Sueños tormentosos acerca de su pasado sacaron a Veronica Diop de su rutina en Nueva York. Si bien, llegó a Hawkins con la esperanza de solucionar su problema, quedó atrapada en una serie de percances que, con el tiempo, sólo se pusieron peor.
Bajo...
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Domingo, 23 de marzo de 1986.
La mañana siguiente, Eddie seguía escondido en aquél bote dentro del cobertizo de Rick. Todavía seguía asustándose por cualquier cosa, pero estaba mucho más tranquilo sabiendo que, al menos, cuatro personas sabían que era inocente.
El castaño escuchó algunos ruidos afuera de la propiedad; aún con su botella en mano, salió de su escondite para asomarse a la ventana, sin embargo, no encontró a nadie. Comenzó a creer que su mente lo estaba traicionando.
Repentinamente, alguien abrió la puerta de manera brusca, azotándola contra la pared de aluminio.
—¡Dios! —gritó Eddie asustado, alzando su botella rota para defenderse.
Pero sólo eran Dustin, Max, Steve y Robin, quienes le traían varias bolsas de comida.
—Entrega a domicilio —dijo Dustin, alegremente.
Eddie exhaló profundamente. Luego, se sentó dentro del bote a comer la comida chatarra que le habían llevado.
—Bueno, tenemos buenas y malas noticias —anunció Dustin—. ¿Cómo las quieres?
—Primero las malas, siempre.
—Bien, las malas. Accedimos a la policía con Cerebro y, sin duda, te están buscando. También están convencidos de que mataste a Chrissy.
—Es decir, un 100% convencidos —aclaró Max.
Eddie tragó con dificultad. —¿Y las buenas noticias?
—No publicaron tu nombre —respondió Robin—. Pero, si nosotros nos enteramos, otros lo harán. Y cuando se sepa, todo el mundo vendrá por ti.
—La cacería del friki, ¿no? —comentó Eddie, angustiado.
—Exacto.
—¡Mierda!
Dustin alzó los hombros, al tiempo que decía: —Pero... antes de que eso pase, debemos encontrar a Vecna, matarlo y probar tu inocencia.
—¿Eso es todo, Dustin? —preguntó Eddie, con ironía—. ¿Eso es todo?
—Sí, eso es todo —contestó, con simpleza.
—Escucha, Eddie, nosotros ya pasamos por esto —explicó Robin—. Ellos varias veces y yo una vez...
Eddie miró a Steve, y él asintió confirmando las palabras de Robin.
—... y creo que, como grupo, podemos hacerlo.
Steve se cruzó de brazos. —Generalmente nos ayuda una chica con superpoderes, pero los perdió, así que...
Eddie los miró con desconcierto. —¿De qué están hablando?
Dustin vaciló por un momento, pero él confiaba en Eddie y las cosas no se veían bien para nadie, así que decidió contarle todo, aunque sin entrar en tantos detalles.
