Capítulo 3. Encuentro inesperado

76 8 0
                                    

Muy temprano en la mañana, Ronnie salió a buscar su Camaro, el cual estaba aparcado en The Hideout, ya que Eddie la había llevado hasta el lago en su camioneta. Mientras caminaba hacia el bar, utilizó sus poderes para pasar desapercibida, no deseaba que la gente del pueblo la mirara con desconfianza por ir sola en la carretera.

Desde luego, la ojiazul continuaba tensa. Esa alucinación la dejó bastante nerviosa y alterada, debido a esto abandonó al castaño, porque no necesitaba que él la observara con recelo si se enteraba de la verdadera razón de su presencia en Hawkins.

Siguió caminando en sus propios pensamientos por lo que pareció media hora, hasta que, de repente, sintió una vibra rara. No era mala o amenazante, sólo extraña.

Ronnie se quedó parada por un momento al lado del camino, para percibir mejor el ambiente a su alrededor. Con el paso de los segundos, la vibra se sintió con más intensidad. La ojiazul no se movió, casi ni respiró, pero ahí fue cuando lo supo.

No los podía ver, pero sí podía sentir sus pensamientos, eran cinco personas. Una de ellos era como ella, esa era la vibra que sentía, un poder parecido al suyo.

La sangre comenzó a salir de su nariz. Ronnie se debatió si bajar su camuflaje o no, pero ni siquiera tuvo que hacerlo porque una camioneta grande de color beige apareció a unos metros por detrás de ella.

Alguien bajó del automóvil por el lado del copiloto y caminó lentamente hacia adelante mientras observaba con atención en todas direcciones. Ronnie vio todos los movimientos de la persona y, con sorpresa, la reconoció inmediatamente.

Era ocho.

Si bien, su facciones habían madurado, todavía tenía en el rostro esa expresión feroz que la caracterizaba. Desde que escaparon juntas del Laboratorio, más de siete años atrás, no la había vuelto a ver.

Sin pensarlo demasiado, Ronnie también bajó su camuflaje.

Ocho la miró instantáneamente, y se quedaron ahí, observándose asombradas con dos metros de distancia entre ellas. Ronnie sonrió genuinamente, contagiando a Ocho. La distancia fue acortándose hasta que se vieron envueltas en un abrazo.

—Ocho —musitó la ojiazul, con nostalgia.

—Kali —corrigió ella—. Mi nombre es Kali.

Ronnie asintió varias veces. —Sí, sí, por supuesto, lo siento —contestó, rápidamente—. Yo soy Veronica, pero todos me dicen Ronnie.

Kali sonrió. —Ronnie —repitió con aprobación—. Te queda bien.

En seguida, de la camioneta bajaron otras cuatro personas. Todas vestidas del mismo estilo que Kali, punk.

—Ellos son mis amigos —anunció, y los fue señalando de izquierda a derecha—. Funshine, Mick, Dottie, y Axel.

El primero en darle la mano fue Funshine, seguido de las chicas Mick y Dottie, pero el otro fue un poco más receloso.

—Ella es Ronnie, o como la han escuchado nombrar por mí, nueve —presentó Kali, hacia sus amigos.

El grupo no ocultó su sorpresa al saber quién era.

—¿Y qué hace aquí? —preguntó el de nombre Axel, el más hostil.

Kali miró a Ronnie, pero no con desconfianza, sino con curiosidad. —¿Qué haces aquí? Si nosotras prometimos...

—... no volver jamás —Ronnie terminó la frase por ella—. Lo sé, Kali, pero... las cosas han cambiado.

Los amigos de Kali miraron a las dos chicas con preocupación. Mick se llevó las manos a su cabello afro alborotado, con nerviosismo.

NICE TO MEET YA  || Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora