Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.M

Capítulo » 43

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Zayn's POV.

Reí ligeramente ante la mirada suplicante que Melissa me otorgó antes de salir del despacho de Ben e irse junto a Stephanie Bennett. Sabía que se sentía incómoda, y me atrevería a afirmar que un poco amenazada ante la nueva chica que iba a trabajar bajo mí mando. Sin embargo, se había olvidado completamente de lo obvio: yo tenía ojos sólo para ella, y por más que Stephanie fuese una chica linda, no la defraudaría. Melissa significaba muchísimo más.

Ben volvió a tomar asiento en su gran silla de cuero negra, revolvió los documentos que estaban dentro de la carpeta recién había sido encontrada y los acomodó en una línea que abarcaba el ancho del escritorio. Nos observó con seriedad y apuntó con su barbilla hacia las sillas que estaban frente a Él.

—Tengo conocimiento de toda la mierda que pasa entre ustedes dos —se quedó en silencio por varios segundos y aprovechó de vernos, a mí y Niall, a los ojos—: Pero lo que quiero hablar ahora es un tema delicado y necesito de toda su disposición. ¿Puede ser?

Observé a Niall con cautela, quien sorpresivamente, me devolvió la mirada y asintió—: Claro. Qué ocurre?

—Estos documentos son resúmenes de la investigación que hicimos hace dos años sobre la ramificación que hay en Nueva York de La Cosa Nostra. —alcé mis cejas al oír aquél nombre—. Si bien sabemos que todo salió bien y con nuestras pruebas logramos enviar al cabecilla del bando a la cárcel, la justicia determinó lo contrario hace un par de semanas y lo dejó en libertad bajo vigilancia.

—¿Cómo dices? —preguntó Niall con un claro tono asombrado—. Las pruebas que recopilamos junto a Zayn y Liam demostraban claramente que Alessandro y su grupo eran culpables, ¿Cómo es posible que la justicia determine que no lo son?

Ben soltó un sonoro suspiro y apoyó su espalda en el respaldo—: Es la mafia italiana... Los jefes que administran sus bandos desde aquél país europeo tienen un intelecto casi tan alto como el nuestro, competimos de igual a igual. Es probable que hayan hecho algún tipo de chantaje o amenaza a los jueces neoyorquinos... —colocó una mano en su cabeza y se encogió de hombros—. Como sea, tenemos que atrapar a Alessandro Cannavaro una vez más.

—Tiene sentido —añadí. Posé mi dedo índice sobre uno de los papeles—. Si lo atrapamos a Él será mucho más sencillo determinar el paradero de los demás integrantes...

—Exacto —afirmó Ben cruzándose de brazos—. Tenemos que terminar con ésta banda narcotraficante tan pronto como sea posible, chicos.

—Entonces... —Niall frunció el ceño, hizo una pausa, me observó y escupió—: ¿Esto de la investigación nos excluiría a mí, Zayn y Liam de la adaptación laboral?

Schneider se tomó su tiempo para contestar. Frunció el ceño, miró los papeles y luego a nosotros—: La idea es que todo siga tan normal a como ha sido. No tenemos que levantar sospechas porque se trata de una investigación ciento por ciento confidencial. Todo sigue como siempre.

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Mi mente estuvo estancada en Alessandro Cannavari toda la tarde y noche de ayer junto a la mismísima mañana de hoy. No dejaba de preguntarme por qué la justicia se había ablandado tras tener en sus manos pruebas irrefutables que indicaban que Él y su pandilla eran culpables del narcotráfico y la prostitución en que Nueva York estaba hundida. Sentía la necesidad de dar con la respuesta en ese mismo instante, pero claro, era más que obvio que no podría hacerlo solo y menos sin tener un plan de acción estudiado por Ben, Liam y Niall.