Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.M

Capítulo » 26

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Creo que este quedó algo estúpido y sin sentido, pero bueh. Disfrútenlo <3.

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Melissa’s POV.

Y ahora… ¿Por qué rayos se iba y me dejaba sola? 

Observé a todas partes con la esperanza de encontrar a alguien que me hiciese compañía en tal incómodo momento, pero gracias a mi mala suerte, todo el mundo había desaparecido. Layla no se veía por ninguna parte —tampoco Harry Styles—, Olive… Bueno, ella nunca había venido, y Zayn… No, Él no podía alejarse de mí. ¡Era mi estúpida pareja! 

Mi nueva misión ahora era encontrarlo. Me acomodé el cabello hacia uno de mis costados, tomé una profunda respiración y comencé a caminar hacia el lugar en que Él había desaparecido hace tan solo segundos.

—¿Quieres decir algunas palabras, Niall? —escuché a Ben a lo lejos.

—Tan sólo quiero tener una noche especial con la chica que me interesa —contestó. El sonido de su voz se oía como si estuviese a varios kilómetros de mí, pero en realidad, el escenario estaba a tan solo tres metros de mi ubicación. 

—Vaya… ¿Y quién es la afortunada? —indagó Schneider otra vez. Niall soltó una audible carcajada que me hizo sonreír por un segundo… Pero luego recordé todo lo que había hecho y me puse seria.

—Un caballero no puede confesar sus secretos.

¿Caballero?, ¿Él? Disculpa, pero hasta Zayn Malik era más caballero que Él. Hijo de puta. 

Aceleré mi paso para poder estar cerca de Malik cuanto antes, pero los malditos tacones de Olive me impedían caminar con normalidad… Y bueno, el alcohol que almacenaba mi cuerpo también. A lo lejos vi a un hombre sentado en una mesa vacía, jugando con un anillo y dándolo vueltas sobre la superficie en que tenía un codo apoyado.  Ahí estaba. 

—¿Qué te hace pensar que quiero que me dejes sola? —pregunté fuertemente, acercándome a paso lento. Zayn captó mi mirada y alzó una ceja—. Respóndeme, Zayn Malik. —demandé. Sentí que de un momento a otro toda la borrachera se había esfumado.

—El nuevo invitado, quizás —escupió. Dejó de jugar con el anillo y lo acomodó en su dedo índice. 

—¿De qué estás hablando?

—Nada, sólo vete con Él.

Estaba punto de poner mi mano sobre su brazo, pero rápidamente se levantó de la mesa y se fue caminando. ¿Me había dejado con la palabra en la boca? No. Eso no se lo permitiría ni a Él ni a nadie. 

Nuevamente comencé a perseguirlo por todo el lugar, y sabía que Él notaba mi presencia detrás de sí, porque empezó a caminar aún más rápido. De un momento a otro me lancé sobre su espalda y acorralé su cuello con mis brazos, sin la intención de soltarlo.

—Suéltame y vete, Melissa. —gruñó, colocando sus manos sobre mi piel.

—Eres mi pareja, ¿No? —pregunté de golpe—. Actúa como tal.