Capítulo 5. Cosas malas

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Sábado, 22 de marzo de 1986.

Ronnie, Kali, y su grupo, todavía no podían encontrar a Jane ni al hombre que se encargaba de ella. Durante dos días, sin descanso, habían seguido a todos los policías activos de Hawkins hasta sus casas, pero ninguno vivia solo o siquiera lejos del centro. Su búsqueda estaba resultando un fracaso.

A decir verdad, estaban comenzando a perder la paciencia.

Las chicas telepáticas reposaban en una habitación aparte en el motel; habían acordado dormir juntas, pero por turno. Cuando una dormía y comenzaba a inquietarse por las pesadillas, la otra la despertaba inmediatamente. Esa fue la única manera que encontraron para poder dormir al menos tres horas en la noche.

Cerca de las ocho de la mañana, alguien aporreó con insistencia la puerta de su habitación. Ronnie se levantó para abrir.

Eran los amigos de Kali, quienes entraron sin preguntar.

—¿Qué pasa, chicos? —preguntó Ronnie, con el ceño fruncido.

—Cosas malas —contestó Funshine, mientras cerraba la puerta de la habitación.

Mick se acercó hasta el televisor y lo encendió. Pronto, todos se acomodaron a su alrededor para observar.

En la televisión, apareció un reportaje de última hora:

Estamos en los trailers al este de Roane County. Aún no tenemos detalles, pero podemos confirmar que esta mañana se encontró el cuerpo de una estudiante de la preparatoria Hawkins. La policía no dijo el nombre, pero sabemos que está en proceso de notificar a la familia.

«Todavía no sabemos si fue un crimen, pero lo ocurrido seguramente afectará a toda la comunidad de Hawkins. Muchos residentes expresan sentimientos similares: duelo, conmoción, incredulidad, ira»

«Todos quieren saber lo mismo: ¿Por qué suceden tantas tragedias en un lugar que era tan pacífico? Ahora, todos esperamos respuestas de la policía... »

Ronnie se movió para ver a Kali. —¿Crees que esto tenga que ver con nuestras pesadillas?

Kali negó perturbada. —No lo sé.

Axel, quien movía la pierna rápidamente en señal de ansiedad, dijo: —Esto es una mierda.

—No me gusta esto —comentó Mick, desconfiada.

Dottie mordía sus uñas con ansiedad. —Ahora la gente va a estar muy alerta, no es bueno para nosotros.

—Entonces tenemos que darnos prisa y encontrar a Jane —sugirió Funshine.

—No —contestó Kali, rotundamente—. Ustedes no la buscarán.

Todos miraron a Kali sin saber qué decir.

—Se tienen que ir —prosiguió, mirando a Funshine, Dottie, Mick y Axel—. La policía estará muy atenta. Es arriesgado para nosotros.

En ese instante, los cuatro chicos comenzaron a discutir con Kali, negándose a dejarla en ese pueblo desprotegida.

Ronnie se alejó unos pasos, pues los gritos hicieron que su cabeza comenzara a doler.

—¡Oh, por favor, Kali! ¡No nos puedes obligar a irnos! ¡Es una estupidez! —gritaba Axel, muy alterado.

—¡No, Kali! —exclamó Dottie—. ¡Ni lo pienses!

—No hay forma de que me vaya —Mick se negó.

—No te dejaremos —dijo Funshine, y luego miró a Ronnie suplicante—. Dile, Ronnie, dile a Kali que es una mala idea.

Y entonces, los chicos dejaron de replicar para escuchar a Ronnie. Incluso Kali le puso atención.

NICE TO MEET YA  || Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora