró sin entender, y luego, la tomó. Me dije a mi mismo que no la observaría mientras se preparaba para irse a dormir, pero me fue imposible. Se quitó lentamente el vestido quedando sólo en ropa interior y luego se enfundó en mi prenda, la cual tapaba hasta la mitad de su muslo. Por mi parte desabotoné la camisa que había usado en la cena, quité mis zapatos y luego mis pantalones. Lentamente me acosté a su lado sintiendo en ese mismo instante el frío que emanaba su cuerpo. Antes de hacer lo que mis instintos gritaban, me puse de lado y apoyé mi cabeza en mi mano, observándola.


-¿Tienes frío? -pregunté lentamente. Aún sentía la tensión entre nosotros.

-No. -explicó. No supe si estaba tratando de evitarme.

-¿Y entonces por qué tiemblas? -una sonrisa triunfante se creó en mi rostro cuando me miró.

-Es un ritual que hago antes de dormir. Cada noche. -se encogió de hombros y subió las colchas hasta su cuello.

-La vez anterior no lo hiciste.

-La vez anterior ni siquiera sabía cómo me llamaba -una pequeña sonrisa barrió su rostro, por lo que rápidamente añadí:

-¿Te puedo abrazar?


Su aturdimiento fue tal que se quedó en silencio, aún mirándome. No esperé una respuesta, sólo acerqué mi cálido cuerpo al de ella y de una inexplicable manera se mezcló con su gélida piel. Acorralé su cintura con mis brazos, y sin esperarlo, se giró hacia mi rostro y plantó un pequeño beso en mis labios; luego apoyó su cabeza en mi cuello y su respiración se hizo lenta y profunda.

Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora