Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.M

Capítulo » 25

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¡¡HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!

Ya, sí. Es 2 de marzo y volví. Sé que en diciembre prometí una maratón pero, sinceramente, es más difícil que la conchetumare escribir tanto en tan poco tiempo. Así que perdón, pero sólo subiré dos capítulos. Son largos, pero dos no más al fin y al cabo. Espero que cumpla con todas las expectativas que tengan... Y perdónenme la vida por hacerlas esperar tanto :( ksjdha. En fin, aquí van los capsssssssssss. besos y abrazos x.

PD: Recomiendo leer el CAPÍTULO 24 otra vez, porque ni siquiera yo me acordaba de lo último que escribí jajsdkaj.

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Zayn’s POV.

Entonces… ¿Había dicho lo que en serio creía que había dicho? 

Noté que Melissa había quedado sin la capacidad para responder a mi petición; de un momento a otro sus manos comenzaron a temblar de una manera peculiar, sus ojos viajaron de derecha a izquierda intentando encontrar una especie de salvavidas, y como guinda de la torta, cruzó sus piernas y mordió sus labios. 

Su reacción me parecía sobreactuada, ¡Sólo le había dicho una estupidez!, ¿Cómo era posible que se la tomara tan literal? Simplemente quería ‘intentar hacer las cosas bien’ para llevármela a la cama y demostrarle a Niall que yo siempre gano cuando se trata de mujeres. Sea o no Hetfield. 

Decidí no hacerla sufrir más y sonreí con calidez. Melissa finalmente observó mi rostro e hizo una leve sonrisa que me produjo algo inexplicable en el pecho. Decidí ignorarlo y me alejé unos pasos, luego hice mi camino hasta la otra puerta de mi vehículo e ingresé. Fruncí el ceño y al mismo tiempo odié la corta sensación que tuve… ¿A qué se debía? Era una estupidez, no debía ahondar en detalles ni ponerme a reflexionar.

Casi un minuto después entró en el auto. Sentí que respiró profundamente casi tres veces consecutivas, luego observó a su ventana lateral en todo momento. Me parecía extraño que no estuviese tratando de crear una conversación como siempre lo hacía… ¿Estaba pasando algo? Fruncí el ceño otra vez, y mentalmente me insulté por estar preguntándome cosas maricas. 

Encendí mi automóvil e hice resonar las llantas sobre el cemento por dos razones: distraerme y distraerla de su actitud cabizbaja. Prendí la radio y la observé.

—No suelo hacer esto… Nunca, pero si quieres puedes elegir la estación que más te guste —comenté mirando fijamente al frente. Noté, por el rabillo de mi ojo, que negó con la cabeza.

—No te preocupes, estoy bien.

¿Que estás bien? A mí no me jodes, Melissa Hetfield. Tú no estás bien.

Tamborileé mis dedos sobre el manubrio siguiendo el ritmo de la canción que envolvía el carro, pero la estúpida emoción en mi pecho no me permitía dejar de pensar en la chica que iba a mi lado. De un momento a otro paré el automóvil de una manera brusca, haciendo que su cuerpo se moviera súbitamente hacia adelante. Me observó con el ceño fruncido y su tan típica actitud de “haces todo mal, Zayn Malik”… Lo que me hizo sonreír por dentro. Ahí está, mi chica había vuelto.

—¿Qué te pasa?, ¿Nos quieres matar? —preguntó con un tono exagerado, girándose hacia mi lado.