Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.M

Capítulo » 8

Antes de dar a conocer el capítulo número ocho, quiero dar las gracias y decir que me reí mucho con todos sus comentarios uhdjkfd, estuvieron de-súper-lujo :'). Bueno, eso. ¡GRACIAS A TODAS! <3.

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Niall's POV.

Tres horas y cinco tazas de café duraron mis intentos de cambiar todas las actividades que debían realizar los internos de la Policía de Nueva York mañan... Hoy. En un par de horas más.

Luego de darme cuenta de aquella escabrosa noticia acerca de la sexualidad de Melissa Hetfield, mi único objetivo era alejarla lo más posible de Dinah, su tutora. No era que tuviera algo en contra de la gente homosexual, pero ésta chica me había dado duro. No podía (o no quería) tragar el hecho de que fuese verídico que le gustaban las mujeres, y ya que yo era un hombre con convicciones claras, haría que cambiase de opinión sobre sus gustos.

O al menos que se volviese bisexual, así seguía teniendo opciones, ¿Verdad?

—Entonces, la primera actividad será en compañía de los respectivos tutores... Bla, bla, bla —leí un par de notas que había escrito hace una hora atrás, frunciendo ligeramente el ceño—. No, maldición. ¿Cómo va a ser con los tutores? —taché el nombre de Dinah Bouvier del lado de Melissa Hetfield y escribí a un lado del borrón: Zayn Malik—. Sí, la primera actividad será aleatoria. Por sorteo... Síp.

Releí el documento un par de veces más para cerciorarme de tener todo como yo quería, y cuando fue así, estiré mis brazos hacia el techo por sobre mi cabeza y una sonrisa satisfactoria se dibujó en mi rostro.

—Perfecto, Horan. No más damas merodeando en tu territorio.

Era extraño el sentimiento que me había transmitido mi último comentario. ¿Cuándo diablos pensé que tendría que competir contra mujeres? La mayoría del tiempo tenía que hacerlo contra Liam, quien por desgracia, siempre les echaba el ojo a las mismas chicas que yo... ¿Pero contra féminas? Mierda.

Quizás... Tan sólo quizás, estaba sacando conclusiones muy apresuradas. Tal vez sólo debía encerrar a Melissa en una de las salas del FBI y someterla a un duro cuestionario, para estar seguro.

«¿Eres lesbiana?»

De seguro me llegaría una bofetada por ser tan irrespetuoso, pero así me quedaría tranquilo cuando escuchase su «Niall Horan, eres un imbécil. ¿Cómo se te pudo ocurrir semejante estupidez?» Luego me besaría, haríamos el amor y estaríamos juntos para toda la vida. Eso sería gratificantemente aliviador. O quizá debería mirar su expediente, marcar su número telefónico en mi celular y hacerle la pregunta directamente ahora. A las cinco y treinta de la madrugada.

Vaya, qué tarde.

Justo cuando mi cerebro me dio la brillante idea de ir a dormir, para al menos descansar un par de horas, mi teléfono móvil sonó fuertemente. Atontado, contesté.

"¿Diga?" froté mi ojo derecho con el dorso de mi mano y bostecé.

"¿Dónde diablos estás, Horan?" era Ben. Sonaba furioso.

"¿En mi casa?" contesté inseguro. ¿Había olvidado algo? "¿Por qué?"

"¿Cómo que por qué?, ¿Eres estúpido?" pronunció una cadena de palabrotas en mí contra. "¿Estás consciente de que a media noche cambiaron la hora, no? Son las seis y treinta tres, ¡Deberías estar en el campo deportivo de la institución arreglando las actividades de hoy!"