Capítulo 16. La despedida

30 5 0
                                    

El grupo, ahora expandido, eligió una pradera solitaria con suficiente espacio al oeste de Hawkins, para organizarse y preparar sus herramientas.

Eddie, Axel y Dustin, hacían escudos con tapas de botes de basura y clavos; Mick ayudaba a Steve y Robin a preparar bombas Molotov; Dottie ayudaba a hacer lanzas con cuchillos y varas junto a Max y Lucas; Funshine le enseñaba a Nancy a modificar armas y escopetas; y por último, Ronnie y Kali preparaban mochilas con cuchillos, granadas y armas de fuego.

La ojiazul había estado muy callada durante todo el rato que llevaban ahí, Kali la miró con curiosidad.

—¿Estás bien, Ronnie? —preguntó.

La aludida soltó un suspiro. —Sí —contestó apenas.

—Esa es la primera mentira que te he escuchado decir desde que te conozco —repuso Kali, con las cejas alzadas.

—No sabes si estoy mintiendo —replicó la ojiazul, con el ceño fruncido, pero no la miró a los ojos.

—Se ve en tus ojos, Ronnie —aseguró—. Son los más expresivos que he visto.

Ronnie resopló.

—Puedes decírmelo —animó Kali—. Está bien.

La ojiazul se mordió el labio antes de contestar. —Temo que... no sea lo suficiente para ayudar a Jane —admitió.

Kali se movió para quedar frente a ella. —¿Por qué piensas eso?

—Es que... vi lo que hiciste con ese rayo psicótico y... dices que has estado trabajando en él durante mucho tiempo. Eso me hizo pensar, Kali. Yo no practico mis habilidades. Nunca. Y de hecho, casi no las uso, por eso estoy tan agotada. Temo que por mi culpa nuestro plan salga mal.

—De acuerdo, en primer lugar, es psiónico, no psicótico. Y segundo, no te compares conmigo —le advirtió, al tiempo que la señalaba con su dedo índice—. Tú, Veronica Diop, no eres menos que extraordinaria.

La ojiazul desvío la mirada y soltó un murmullo apenas perceptible. —No es verdad.

—¿Recuerdas el día que nos separamos, luego de escapar del Laboratorio? —prosiguió Kali, ignorando su respuesta—. ¿Recuerdas lo último que te dije, hace ocho años?

—Uhm, ¿«No mires atrás», o algo así?

—Exacto. Y estoy contenta de que me hicieras caso, Ronnie.

La ojiazul la miró con gesto de confusión. —¿Qué?

—Tu te alejaste y no miraste atrás. Piénsalo, Ronnie. Cuando estábamos en el Laboratorio, a la mayoría de los doctores y cuidadores no les caías bien. Te odiaban porque tú eras la única que se resistía. No te dejabas controlar por Brenner ni por nadie.

«A pesar de todo esto, Ronnie, seguiste con tu vida. No te vengaste de nadie, no guardaste rencor. No como yo lo hice. Tú no miraste atrás en ningún sentido. Y te dedicaste a vivir plenamente. Es por eso, Ronnie, que no eres menos que extraordinaria. No esperaba menos de ti.»

La ojiazul no contestó, suspiró y se dedicó a mirar al piso.

—Y también estoy contenta de que hayas encontrado a alguien que lo vea —agregó.

Ronnie la miró con el ceño fruncido. —¿Qué?

Kali rodó los ojos. —Estoy hablando de Eddie —le dijo—. Tal vez tú no te des cuenta pero ese chico está loco por ti, y sí, ya sé que apenas se conocen, pero Eddie vio desde el principio lo extraordinaria que eras. ¿Por qué crees que está aquí? ¿Para pelear contra Vecna? No hay manera. Lo acusan por asesinato, Ronnie, pero en vez de huir se quedó para seguirte a ti.

NICE TO MEET YA  || Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora