Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.M

Capítulo » 12

¡Hola! Antes de dar a conocer el capítulo número 12 (uh), quiero dar las explicaciones pertinentes de por qué no subí el miércoles. Resulta que estaba en la Universidad y una amable amiga me dijo "Thamara, weón, mira..." Y yo miré y... ERA UNA FOTO DE ZAYN Y PERRIE, LA CTM. Y me enojé. Horas después llegué a mi casa, obviamente habían muchísimas más fotos, entonces, me enojé más aún y dije "Hoy no quiero a Zayn, no voy a subir nada, chao." Y ESA ES LA HISTORIA AJAJJAJ. 

Pero aquí está el capítulo. Voy a agradecer una vez más por el apoyo, los votos, los comentarios y todo eso. MASSIVE THANK YOU GIRLS! x

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Melissa's POV.

Gracias a que por la culpa de Dinah el árbitro (quien yo sabía que había sido sobornado por el FBI) me había expulsado del partido, no me había quedado más remedio que observar el desastre que eran mis colegas sobre la campo. No quería sonar ególatra ni mucho menos, pero sin mí, eran una completa ruina.

Al parecer esa era la única cosa buena que había aprendido de mi papá: jugar bien al soccer. Mi padre había nacido en Inglaterra, país fundador de éste deporte. Rogger Hetfield era un amante innato de ésta actividad, tanto así que cada domingo por la mañana me obligaba a levantarme cerca de las ocho en punto para que fuésemos al campo deportivo de mi ciudad y practicásemos. Cuando era pequeña me inscribió en el club local de Miami (lugar donde nací), pero me tuvo que sacar del equipo cuando cumplí quince años por el sólo de ser mujer (machismo absoluto). No obstante, pasé muy buenos momentos en aquella época.

Comencé a morderme las uñas al ver la pésima táctica de las chicas, y cuando Layla perdió el mejor pase aéreo de la vida, grité frustrada.

—¡Joder, Layla! —logré que varias personas me prestaran atención, pero no les tomé importancia—: ¡Se supone que debes lanzar la pelota hacia el arco contrario, no a las tetas de la chica!

Sí, tan grande era la frustración que sentía que se me salió 'tetas' sin consentimiento. Rogué para que nadie hubiese escuchado, pero a decir verdad, mi grito había retumbado por todas partes. Layla dejó de correr al instante y me miró incrédula, abriendo grande sus ojos.

Decidí quedarme en silencio y dejar de mirar el encuentro, si no, terminaría con los nervios de punta. Apoyé mis codos en las gradas superiores y estiré mi cabeza hacia atrás, luego volví mi vista hacia el campo y sin querer, mis ojos se encontraron sorpresivamente con los de Niall Horan. Vi que dejó su carpeta llena de documentos en el suelo y comenzó a acercarse a mi lugar. Bien, me comencé a poner nerviosa. Estuve a punto de correr como una completa gallina cuando la silueta de una mujer se colocó frente a mí. No la pude ver bien, ya que un débil rayo de sol impactaba sobre mi cara y no me permitía dilucidar.

—¿Te importa si me siento aquí? —pronunció ella señalando a mi lado en la gradería. Coloqué una mano sobre mi frente para capear la luz del sol y asentí—. Así que... ¿Te han expulsado?

Miré con el ceño fruncido a aquella persona aún sin poder verla del todo bien... Hasta que colocó su trasero a mi lado y su cara se esclareció por completo: Era la rubia esa, la novia de Niall Horan. ¿Por qué de pronto decidió hablarme?, ¿Me había visto conectando miradas con su novio?, ¿Venía a pelear conmigo? ¿Qué...?