Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.M

Capítulo » 3

Zayn's POV.

Miré el reloj de mi muñeca un par de veces antes de decidir si ir o no en busca de mi amigo a la tienda Dunkin' Donuts; ya se había demorado un buen poco. Me removí incómodo en el asiento principal del automóvil de patrulla en el que nos había tocado trabajar hoy y maldije todo lo que pude a Charles, quien se había quedado con el mejor esta mañana.

"Si Payne no vuelve dentro de un minuto, iré a ver qué ocurre" me dije.

Crucé los brazos delante de mí, intentando disipar un poco el frío que envolvía al auto. Miré por el espejo retrovisor para saber si estaba dentro del perímetro, y en cosa de diez segundos, la puerta del copiloto se abrió con fuerza.

—Había una cola larguísima, Zayn —dijo y se tiró dentro del asiento.

—¿Tanto como para demorar quince minutos? —pregunté, levantando una de mis cejas.

—Bueno, puede que haya pasado al baño primero, pero eso es algo aparte —se encogió de hombros y me entregó la caja con donas. La recibí sonriendo de soslayo y saqué una.

—Debo decir que estas mierdas llenas de grasa son mi placer culpable. —la engullí por completo y noté que Liam miraba asombrado 'algo' por detrás de mi hombro—. ¿Qué?

—¿Sabes quién más podría convertirse en un placer culpable? —dijo rápidamente sin despegar su vista de la ventana. Mi confundida expresión lo dijo todo, porque Liam apuntó hacia atrás de mí como respuesta.

—¿La pelirroja que acaba de entrar a esa tienda? —fruncí el ceño; no tenía nada de bueno. Liam estalló en carcajadas y me sentí ridículo.

Me esforcé por encontrar aquella persona que, según Liam, estaba buena, pero no logré encontrar a nadie. Lo único que veía eran mujeres mayores, regordetas, sin clase y... Simplemente no sabía qué o a quién estaba mirando Liam.

—Puede que una visita al oftalmólogo te haga de maravilla —murmuró. Giró mi cara hacia la punta diamante de la quinta avenida y recién pude percatarme de que allí había un policía dirigiendo el tránsito.

—Es un policía, ¿Y...? —pregunté con desdén.

—Es la policía con el culo más formado y redondo que he visto en mi vida —respondió atontado. Comió un mordisco de su dona y mantuvo su mirada en la retaguardia de la mujer—. Daría lo que fuera por... —lo interrumpí.

—Liam, es normal y pues... ¡Normal! Además... —negué un par de veces e hice una pausa. Liam me miró con atención—. Es sólo una policía.

—Oh, es verdad —alzó las manos en señal de rendición—. Olvido que estoy hablando con Zayn Malik, el hombre más superficial y con clase que he conocido.

—Vamos, tú también te dejas llevar por los estereotipos —me crucé de brazos—. Apuesto a que es parte de la policía porque no le alcanzaron los estudios como para ser parte del FBI.

—Malik, ya basta —comentó asombrado por mi comentario.

—¿Por qué? Sé que tengo razón, además... Debe ser una chica horrible.

—He dicho que pares, Zayn —inquirió aún más asombrado—. Te has ido, una vez más, a la mierda con tus comentarios.

Ese fue el fin de nuestra poco común conversación. Liam se enfadaba cada vez que, según Él, se me subían los humos a la cabeza y empezaba a hablar como si yo fuera el rey, pero ¡Diablos! Sabía que tenía razón. La mayoría de los policías de Nueva York sólo eran personas frustradas que no pudieron superar los obstáculos que implicaba ser un agente, pero a mí qué mierda me importaba.